Seroma en perros - Síntomas y tratamiento

Seroma en perros - Síntomas y tratamiento

Los seromas son una acumulación de suero sanguíneo bajo la piel, en la zona subdérmica, aunque en ocasiones pueden desarrollarse entre la musculatura. Principalmente, se trata de una de las posibles complicaciones en una cirugía, especialmente tras una cirugía por línea media ventral. Aunque muchos son reabsorbibles de forma natural por el organismo del perro, en otros casos será necesaria la extracción del líquido e incluso la colocación de un drenaje.

Para prevenir su aparición, se debe realizar un delicado proceso quirúrgico y un cierre exhaustivo de la herida operatoria, a fin de evitar los espacios muertos que son susceptibles de desarrollar un seroma. Sigue leyendo este artículo de ExpertoAnimal para conocer más sobre el seroma en perros, sus síntomas y tratamiento.

¿Qué es un seroma?

Un seroma se define como la acumulación de líquido, en concreto suero sanguíneo, por fuera de los vasos sanguíneos, siendo acumulado por debajo de la piel, en la zona subdérmica. Se diferencia del hematoma en que el seroma carece de glóbulos rojos.

Los seromas caninos también pueden aparecer en otras localizaciones, como:

  • Hombros.
  • Orejas.
  • Cuello.
  • Cabeza.
  • Cerebro.

El seroma canino es bulto blando y generalmente no doloroso que se produce en los espacios vacíos bajo la piel, entre la capa grasa localizada entre la piel y los músculos del perro, o como consecuencia de algún golpe o incisión. Se trata del resultado del proceso inflamatorio y las reacciones defensivas del organismo canino.

Sin embargo, no hay que confundir un seroma con un absceso. Para poder diferenciarlos, en este otro artículo te hablamos sobre los Abscesos en perros - Causas y tratamiento.

Causas del seroma en perros

Los seromas se producen principalmente tras la realización de una cirugía, como una forma de complicación quirúrgica, especialmente en las cirugías con incisión en la línea media ventral del abdomen. La incidencia de aparición de un seroma en una cirugía por línea media ventral se sitúa en torno al 10 %, es decir 1 de cada 10 perros lo presentarán.

Esta complicación tiene más riesgo de producirse si durante el procedimiento quirúrgico el cirujano ha realizado lo siguiente:

  • Disección excesiva del tejido subcutáneo y de la piel del perro.
  • Manejo poco delicado o traumático de los tejidos.
  • Cierre deficiente con espacios muertos.

Otras posibles causas de seromas en perros son las alteraciones en la coagulación de la sangre, punciones o traumas.

Síntomas del seroma en perros

Los seromas en los perros causan un hinchazón bajo la piel lleno de líquido. Si se ha sometido a una cirugía, el seroma se encontrará alrededor del lugar de incisión y de cierre de la herida quirúrgica. Lo más frecuente es que se produzcan de forma subdérmica, pero hay probabilidad de que en ocasiones se produzcan entre las capas musculares.

Generalmente el perro puede presentar los siguientes signos clínicos asociados al seroma:

  • Hinchazón de la zona que puede estar acompañado de dolor.
  • Piel rojiza.
  • Aumento de la temperatura en torno a la herida quirúrgica.
  • Salida de líquido transparente en la zona de la cicatriz.
  • Infección.

Según la localización de los seromas no quirúrgicos, el perro mostrará signos neurológicos, incluidas las convulsiones y el coma en los casos en los que se desarrollan en el cerebro o la cabeza. Si es un seroma cervical, les puede molestar y dificultar la movilidad del cuello, y si ocurren en los hombros, les puede doler al caminar.

Diagnóstico del seroma en perros

La aparición de un bulto o una hinchazón de la piel próxima a la herida quirúrgica a los pocos días de una cirugía es un motivo de sospecha de seroma. Sin embargo, se debe diferenciar de los hematomas y de las hernias por dehiscencia de la sutura, especialmente en los casos de cirugía abdominal.

Esto lo puede diferenciar la ecografía, para saber si en el bulto hay órganos o si es líquido sanguíneo. La extracción de líquido con una aguja también diferencia hematomas de seromas.

En el caso de seroma craneal, se debe acudir a técnicas de diagnóstico por imagen avanzadas, como son la resonancia magnética o la tomografía computarizada.

Tratamiento del seroma canino

En la mayoría de perros, el seroma será reabsorbido por la piel en torno a 10-20 días. En otros casos, lo que se puede hacer es lo siguiente:

  • Extracción: si por el tamaño o la gravedad dicho líquido no puede ser reabsorbido completamente, lo que hará necesaria su extracción mediante recolección del líquido con una aguja.
  • Drenaje: en los casos más graves, puede ser necesario la colocación de un drenaje de forma temporal en la zona con el fin de que no se siga acumulando el suero sanguíneo en la zona. Un drenaje es un tubo que conecta el exterior con el seroma, atravesando la piel, para permitir la salida de exudación al exterior. El drenaje puede ser pasivo con aplicación de un vendaje compresivo o un drenaje cerrado por succión en los peores casos. En este último caso, no se debe retirar el drenaje hasta que el líquido extraído no sea superior a 0,2 ml/kg a la hora.
  • Corticoides o cirugía: si el seroma moderado no se llega a tratar, puede producirse la encapsulación del mismo. Cuando dicho seroma se endurece, lo que dejará una cicatriz poco estética. En estos casos, se necesitarían corticoides e incluso una cirugía.
  • Antibióticos: también puede ocurrir que el seroma se infecte, causando un absceso en la cicatriz con salida de pus. En estos casos, se debe usar un antibiótico.
  • Analgésicos: si el perro presenta dolor o mucha molestia, se administrarían analgésicos o antiinflamatorios.

Prevención del seroma en perros

Para prevenir la formación de los seromas, se deben tener cuidados en el momento de la cirugía y en el postoperatorio:

  • En la cirugía: se debe minimizar el trauma en los tejidos, así como diseccionar lo indispensable y realizar un cierre efectivo sin espacios muertos. Esto último se conseguirá suturando el tejido subcutáneo a la fascia subyacente para obliterar el espacio. El patrón de sutura más eficaz parece ser la sutura continua acolchada (quilting pattern) en el que tras unos tres puntos se da uno anclado a la fascia.
  • En el postoperatorio: se deben poner apósitos o materiales compresivos, así como mantener al perro en un lugar tranquilo, en reposo moderado y con un collar isabelino al perro para evitar el lamido de la zona.

Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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Bibliografía
  • T. Welch. (2019). Cirugía en pequeños animales. 5º edición. Elsevier.