¿Qué hacer si se muere mi conejo?

Los conejos pueden morir como consecuencia natural del proceso de envejecimiento, debido a un problema de salud o accidente. Debemos saber que la esperanza de vida de los conejos varía dependiendo de la raza, así como los cuidados y el ambiente ofrecidos por sus tutores. De forma general, un conejo silvestre suele alcanzar entre 3 y 4 años de vida, mientras un conejo doméstico puede llegar a vivir hasta 8 años.

No obstante, si padece alguna de las enfermedades comunes en los conejos, tu lagomorfo podría fallecer de forma temprana. Por esta razón, para disfrutar la compañía de nuestros conejos durante más tiempo, necesitamos brindarle los cuidados esenciales, prestando especial atención a una nutrición completa y equilibrada, a la estimulación física y mental, a la medicina preventiva y, por supuesto, al afecto y la compañía.

Por otro lado, también existen otras causas por las que un conejo muere de repente, como el consumo de plantas tóxicas, alimentos prohibidos u otras sustancias.

Si bien algunos lagomorfos pueden sufrir un muerte súbita, existen algunos síntomas que indican que un conejo se va a morir. Si tu conejo ya es un anciano, lo mejor que puedes hacer es estar a su lado y proporcionarle un ambiente cómodo y positivo en el momento de su fallecimiento.

Pero si tu conejo aún es joven, estaba aparentemente sano y desarrolla alguno de estos síntomas, debes acudir inmediatamente a un veterinario especializado.

A continuación, listamos las 5 señales más frecuentes de que un conejo se va a morir:

• Falta de apetito y de sed: el conejo no quiere comer o beber agua.
• Dolor: un conejo enfermo o muy debilitado puede mostrar signos de dolor y malestar.
• Inactividad: al sentirse débiles, los conejos suelen permanecer quietos, en un estado de letargo o apatía, y tener mucha dificultad para levantarse y moverse.
• Alteración de los signos vitales: cuando un conejo se va a morir, suele tener la respiración entrecortada, el ritmo cardíaco más lento y la temperatura corporal más baja.
• Conductas poco habituales: el estado de vulnerabilidad puede producir alteraciones de comportamiento en los conejos, que pueden mostrarse más agresivos, nerviosos o miedosos que lo habitual.

Sabemos que es muy difícil, pero lo ideal es que puedas acompañar a tu conejo en el momento de su fallecimiento para transmitirle tranquilidad, confort y seguridad. Seguramente, ver a tu conejo muriéndose te impactará mucho, pero necesitarás mantener la calma para despedir a tu compañero y brindarle tu amor en sus últimos momentos en tu compañía.

No hagas movimientos bruscos, evita poner música alta o provocar ruidos intensos. Tampoco deberás manipularlo en exceso. Simplemente quédate junto a él y actúa con la máxima suavidad que puedas. Si no te sientes preparado para experimentar esta transición, no tengas vergüenza de pedir ayuda a un familiar o amigo.

Cuando tu conejo se esté muriendo, verás que su respiración se alterará, pareciendo más agitada y entrecortada, y su pulso empezará a diminuir progresivamente hasta agotarse. También pueden producirse temblores y su mandíbula estará más rígida que lo habitual.

Para confirmar que un conejo está muerto, debemos confirmar la ausencia signos vitales y su comportamiento para identificar las siguiente señales:

• El conejo no respira y no se mueve.
• Ausencia de pulso.
• Liberación de sus esfínteres.
• Nula respuesta en el tiempo de relleno capilar.

Después de confirmar la muerte, necesitarás decidir qué hacer con el cuerpo de tu conejo y cómo seguir adelante después de esta pérdida. Para ayudarte a atravesar y superar este proceso tan doloroso, resumimos los pasos básicos a seguir tras la muerte de tu conejo:

1. Acudir a la clínica veterinaria: muchas personas necesitan confirmar la muerte de sus animales de compañía para empezar a asimilarla como parte de su realidad. Si tu conejo se ha muerto, te recomendamos conversar con tu veterinario de confianza, quien no solo podrá confirmar el fallecimiento de tu roedor, sino que también ayudarte a decidir qué hacer con su cuerpo.
2. Despedir el cuerpo de tu compañero: si bien tu conejo siempre permanecerá vivo en tus recuerdos, necesitarás despedirte de su cuerpo después de su muerte. Jamás debemos depositar su cadáver en la basura, ya que ello podría provocar la aparición de agentes patógenos (además de ser muy contaminante). Muchas clínicas u hospitales veterinarios ofrecen el servicio de incineración, pero también puedes comunicarte directamente con las funerarias de animales (esta opción suele ser más económica). Si optas por la cremación, podrás elegir entre guardar las cenizas de tu conejo en una urna diseñada para esta finalidad o esparcirlas en su lugar favorito en un bello acto simbólico. También podrías elegir un sitio donde enterrar el cuerpo de tu conejo, aunque sea más recomendable y seguro contactar a una funeraria.
3. Atravesar tu duelo: el duelo es la parte más difícil y compleja de perder un ser querido, ya que consiste en aprender a vivir sin su presencia física a nuestro lado. Nadie puede decirte cuanto debe durar tu duelo, pues cada persona experimenta este período de forma singular y tiene el derecho de llevar su propio tiempo para superar la muerte de su mascota. Lo importante es que mantengas pensamientos positivos, te dediques a actividades que te gusten y que te enriquezcan, cuides de ti mismo, y recuerdes siempre que tu compañero permanecerá vivo en tu memoria. No dudes en buscar ayuda y consuelo en tus amigos, familiares o en profesionales capacitados, como es un psicólogo.
4. Explicar a un niño la muerte de su mascota: los conejos son una de las mascotas más queridas por los niños, ya sea por su aspecto adorable o por su temperamento dócil, cariñoso y juguetón. Pero como padres o responsables, debemos estar preparados para conscientizar a nuestros pequeños de que, en algún momento, necesitarán despedir a sus mejores amigos. En ExpertoAnimal, tenemos un artículo elaborado por nuestra psicóloga que te ayudará a explicar a un niño que su mascota ha muerto.
5. Prepararte para adoptar a una nueva mascota: sabemos que, durante el proceso de duelo, muchas personas llegan a pensar que es mejor no adoptar a una nueva mascota para no tener que repetir este momento tan doloroso de pérdida. No obstante, te aconsejamos enfocarte en todos los buenos momentos que has vivido junto a tu compañero y recordar que existen miles de animales esperando por la oportunidad de tener un hogar y conocer el amor de una familia. Pero no tengas prisa y analiza con calma si realmente ya estás preparado física, mental y económicamente para cuidar a una nuevo mascota. Luego, puedes acudir a un refugio o protectora de animales donde encontrarás un mejor amigo ansioso por llenar tu corazón y tu vida de alegrías cotidianas.

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