¿Qué hacer si mi perro ladra para llamar mi atención?

¿Qué hacer si mi perro ladra para llamar mi atención?

La vocalización excesiva es uno de los problemas de conducta más complicados de tratar, no obstante, si identificamos de forma adecuada las causas que provocan este comportamiento en nuestro perro podemos aprender a manejarlo, siguiendo siempre los conceptos del condicionamiento operante y aplicando técnicas adecuadas que no perjudiquen su bienestar.

En este artículo de ExpertoAnimal te guiaremos para que sepas qué hacer si tu perro ladra para llamar tu atención, no obstante, si no eres capaz de resolverlo por ti mismo, te aconsejamos consultar con un especialista, como puede ser un veterinario especializado en etología, un educador canino o un adiestrador con experiencia en modificación de conducta.

¿Por qué ladran los perros?

Los perros son animales sociables que se comunican de forma constante con otros seres vivos y con el entorno. La etología, la ciencia que estudia el comportamiento de los animales, ha revelado a lo largo de los últimos años detalles sobre el lenguaje canino corporal, más conocido como "las señales de calma", pero también se ha desvelado que los cánidos utilizan un amplio abanico de vocalizaciones en sus relaciones sociales, que pueden tener además múltiples significados.

Debemos saber que el ladrido del perro es una herramienta más de comunicación y que es totalmente normal que lo lleve a cabo para expresar sus emociones, como puede ser la excitación, el miedo o el enfado, así mismo, también puedn utilizarlo para llamar la atención o como una conducta estereotipada (compulsiva) para aliviar el estrés.

Significado de los ladridos de los perros

Antes de empezar a trabajar para poder solucionar los problemas de ladridos excesivos, debemos aprender a interpretar de forma correcta las distintas vocalizaciones. ¿Qué significan los ladridos de un perro? A continuación te mostramos las claves para averiguarlo:

  • Ladrido: los ladridos para llamar la atención suelen tener un tono medio y tienden a estar bien espaciados.
  • Aullido: si el ladrido se transforma en aullido puede estar indicando soledad, aislamiento y miedo.
  • Gimoteo: los lloros suelen manifestar una petición de atención por miedo, dolor, cansancio, estrés o ansiedad.

¿Por qué los perros llaman la atención?

Los perros pueden tratar de llamar nuestra atención por varios motivos: petición de comida o búsqueda de atención, alerta ante la presencia de personas y animales desconocidos, solicitud de juego... Como tutores debemos aprender a reconocer las necesidades y las inquietudes de nuestro can, lo que nos ayudará a determinar la causa que está provocando que el perro ladre.

Recuerda que, además de los ladridos, existen otras señales que utilizan los perros para llamar la atención.

¿Cómo educar a un perro para que no ladre?

Para poder solucionar este problema de conducta puede ser muy útil visitar un especialista en comportamiento canino, como puede ser un veterinario especializado en etología, un educador canino o un adiestrador. Estas figuras profesionales pueden ayudarnos a hallar la causa y origen del problema, además de ofrecernos pautas específicas para el caso en concreto.

Lo ideal es trabajar mediante la educación en positivo utilizando los siguientes refuerzos y castigos del condicionamiento operante:

  • Refuerzo positivo: premiaremos al perro con un refuerzo de alto valor para él (comida, caricias, juguetes, felicitaciones...) cuando lleve a cabo un comportamiento que nos agrada, como es pedir nuestra atención sin ladrar, con el objetivo de que lo repita y lo aprenda más fácilmente. [1]
  • Castigo negativo: retiraremos un estimulo agradable para el perro (nuestra atención) cuando lleve a cabo el comportamiento que nos desagrada, en este caso el ladrido.

Por lo tanto, para solucionar este problema de vocalización, deberemos ignorar a nuestro perro cuando ladre pero, al mismo tiempo, deberemos atenderle cuando pida nuestra atención de forma tranquila y en silencio. Será muy importante que seamos constante y que toda la familia trabaje siguiendo las mismas pautas, pues solo de este modo el perro asociará correctamente el trabajo.

Una vez el perro comprenda que, mediante el ladrido no obtiene ninguna respuesta por nuestra parte, dejará de ladrar para llamar nuestra atención y apostará por realizar otras conductas, como acercarse en silencio. Todo este procedimiento se conoce como "curva de extinción".

Puede ocurrir que el perro empiece a manifestar los ladridos de forma mucho más intensa cuando le empecemos a ignorar, no obstante, si somos constantes, se producirá la extinción de forma exitosa, aunque pueda llevar algo más de tiempo. Recordemos que cada caso es único y particular. No debemos olvidar tampoco que, para mantener un comportamiento adecuado el resto de la vida del can, deberemos seguir reforzando al perro siempre que se muestre tranquilo y nos solicite atención de forma silenciosa.

Métodos contraproducentes

Desafortunadamente, es frecuente que los tutores lleguen a regañar o castigar al perro por ladrar de forma excesiva, no obstante, debemos saber que cuando castigamos al perro por ladrar le estamos haciendo caso, lo que echa por tierra todo el trabajo realizado con el uso del refuerzo positivo y el castigo negativo. Además, habremos provocado también miedo, inseguridad, confusión y hasta la rotura de vínculo con el can.

También existen personas que buscan una solución fácil y rápida con el uso del collar antiladridos, no obstante, la Sociedad Europea de Etología Clínica Veterinaria (ESVCE) señala lo siguiente: [2]

  • No es posible determinar la intensidad apropiada para un perro en particular, lo que puede causar la aparición de miedo, agresividad, fobias y estrés. Todo ello provoca además que el perro no aprenda.
  • El animal puede habituarse al dolor y seguir ladrando.
  • Al tratarse de una máquina, el timming puede ser incorrecto, lo que provoque resultados negativos.
  • Existe un riesgo de abuso cuando el animal presenta agresividad.
  • Puede producirse un aumento de la frecuencia cardíaca, quemaduras físicas y hasta necrosis en la piel.
  • Pueden aparecer otras conductas y comportamientos negativos como el estrés, los chasquidos o la inhibición.

Además, ningún estudio ha demostrado que el collar antiladridos tenga una eficacia superior que el uso del refuerzo positivo, por todo ello, no aconsejamos el uso de esta herramienta.

¿Qué hacer si un perro no para de ladrar?

Existen algunos casos especialmente complejos que van a requerir el seguimiento de un profesional (preferiblemente un veterinario especializado en etología) para solucionar el problema de forma definitiva, pues algunas patologías o ciertos problemas del comportamiento evitan que el perro aprenda de forma adecuada y a un ritmo normal. Un ejemplo podrían ser aquellos perros que presentan el síndrome de privación sensorial.

En estos casos es frecuente que se lleven a cabo sesiones individualizadas de modificación de conducta, la aplicación de pautas específicas y hasta el uso de medicación, algo que únicamente prescribir un veterinario. Por todo ello, si nos encontramos ante un caso especialmente complejo o con un individuo que no responde a las pautas anteriormente descritas, aconsejamos consultar con un especialista.

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Referencias
  1. Deldalle, Stéphanie, and Florence Gaunet. "Effects of 2 training methods on stress-related behaviors of the dog (Canis familiaris) and on the dog–owner relationship." Journal of Veterinary Behavior: Clinical Applications and Research 9.2 (2014): 58-65.
  2. Masson, Sylvia, et al. "Electronic training devices: discussion on the pros and cons of their use in dogs as a basis for the position statement of the European Society of Veterinary Clinical Ethology (ESVCE)." Journal of Veterinary Behavior (2018).