¿Qué pasa si no desparasito a mi perro?

¿Qué pasa si no desparasito a mi perro?

La desparasitación de los perros, tanto interna como externa, se está convirtiendo en una práctica cada vez más habitual para los cuidadores y ya se integra en las rutinas de cuidados, igual que pasear o vacunar. Pero todavía hay personas reticentes a instaurar la desparasitación regular, pues consideran que su perro no lo necesita o, simplemente, no son conscientes de sus beneficios y, sobre todo, de los problemas que puede traer ignorar estos tratamientos.

¿Tienes dudas sobre la desparasitación? A continuación, en ExpertoAnimal, te explicamos qué pasa si no desparasitas a tu perro y por qué la recomendación actual es desparasitar a tu mascota.

¿Es obligatorio desparasitar a un perro?

La obligatoriedad de la desparasitación en perros depende totalmente de la legislación del lugar en el que se reside o al que se viaja. No obstante, lo habitual es que sea obligatorio desparasitar al perro, al menos, una vez al año, y que este dato conste en su cartilla veterinaria o en su pasaporte.

Al margen de si es obligatorio o no, es recomendable llevar a cabo un correcto calendario de desparasitación a fin de protegerlo de los distintos parásitos que pueden afectarlo. Hablamos de ello en los siguientes apartados.

¿Por qué es importante desparasitar a los perros?

En primer lugar, hay que saber que los perros pueden verse afectados tanto por parásitos externos como por internos. Entre los primeros tenemos a las pulgas, las garrapatas, los piojos, los ácaros, pero, también, los mosquitos o los flebotomos. Por su parte, en los internos destacan los gusanos, lombrices o vermes intestinales, pero hay otros gusanos de gran importancia clínica que se alojan en el corazón, los pulmones o los ojos. Hablamos de ellos en profundidad en este artículo: “Lombrices en perros – Tipos y tratamientos”.

Su sola presencia va a afectar a la salud y a la calidad de vida de nuestro perro, ya que estos parásitos causan picor e irritación en las zonas en las que se encuentran. No son solo un problema estético. Además, dependiendo de las circunstancias de cada animal y del nivel de infestación podemos enfrentarnos a problemas más graves. Por ejemplo, en cachorros o perros debilitados por alguna otra razón, una infestación intensa de parásitos puede dar lugar a anemia. También puede producirse intususcepción intestinal, es decir, parte del intestino se pliega sobre sí mismo, raquitismo e incluso, en los casos más graves, la muerte. Además, hay perros más sensibles que desarrollan una reacción alérgica a las picaduras de las pulgas (DAPP). Una única picadura puede desencadenarles intenso picor, alopecia, lesiones que pueden infectarse, inflamación, etc.

Por otra parte, debemos saber que los parásitos que detectamos sobre nuestro perro o que este expulsa suelen ser solo una pequeña cantidad de los que realmente se encuentran en él, pero, también, en el entorno. Hay que tener en cuenta que algunos de estos parásitos son zoonóticos, esto es que pueden afectar también a los seres humanos, estando en especial riesgo los niños, los ancianos y, en general, las personas inmunocomprometidas.

Todavía hay otro dato que hace importante desparasitar a nuestro perro con regularidad. Y es que muchos de los parásitos habituales son vectores de enfermedades de gravedad que pueden afectar tanto a perros como a personas. Son ejemplos la leishmaniosis o la dirofilariosis. Además, se considera que estas enfermedades parasitarias son emergentes, lo que quiere decir que, gracias a factores como la globalización y el cambio climático, cada vez se están haciendo más comunes y se extienden a más territorios. Todos estos datos dejan clara la importancia de la desparasitación en perros. Con un simple gesto podemos proteger a nuestro perro, pero, también, a nuestra familia y, en general, a toda la sociedad, del avance de los parásitos.

Consecuencias de no desparasitar a un perro

En base a lo que hemos explicado en el anterior apartado, las consecuencias de la no desparasitación no solo afectan al animal, sino que también repercuten en las personas y en el entorno por el que el perro hace su vida. Así, el perro parasitado estará ayudando a mantener y a distribuir por el ambiente los huevos y las distintas fases del ciclo de vida del parásito, lo que constituye un riesgo de contaminación y contagio para otros animales y, en muchos casos, también para las personas. En otras palabras, no desparasitar a tu perro permite que permanezca elevada la carga parasitaria, aumentando los riesgos tanto de transmisión de los parásitos como de las enfermedades de las que estos son vectores.

En este sentido, el perro puede convertirse en un reservorio y, por lo tanto, una fuente de contagio para otros perros o incluso para las personas. Es lo que sucede, por ejemplo, con una enfermedad en expansión como es la leishmaniosis. El perro con leishmanias circulando en su sangre puede ser picado por un mosquito que, a su vez, pique a otro perro, pero, también, a una persona, extendiendo, en cualquier caso, la enfermedad. De ahí que, una vez más, quede demostrada la importancia de desparasitar a nuestro perro durante todo el año.

El veterinario es el profesional que mejor puede aconsejarnos sobre la desparasitación que mejor se ajusta a las necesidades de nuestro perro en función de sus características y de su modo de vida. No obstante, cada vez más se opta por la doble desparasitación mensual por ser la más efectiva y rápida, ya que mediante un único comprimido, muy sabroso y masticable, protegemos al perro de parásitos internos y externos al mismo tiempo.

¿Qué pasa si vacuno a mi perro sin desparasitar?

Además de los trastornos y de las enfermedades que hemos explicado que puede sufrir o transmitir un perro parasitado, hay que saber que los parásitos afectan a la efectividad de las vacunas. En pocas palabras, la función de las vacunas es preparar al sistema inmune del perro para que haga frente a las distintas patologías contra las que se le vacuna.

Pero se sabe que algunos factores, como la presencia de enfermedades, interfieren con la efectividad de la vacunación. Entre estas enfermedades se encuentran las parasitosis, aunque al perro no le detectemos ningún signo clínico de la presencia de parásitos. Lo que sucede es que para que el sistema inmune reaccione correctamente a la vacunación el animal debe estar completamente sano. Si no es el caso, lo que se produce es una hiporrespuesta, pudiendo dar lugar al fallo vacunal. Esto quiere decir que es posible que, aunque el perro tenga la vacuna puesta, realmente no esté protegido contra las enfermedades para las que lo hemos vacunado. Es lo que explica que la recomendación actual sea desparasitar a los perros unos días antes de vacunar. Aun así, el veterinario tendrá que revisarlo para asegurarse de que no hay ningún dato que indique que está en curso alguna enfermedad.

Ahora que sabes qué pasa si no desparasitas a tu perro, cuáles son las consecuencias y las recomendaciones, no lo dudes y acude a tu centro veterinario para administrar el producto antiparasitario más adecuado.

Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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