Tortuga rusa

Las tortugas rusas son tortugas terrestres de tamaño pequeño, con una longitud de cola a cabeza de entre 13 y 25 centímetros. Siendo la media de 22 en las hembras y de 19 en los machos, dándose por tanto un marcado dimorfismo sexual, algo bastante común entre las tortugas terrestres. Además, se pueden diferenciar machos y hembras por la longitud de su cola, pues esta es más larga en el caso de los machos.

En todos los ejemplares, independientemente del sexo, se comparten características como su aplanado caparazón de color marrón en diversos tonos, color compartido con el resto de su cuerpo, ya que las ayuda a mimetizarse con su ambiente. Tienen unas patas delanteras fuertes y provistas de cuatro uñas bien desarrolladas, algo que las distingue del resto de tortugas de la familia, pues todas las demás tienen 5 uñas y no 4.

En general, son tortugas muy longevas, incluso en estado salvaje donde las acechan más peligros, suelen superar los 30-40 años de edad. En cautividad, su esperanza de vida se dispara, llegando con suma facilidad al centenar de años.

Esta especie de tortuga habita las estepas secas de toda Asia central, siempre que haya masas o curso de agua cerca, viviendo en países como China, Afganistán, Rusia o Pakistán. Esto hace que las tortugas rusas deban de afrontar unas condiciones climatológicas sumamente duras, pues se trata de un clima muy extremo. Tan extremo que durante los inviernos las temperaturas se mantienen bajo cero, mientras que en verano el mercurio asciende hasta picos insospechadamente altos.

Debido a la dureza del clima, estas tortugas se pasan casi todo el año inactivas, realizando hibernaciones cuando las temperaturas son demasiado frías y cuando son demasiado calurosas. Para realizar la hibernación, utilizan agujeros excavados en el suelo por ellas mismas. Estas madrigueras llegan a estar hasta a 3 metros de profundidad, motivo por el cual reciben el apelativo de “tortugas excavadoras o mineras”.

La tortuga rusa estará preparada para procrear una vez alcance una edad aproximada de 10 años. Durante el cortejo, el macho se vuelve bastante violento, persiguiendo, golpeando y sometiendo a la hembra durante este acto. Además, emiten ciertos sonidos, permaneciendo mudos el resto del tiempo de vida.

Una capacidad especial de las tortugas rusas hembras, es la de mantener el semen en su oviducto durante horas, días o incluso años hasta que las condiciones para la reproducción sean las más benignas. La puesta suele realizarse entre mayo y junio, en agujeros que la hembra prepara para ello. Al igual que en el caso de la tortuga mediterránea y la tortuga mora, el sexo de las crías estará determinado en gran medida por las condiciones climatológicas, predominando las hembras si hay más de 31º.

Cuando nacen, las tortugas rusas tienen un caparazón amarillo y negro, de forma redonda y de un tamaño comprendido entre los 3 y los 3,5 centímetros de largo, pesando apenas unos 8-11 gramos.

Las tortugas rusas son herbívoras, por lo que su dieta se basa en el consumo de alimentos vegetales como verduras y frutas. Esta dieta varía según el lugar que habite cada ejemplar, pues se adapta a las fuentes de alimento que tienen disponibles en cada caso.

En general, la tortuga rusa consume todo tipo de alimentos vegetales, como hojas de arbustos, flores, plantas secas, vegetales y frutas. En ocasiones excepcionales pueden consumir insectos y algo de carroña, no siendo lo habitual.

Es común tener una tortuga rusa como mascota, esto se debe a que son bastante sociables y fáciles de mantener. Si queremos tener una en nuestro hogar, hemos de tener en cuenta sus necesidades y condiciones en las que ha de estar.

Una de las más importantes es sin duda su espacio. Tenemos que prepararles un terrario que sea lo suficientemente espacioso para que se puedan mover libremente por él. Este, ha de recibir luz solar, pues es fundamental para que nuestra tortuga rusa pueda tomar el sol a diario. Si esto no fuese posible, será necesario instalar tubos UVA y UVB, algo que suele hacerse entre los propietarios de reptiles. También, necesitarán un lugar en el que hibernar, algo que harán anualmente. En este momento se ha de cambiar el terrario por uno en el que la temperatura sea baja (4-8ºC) y con un lecho de sustrato.

Debemos de limpiar su terrario y asegurarnos de que la temperatura nunca sea demasiado alta, vigilando que no supere los 35º.