¿Se puede tener un kinkajou como mascota?

El aspecto legal de los animales a nivel global no es fácil y generalizado, es decir, no hay leyes que se apliquen de la misma manera en todos los países en relación a la biodiversidad. Por lo tanto, tener o no una especie en particular como mascota depende de las regulaciones propias de cada país y de si se ha sumado a tratados internacionales, como es el caso del Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), el cual es de participación voluntaria, pero que beneficiosamente cuenta con la adición de más de 180 países.

Hay especies globales que se desarrollan en muchas regiones, pero otras no y están más restringidas a algunas zonas. También están las endémicas, es decir, propias de un país o zona particular de este. De esta manera, introducir animales en hábitats que no les son propios puede generar serias complicaciones en la biodiversidad local, porque podrían desplazar a las especies autóctonas y convertirse incluso en una plaga.

Ahora, en relación a si es legal tener un kinkajou como mascota o no, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), que es la organización más grande del mundo y que trabaja por la biodiversidad del planeta, reporta lo siguiente:

• Por un lado, esta especie está clasificada en la categoría de menor preocupación.
• Por otro, solo en Honduras está protegido bajo el Apéndice III del CITES, aunque este animal viene afrontando desde hace años problemas como la caza, el comercio ilegal y el impacto al hábitat.

El CITES, en su apéndice III, expresa:

[...] figuran las especies incluidas a solicitud de una parte que ya reglamenta el comercio de dicha especie y necesita la cooperación de otros países para evitar la explotación insostenible o ilegal de las mismas. Sólo se autoriza el comercio internacional de especímenes de estas especies previa presentación de los permisos o certificados apropiados.

Lo anterior nos refleja entonces que el kinkajou como mascota, hasta el momento, solo tiene regulación en Honduras. No obstante, en ningún país se puede introducir por vía legal un animal exótico sin los permisos requeridos por parte de los entes gubernamentales, por lo que tener un kinkajou como mascota en un país determinado siempre dependerá de la legislación nacional del mismo. Por ejemplo, en España no es legal tener un kinkajou. Descubre en este post las Mascotas prohibidas y legales en España.

El kinkajou es un animal silvestre que no está domesticado y no debería vivir en cautiverio ni asociado a las personas. Existen varias razones por las cuales no deberías tener un kinkajou como mascotas:

• Esta especie es de hábitos arbóreos y requiere de bosques con doseles cerrados para desarrollarse adecuadamente, por lo que tenerlo en cautiverio sin duda le produce un gran estado de estrés.
• Los prociónidos son portadores comunes del gusano Baylisascaris procyonis, capaz de causar encefalitis severa en las personas al punto de llevarlas a la muerte. Esto sucede con mayor incidencia en los mapaches, pero también puede ocurrir en los kinkajúes.
• Muchos animales comprados ilegalmente terminan por ser abandonados en espacios que no son propios, generando complicaciones al animal y al lugar de abandono.
• El kinkajou no suele ser un animal agresivo, pero en algunos casos puede estresarse al punto de generar mordeduras de importancia a una persona.
• Se pensaba que era una especie solitaria, pero ahora se sabe que desarrolla complejas interacciones sociales con sus congéneres. Además, para su reproducción tiene un cortejo que implica un amplio movimiento en su área de distribución. Por ello, privarle de este tipo de relaciones perjudica gravemente al animal.
• Esta especie cumple una importante función en su hábitat como dispersora de semillas, por lo que su disminución puede afectar al ecosistema nativo.

Finalmente, otra razón por la que no deberías tener un kinkajou como mascota está relacionado con el aspecto ético. Debemos dejar de ver a los animales como objetos o juguetes, son seres vivos que sienten dolor, angustia, miedo y estrés, por lo que deben mantenerse en sus hábitats naturales para ser felices.

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