Síndrome de privación sensorial en perros - Causas y tratamiento

Síndrome de privación sensorial en perros - Causas y tratamiento

El síndrome de privación sensorial en perros y otros animales consiste en el desarrollo de miedos y fobias que provocan una inestabilidad en el perro, llevándolo a ejecutar conductas no deseadas por su compañero humano, como por ejemplo ladrar de forma excesiva ante ciertas situaciones, paralización por miedo o morder a otros perros o humanos.

Si recientemente has adoptado un perro joven o adulto y presenta conductas anormales o presumiblemente patológicas a nivel mental, puede que te encuentres ante un perro que ha sufrido un aislamiento en un periodo crítico de su crecimiento y ha desarrollado este síndrome. En este artículo de ExpertoAnimal hablaremos sobre el síndrome de privación sensorial en perros, trataremos las posibles causas, los síntomas, cómo podríamos diagnosticarlo y su tratamiento.

Causas del síndrome de privación sensorial en perros

La causa principal que provoca este síndrome es un aislamiento durante la socialización del perro en cualquiera de las etapas primeras del desarrollo neuronal del cachorro.

Los perros durante su infancia pasan por cuatro fases de desarrollo y una privación de estímulos o contacto con otros animales o humanos puede provocar daños en el desarrollo de su personalidad, provocando en la edad adulta comportamientos aberrantes y no deseados, como el miedo patológico, observándose que el perro tiene miedo a todo, a situaciones y/o objetos o ruidos. Estos cuatro periodos son:

  • Periodo neonatal (desde el nacimiento hasta las dos semanas de vida): durante esta fase, el cachorro se limita a buscar alimento y calor de su madre o hermanos. Sus capacidades sensoriales o motoras están muy limitadas. Un perro u otro animal, incluido el ser humano, privado de este periodo puede no desarrollar del todo ciertas funciones hipotalámicas (región del cerebro que se encarga, entre otras cosas, de la regulación del estado de ánimo).
  • Periodo de transición: a partir de la tercera semana de edad, un perro comienza a responder a estímulos visuales y auditivos, ya que empieza a desarrollar estos sentidos. En este momento la relación con su madre se vuelve algo menos dependiente y llega el momento de conocer el mundo que le rodea. Puede andar, iniciar juegos con sus hermanos, mover el rabo como respuesta a estímulos que recibe y toca y morder objetos u otros seres.
  • Periodo de socialización (desde las cuatro semanas hasta las doce o catorce semanas de edad): este es quizá el periodo más importante y sensible para el correcto desarrollo físico y mental de un perro. En esta fase aprenderá que él es un perro, cómo se comportan los perros, con qué cosas o seres debe tener cuidado porque pueden ser peligrosos y con qué puede estar tranquilo. Aprenderá también dónde debe hacer sus necesidades, cómo comportarse con otros perros, humanos u otros animales de distintas especies. Se desarrollarán su curiosidad y carácter exploratorio, cada vez se alejará más del lugar donde descansa con su madre y hermanos. Alrededor de las seis y ocho semanas, es el momento clave para comenzar a socializar con seres humanos.
  • Periodo juvenil (desde la semana doce hasta la edad adulta): durante esta fase el perro debe conseguir la independencia social y no crear apego, que puede derivar en ansiedad por separación y, a su vez, en comportamientos destructivos. Es primordial, durante esta etapa, enseñar al perro las normas de la familia con la que pasará el resto de su vida. Siempre, a través del refuerzo positivo, debemos mostrarle qué conductas son las deseadas.

La ausencia de los estímulos adecuados durante cualquiera de estos periodos puede desencadenar en un síndrome de privación sensorial en perros.

Síntomas del síndrome de privación sensorial en perros

Al igual que debemos conocer el desarrollo sano y normal de un cachorro, es importante saber cómo una alteración en cualquiera de estos periodos puede provocar la aparición de conductas no deseadas. En concreto, aislar a un cachorro de otros perros, del ser humano o de cualquier estímulo visual o sonoro provocará miedo patológico.

Los síntomas podemos observarlos cuando el perro se enfrenta a cualquier situación novedosa:

  • Parálisis o bloqueo.
  • Rechazo al contacto con posible huida o intento de morder.
  • Ladridos descontrolados.
  • Micción involuntaria.
  • Agresividad depredatoria.
  • Sobreexcitación.
  • Síntomas neurodegenerativos: problemas de piel o trastornos digestivos (anorexia).

Mi perro tiene miedo a todo, ¿puede ser síndrome de privación sensorial?

El temor a todo sí puede estar provocado por el síndrome de privación sensorial debido a los motivos expuestos en apartados anteriores, sin embargo, no es la única causa posible. En aquellos canes que han vivido múltiples experiencias traumáticas, también es posible observar este tipo de conducta que, en ocasiones, deriva en fobia. Por ello, si acabas de adoptar a un perro con miedo y desconoces su vida anterior, lo más recomendable es acudir a un etólogo para que evalúe el caso y establezca un plan de trabajo adecuado al animal.

Diagnóstico del síndrome de privación sensorial en perros

Si crees que tu perro puede padecer este síndrome debes, en primer lugar, consultar a un veterinario que pueda realizar las pruebas pertinentes para descartar cualquier otro tipo de patología. Una vez que se determina que el estado de salud del perro es el correcto, el siguiente paso será visitar a un etólogo canino que esté facultado para realizar un estudio comportamental del perro y pueda establecer, a través de una anamnesis y unas pruebas concretas, si el perro sufre síndrome de privación sensorial.

Tratamiento del síndrome de privación sensorial en perros

Será el veterinario o etólogo especializado el que defina la terapia para tratar el síndrome de privación sensorial del perro más adecuada. Habitualmente, este tratamiento puede ser conductual o a través de fármacos:

  • Terapia de conducta: en este caso, el etólogo o educador canino estudiará el caso y elegirá el mejor tratamiento para el animal. Intentando lograr un estado en el que el perro deje de sufrir pavor ante situaciones novedosas.
  • Terapia con fármacos: aquí será el veterinario el que establezca un tratamiento con medicamentos para disminuir los niveles de estrés que sufre el perro.

Así mismo, es posible que el especialista que lleva el caso decida llevar a cabo un tratamiento combinado, es decir, en el que se administren fármacos y se trabaje con el animal para tratar sus miedos. En todo caso, es vital no forzar jamás al animal ni obligarlo a exponerse ante aquello que le provoca miedo.

Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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