Quokka - Características, hábitat y estado de conservación

Para conocer más de cerca a los curiosos quokkas, resulta interesante comenzar con su clasificación taxonómica. Esto nos permite ubicarlos entre las distintas subclases de mamíferos, ya que todas las características anatómicas dependerán de su evolución y clasificación taxonómica:

• Reino: animales
• Filo: cordados
• Subfilo: vertebrados
• Clase: mamíferos
• Subclase: terios
• Infraclase: marsupiales
• Orden: ciprotodontes
• Familia: macropódidos
• Género: setonix
• Especie: setonix brachyurus

Ahora que ya ubicamos taxonómicamente al quokka, única especie del género Setonix, veamos en los próximos apartados cuáles son sus principales características.

Al ser marsupiales, las crías del quokka nacen de forma prematura y completan su desarrollo en el marsupio o bolsa marsupial, obteniendo el alimento materno que necesitan para seguir creciendo a través de las glándulas mamarias a las que se adhieren para succionar.

Durante su desplazamiento, los quokkas tienden a saltar mientras corren, al igual que el resto de animales macropódidos. Por otro lado, los quokkas se caracterizan por tener solamente dos dientes incisivos en sus mandíbulas, perteneciendo por ello al orden de los diprotodontos, tal y como veíamos en su clasificación taxonómica.

¿Por qué el quokka es el animal más feliz del mundo?

Este curioso dato se debe a que el quokka es realmente muy fotogénico, pareciendo que sonríe en las fotografías. Un hecho que sin duda se debe a lo que en etología se considera, atribuir cualidades humanas a los animales.

Para poder ver quokkas en su hábitat natural, deberíamos viajar hasta Australia Occidental, concretamente a las comúnmente conocidas como 'las islas de los quokka', la isla de Rottnest y la isla de Bald.

Allí, será posible encontrar al quokka en bosques de eucaliptos (Eucalyptus marginata), palos de sangre o marris (Corymbia calophylla) y hábitats ribereños dominados por juncos, bajos matorrales y brezales, así como en el interior de pantanos y humedales en los que abunda el árbol del té (Taxandria linearifolia).

Los quokka son animales terrestres que acostumbran a ser sociales, tendiendo a acercarse de forma curiosa a los humanos que encuentran en su hábitat natural.

Pero, además de ser sociales con los humanos, también lo son con el resto de individuos de su especie. Prefieren vivir en agrupaciones.

Por otro lado, los quokka acostumbran a permanecer durante todo el año en sus hábitats naturales isleños, sin necesidad de desplazarse siguiendo migraciones para encontrar mejores condiciones climáticas.

A la hora de alimentarse, los quokka prefieren seguir hábitos nocturnos. Siguen una dieta herbívora como el resto de marsupiales, masticando con severidad hojas, yerbas, ramitas de los bosques, matorrales y humedales en los que habitan.

Aprovechan los nutrientes vegetales que no son capaces de digerir al ralentizar su metabolismo, apostando así por consumir una cantidad de alimento menor que puedan asimilar sin problema.

Los quokka son animales marsupiales y por tanto vivíparos, siguiendo una reproducción de tipo sexual. Sin embargo, cuentan con algunas excepciones dentro de la viviparidad, ya que carecen de placenta provocando que los embriones nazcan con un desarrollo precoz.

La solución a estos nacimientos de crías prematuras se basa en el uso del marsupio o bolsa marsupial. En cuanto nacen, las crías se van arrastrando por el marsupio hasta alcanzar las glándulas mamarias o pezones, a los que se fijan para obtener mediante succión el alimento que necesitan para seguir creciendo, completando sus desarrollos en la bolsa marsupial hasta que estén preparadas para valerse por sí mismas.

La población actual del quokka está disminuyendo, encontrándose la especie en estado de conservación vulnerable (VU), según la Lista Roja de UICN. La población cuenta con individuos adultos que oscila entre los 7,500 y 15.000 individuos. Dicha población está gravemente fragmentada, principalmente debido a que habitan en islas.

Numerosos estudios de conservación del quokka apuntan a la importancia de identificar refugios potenciales para esta especie vulnerable. Es decir, áreas en las que los estudios predicen que podría persistir la especie según las condiciones y riesgos ambientales, definiendo así estrategias de manejo que permitan proteger estas áreas de procesos amenazantes.

Entre dichos procesos que amenazan la supervivencia del quokka, se incluyen los desplazamientos que sufren de sus hábitats naturales, influenciados por el uso de recursos biológicos por parte de las poblaciones de seres humanos vecinas mediante actividades como la tala y la recolección de madera. También, el acecho de las poblaciones de zorros, uno de sus principales depredadores, los cuales impiden que las tasas de individuos de quokka aumente pese a la alta fecundidad de éstos.

Debido a la gran popularidad que las fotografías y selfies que toman las personas con los quokka en los últimos años, estos animales permanecen estresados. Alteran sus ciclos naturales de alimento, descanso y apareamiento. Por si aún fuera poco, el quokka se enfrenta a otra gran problemática, los riesgos derivados del cambio climático, el cual conlleva cambios severos en el clima como sequías e incendios, los cuales alteran significativamente el hábitat natural del quokka.

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