Vacuna trivalente para gatos - Cada cuánto ponerla y efectos secundarios

Antes de profundizar en la vacuna trivalente para gatos conviene tener claro qué es una vacuna y cómo funciona. En pocas palabras, las vacunas son preparados de virus modificados o inactivados, que, al entrar en contacto con el sistema inmune provocan que este reaccione, creando defensas o anticuerpos para combatir la enfermedad.

Así, si el gato en su entorno natural entra en contacto con la enfermedad contra la que se ha vacunado, ya tendrá las defensas necesarias como para defenderse rápidamente. Por eso normalmente ya no manifestará signos clínicos de la enfermedad o estos serán muy leves. Esta protección es muy importante en enfermedades tan graves como la panleucopenia, que afecta sobre todo a gatitos y resulta mortal en un considerable porcentaje de casos.

Como decimos, la vacunación es especialmente importante en gatitos, ya que todavía no tienen bien desarrollado su sistema inmune. También en aquellos que tienen más contacto con otros, aunque algunas enfermedades pueden contagiarse porque entran en la casa a través de nuestros zapatos o prendas de ropa.

De todas formas, es el veterinario quien, en función de las características y las condiciones de vida de cada gato, tendrá que pautarnos el calendario de vacunas más adecuado para nuestro minino. Solo los veterinarios pueden vacunar.

En la actualidad, hay varias vacunas que se les pueden administrar a los gatos. Algunas son consideradas vacunas esenciales, mientras que otras serían opcionales. Entre las primeras se encuentra la vacuna trivalente de la que hablaremos a continuación.

La importancia de esta vacuna reside en que protege contra enfermedades felinas muy contagiosas para las que no hay más cura que ofrecer un tratamiento de soporte y esperar que el gato evolucione favorablemente. Pero, en concreto, ¿para qué sirve la vacuna trivalente para gatos? Como nos indica su nombre, confiere protección frente a tres patógenos, que son los siguientes:

• Herpesvirus felino, causante de rinotraqueítis, una enfermedad muy habitual, sobre todo en los gatitos más jóvenes, que se caracteriza por provocar secreción nasal, ocular y tos. Aunque tiene cura, en los casos graves el animal puede fallecer.
• Calicivirus felino, también relacionado con la rinotraqueítis. Además de signos clínicos como los mencionados puede provocar otros como heridas en la cavidad bucal.
• Parvovirus felino, que desencadena la panleucopenia, una enfermedad potencialmente mortal que también afecta más a los gatitos y que provoca vómitos y diarrea profusa, normalmente con sangrado.

En general, la vacunación en los gatitos acostumbra a comenzar hacia las ocho semanas de vida. Antes, en el mejor de los casos, cuentan con la protección de las defensas que les ha transmitido su madre. Pero una única dosis no es suficiente, por eso el veterinario suele marcar una nueva cita para repetir la vacuna trivalente pasadas unas 4-12 semanas. Según el calendario de vacunaciones que maneje, ya que hay varias opciones, también puede poner una tercera dosis a las 16 semanas y una cuarta entre las 24 y las 26.

Es importante desparasitar internamente al gatito antes de vacunarlo, ya que se sabe que la presencia de parásitos puede interferir con la eficacia de la vacunación. Recuerda también que vacunar es un acto clínico que incluye la revisión del animal para confirmar que esté sano. De lo contrario igualmente podría verse mermada la eficacia de la vacuna.

Además, la trivalente felina requiere revacunaciones periódicas durante toda la vida del gato para garantizar su protección. En general se recomienda repetir su administración una vez al año, pero, según las circunstancias de cada ejemplar, esta revacunación puede hacerse cada tres.

Normalmente no apreciaremos en el gato ningún efecto adverso tras la inoculación de la vacuna. Seguirá, por lo tanto, haciendo su vida normal como si nada en cuanto vuelva a casa. Pero en algunos ejemplares sí se aprecian efectos secundarios como malestar general o incluso fiebre durante las primeras 24 horas tras el pinchazo. Por si tienes dudas, en este artículo te explicamos cómo medir la temperatura a un gato. Recuerda que sus parámetros normales oscilan entre los 38 y los 39,2 ºC. En cualquier caso, este malestar suele remitir espontáneamente sin que tengamos que tratarlo.

También podemos notar una reacción inflamatoria justo en el punto de inoculación. Si es el caso de nuestro gato, la inflamación puede tardar unos días en desaparecer. En algunos ejemplares se desarrolla un fibrosarcoma, aunque este se relaciona más con las vacunas contra la rabia y la leucemia felina.

Solo en un pequeño porcentaje de casos el gato puede sufrir una reacción alérgica grave. El conocido shock anafiláctico es una urgencia que tiene que tratar de inmediato el veterinario. Es una razón más para que solo este profesional se encargue de administrar las vacunas.

No podemos dar un único precio para la vacuna trivalente, ya que cada veterinario cuenta con la libertad para establecer las cantidades que estime oportunas por sus servicios. Por eso hay diferencias considerables entre las distintas clínicas. Sí es posible apuntar un importe medio, que sería de unos 20-35 euros por dosis. En cualquier caso, lo mejor es preguntar directamente al veterinario que hayamos escogido.

Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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