Zorro ártico

Zorro ártico

El zorro ártico (Vulpes lagopus o Alopex lagopus), también llamado zorro polar, es un tipo de zorro de pequeño tamaño que destaca por poseer un bello y voluminoso manto completamente blanco. Pero más allá de su aspecto, estos cánidos destacan por ser una de las pocas especies capaces de cazar y sobrevivir en las gélidas tundras de Norteamérica y Eurasia.

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Origen
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Origen del zorro ártico

El zorro ártico es un pequeño cánido perteneciente al género Vulpes, que comprende a los llamados "zorros verdaderos" originarios del hemisferio Norte (como el zorro rojo y el zorro gris, por ejemplo). Particularmente, es la única especie de zorro que forma parte de la fauna de la Tundra Ártica, expandiéndose ampliamente en las regiones polares de Eurasia y Norteamérica, desde Canadá hasta Siberia. Su hábitat comprende también las llamadas islas árticas, como Groenlandia, Islandia y las Islas Bering.

A pesar de su pequeño tamaño, los zorros polares son animales muy resistentes, capaces de soportar los inviernos de dichas regiones, que pueden registrar temperaturas de hasta -50 ºC. En la actualidad, se reconocen cuatro subespecies del zorro ártico, siendo ellas:

  • Zorro ártico de Groenlandia (Alopex lagopus foragorapusis)
  • Zorro ártico de Islandia (Alopex lagopus fuliginosus)
  • Zorro ártico de Islas Bering (Alopex lagopus beringensis)
  • Zorro ártico de Islas Pribilof (Alopex lagopus pribilofensis)

Aspecto y anatomía del zorro polar

El organismo de los zorros árticos está preparado para permitir su supervivencia en un entorno extremo como es el Polo Norte. Su cuerpo compacto, la piel gruesa y el manto denso y bien tupido les ayudan a conservar calor y aislarse de las adversidades climáticas del medio exterior. En la edad adulta, los zorros polares suelen medir entre 35 y 55 centímetros, con un peso corporal promedio de 1,5 a 2,9 kg para las hembras, y de 3,2 a 9,4 kg para los machos.

Con la llegada del invierno, el zorro ártico adopta su espectacular manto invernal, muy voluminoso, largo y completamente blanco. Este pelaje permite que el zorro ártico se camufle fácilmente entre la abundante nieve que recubre los paisajes de la tundra ártica durante la estación más fría del año. Pero durante las estaciones más caídas, el manto del zorro polar suele presentarse menos denso y más corto para soportar las temperaturas más elevadas, y su tonalidad se muestra más grisácea o ligeramente parda. Este proceso de muda es indispensable para que esta especie logre adaptarse a los cambios climáticos extremos que experimentan las zonas polares.

La larga y voluminosa cola de los zorros árticos también es un aspecto importante de su anatomía. Además de ayudarles a mantener su equilibrio, también les ayudan a mantenerlos protegidos durante el invierno, sirviendo como una manta natural en los días más fríos.

Complementando las características físicas más destacadas del zorro ártico, debemos mencionar también el hocico alargado, que le permite disfrutar de un olfato muy bien desarrollado, las orejas puntiagudas que suelen permanecer alertas para detectar fácilmente cualquier posible amenaza en su entorno, y sus ojos oscuros que son indispensables para la poderosa visión que les permite cazar mismo con la baja disponibilidad de luz en las noches del invierno ártico.

Comportamiento del zorro ártico

Los zorros árticos son animales enérgicos que mantienen una alta actividad durante todo el año. Si bien su metabolismo se vuelve un poco más lento durante el invierno, con el objetivo de ahorrar energía y conservar calor, los zorros árticos no hibernan y permanecen activos inclusivo con el extremo frío de su hábitat. Hablamos también de animales nocturnos, pues suelen salir a cazar durante el momento de más tranquilidad que reina en las noches de la tundra ártica, en las cuáles pueden moverse con gran facilidad gracias a su óptima visión nocturna y poderoso olfato.

Respecto a su nutrición, el zorro ártico es un animal carnívoro oportunista, pudiendo alimentarse tanto de las presas que caza, como de la carroña dejada para tras por los osos polares. En el caso de que detecten escasez de alimentos en su entorno, los zorros árticos pueden migrar a otras regiones en busca de comida y refugio.

Es muy común que los zorros polares sigan a los osos polares, intentando aprovecharse de ballenas o focas varadas que fueron abandonadas por estos superdepredadores del Ártico. Así mismo, son unos cazadores inteligentes y discretos que pueden atrapar aves y mamíferos, siendo su principal presa el lemming, así como consumir eventualmente huevos para complementar su dieta.

Reproducción del zorro ártico

A pesar de ser bastante sociables, los zorros polares son animales solitarios que suelen vivir y migrar solos en su hábitat natural. Las parejas solo se encuentran durante las épocas de reproducción, que pueden ocurrir durante prácticamente todo el año, excepto en los meses de julio y agosto. Así mismo, el zorro polar es un animal monógamo y fiel a su pareja, encontrándose siempre con la misma pareja en cada época reproductiva, hasta que uno de los dos muera. En algunos casos, pueden pasar varios años hasta que un zorro ártico se aparee con otro individuo tras la muerte de su habitual pareja.

Como la mayoría de los mamíferos, los zorros árticos son seres vivíparos, es decir que la fecundación y el desarrollo de las rías ocurren en el interior del vientre materno. Tras el apareamiento, las hembras experimentan un periodo de gestación de 50 a 55 días, tras el que suelen dar la luz a camadas abundantes, debido a la alta tasa de mortalidad de los recién nacidos asociada a las condiciones climáticas de su entorno.

En cada parto, suelen nacer al menos de 6 a 12 crías, aunque pueden llegar a producirse camadas de más de 20 cachorros. Su desarrollo es bastante rápido, y las crías ya pueden empezar a independizarse de sus progenitoras a partir de su octavo mes de vida. La mayoría de los zorros árticos alcanzarán su madurez sexual al alcanzar su décimo mes de vida, aunque la fecha exacta irá variar según el organismo de cada individuo.

Estado de conservación del zorro polar

En la actualidad, el zorro ártico está clasificado como una especie de "preocupación menor", según la Lista Roja de especies amenazadas de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza).

Su estado de conservación se debe, en gran parte, a la gran capacidad de adaptación a los hábitos humanos. Los zorros árticos han sido inclusivo adoptados como "animales de compañía" por las poblaciones que residen en las cercanías de las zonas árticas. Así mismo, tener un zorro como mascota no solo no es recomendable, tratándose de un animal silvestre que puede verse fácilmente afectado por el estrés y transmitir ciertas zoonosis a los seres humanos, sino que está prohibido en la mayoría de los países.

También es cierto que los zorros árticos tienen pocos depredadores en su hábitat natural, ya que generalmente los osos polares tienden a ignorarlos, siendo los lobos y los búhos niveles sus principales "amenazas naturales". Sumado a ello, se debe mencionar que la caza a los zorros árticos ha disminuido en los últimos años, como resultado tanto de los cambios en el estilo de vida de la población, como de las campañas de concienciación sobre su importancia para los ecosistemas.

Bibliografía
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