Zorro culpeo

Como te hemos adelantado en la introducción, el zorro culpeo es un tipo de zorro nativo del Oeste de la América del Sur, cuya población se distribuye a lo largo de la Cordillera de los Andes, desde Ecuador hasta el extremo Sur de la Patagonia Argentina y Chilena. Se trata del segundo cánido de mayor tamaño que vive en esta región, no superando en tamaño solamente al aguará guazú (más conocido como "lobo de crin").

El primer individuo de esta especie, que quedaría conocido posteriormente como zorro culpeo común, es descrito por primera vez en 1782 por Molina. Pero en este momento, el investigador describe a esta nueva especie bajo el nombre científico Canis culpaeus. Varios años más tarde, el zorro culpeo es trasladado al género Lycalopex, en lo que se encuentran clasificados los llamados "falsos zorros" del Nuevo Mundo. Así mismo, se sigue aceptando la sinonimia Pseudalopex culpaeus, que ha sido bastante común hasta el inicio del siglo XXI.

En la actualidad, se reconocen a las siguientes seis subespecies de zorro culpeo:

• Zorro colorado achaleño (Lycalopex culpaeus smithersi)
• Zorro colorado altiplánico (Lycalopex culpaeus andinus)
• Zorro colorado común (Lycalopex culpaeus culpaeus)
• Zorro colorado ecuatoriano (Lycalopex culpaeus reissii)
• Zorro colorado fueguino (Lycalopex culpaeus lycoides)
• Zorro colorado patagónico (Lycalopex culpaeus magellanicus)

En comparación a los zorros del Nuevo Mundo, este es un zorro relativamente grande, cuyo cuerpo puede medir entre 60 y 103 centímetros, con una cola de 30 a 53 centímetros de largo. El peso corporal promedio de estos cánidos suele variar entre 5 y 9 kilos, siendo los machos notablemente más robustos que las hembras. También es importante mencionar que los zorros culpeos fueguinos, que habitan en la Isla Grande de Tierra del Fuego compartida entre Argentina y Chile, suelen ser bastante más grandes y musculados. De hecho, estos individuos pueden llegar a pesar hasta 14 kilos, superando notablemente en tamaño y robustez a las demás subespecies.

Su pelaje es relativamente largo y denso, volviéndose especialmente espeso durante el invierno. En su cuerpo, predomina el blanco o tonos amarillentos, que se mezclan con el negro en la región del dorso. A su vez, las orejas, las patas y la cabeza muestran un color rojizo intenso. Su cola tiene un pelaje aún más espeso, en la que vemos muchos pelos grisáceos con una mancha negra en la base y otra en la punta. No obstante, el zorro culpeo achaleño presenta un manto completamente rojizo, que combina algunos puntos negros con una variedad de tonalidades de rojo en su cuerpo.

Eventualmente, se pueden encontrar zorros culpeos "bayos", cuyo pelaje es completamente amarillento o ligeramente pardo, careciendo de pelos grisáceos o negros en su capa externa. Se supone que esta característica deriva de una mutación genética que también ocasionaría que la cola del zorro sea más fina y su aspecto, se vea más delgado.

El zorro culpeo mantiene hábitos mayormente nocturnos, saliendo a cazar y alimentarse durante las frías noches de las regiones andinas, principalmente cuando vive cerca de zonas habitadas por los seres humanos. No obstante, cuando habita en zonas más preservadas y aisladas de los centros urbanizados, también se muestran activos en las horas crepusculares.

Generalmente, son animales solitarios que construyen sus refugios dentro de troncos huecos o en cuevas. En su hábitat natural, es muy raro que superpongan su territorio, inclusive con individuos del sexo opuesto, soliendo moverse en un rayo máximo de 10km2.

Respecto a su alimentación y técnicas de caza, los zorros culpeos son carnívoros oportunistas. Sus principales presas son mamíferos pequeños o medianos, como liebres, conejos y otros roedores. Eventualmente, también pueden atrapar aves, reptiles, huevos y consumir algunos frutos y frutas para complementar su nutrición. Además, gracias a su privilegiado tamaño, los zorros culpeos fueguinos también pueden cazar animales de mayor porte, como los guanacos. En épocas de escasez de alimentos, principalmente durante el invierno, el zorro culpeo también puede alimentarse de carroña dejada por otros depredadores, como los pumas.

Durante las últimas semanas del invierno, los zorros culpeos machos empiezan a emitir su característica llamada para atraer a las hembras. La época de reproducción suele empezar en agosto y extenderse hasta el fin de octubre. Los zorros culpeos suelen ser animales monógamos y fieles a su pareja, con quien cazarán y permanecerán juntos por casi seis meses para criar y proteger a sus cachorros.

Al igual que todos los cánidos, los zorros culpeos son animales vivíparos, o sea, la fecundación y desarrollo de las crías se da en el interior del vientre materno. Después del apareamiento, las hembras experimentarán un periodo de gestación de 55 a 60 días, al fin de los que dará la luz a una camada de 3 a 8 cachorros en el refugio que comparten y protegen junto al macho.

Los machos participan activamente de la crianza de las crías y también se encargan de traer comida para mantener la hembra y sus cachorros bien nutridos y en seguridad. A partir de su tercero mes de vida, los cachorros empiezan a aprender las técnicas de caza con sus progenitores, con los que vivirán juntos hasta sus 9 o 10 meses de vida. Generalmente, alcanzan su madurez sexual después de completar su primer año de vida, cuando ya estará preparado para encontrar su pareja.

Actualmente, el zorro culpeo está clasificado como una especie "en preocupación menor", según la Lista Roja de especies amenazadas de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza). Si bien su población aún resulte abundante (especialmente en la región patagónica), ha experimentado una significativa reducción en las últimas décadas.

Por ello, es posible encontrar diferentes estados de conservación según el país o región donde nos encontremos. Por ejemplo, en Bolivia, se lo considera como un animal amenazado, mientras en Argentina, es una especie potencialmente vulnerable, y en Chile se considera que no hay datos suficientes sobre su población.

Los zorros culpeos no tienen muchos depredadores naturales más allá del puma. Pero han sido intensamente cazados en su territorio durante más de dos siglos, y su hábitat fue disminuyendo progresivamente gracias al avance de los centros urbanos y de las actividades económicas del ser humano. Se espera que con la ampliación de los Parques Nacionales en los países andinos, su población logre alcanzar mayor estabilidad.