Cacomixtle sureño

El cacomixtle sureño ha sido menos estudiado que el cacomixtle norteño, de manera que hay mucha menos información. Sin embargo, se conocen las siguientes características:

• El cuerpo tiene una longitud de entre 38 y 48 cm.
• La cola es larga, midiendo entre unos 39 y 53 cm.
• El cacomixtle sureño tiene una altura de unos 17 cm.
• Tiene un pelaje gris o marrón. La cola tiene un patrón anillado que alterna bandas beige y negras.
• La forma de las orejas es puntiaguda.
• Las patas están desprovistas de pelo en la planta.
• Tiene garras no retráctiles.
• Posee 40 dientes y sus caninos están bien desarrollados.
• El cacomixtle sureño emite un olor almizclado.

El cacomixtle sureño no se distribuye de manera regular, pero faltan estudios para confirmar este aspecto. Está presente en México, Belice, Guatemala, Honduras, El Salvador, Costa Rica y Panamá, pero no hay datos precisos sobre el nivel poblacional. En este sentido, los expertos sospechan que el cacomixtle sureño habita sobre todo en Veracruz, México, y tiene poca presencia en Costa Rica y Panamá. Se sospecha que hay más individuos en los otros países de Centroamérica.

El hábitat del cacomixtle sureño puede estar conformado por bosques lluviosos montanos y de tierras bajas, bosques húmedos, bosques caducifolios, bosques secundarios y algunos matorrales.

El cacomixtle sureño es un animal de hábitos nocturnos y arbóreos; de hecho, casi nunca baja al suelo, manteniéndose en los niveles medios y superiores de los bosques que habita. Es principalmente solitario, aunque se han observado varios individuos alimentándose juntos en el mismo árbol, además de uniones durante la época de apareamiento. Si quieres conocer más animales solitarios, no te pierdas este artículo: "Los animales más solitarios del mundo".

El territorio de un cacomixtle sureño puede extenderse hasta unas 130 hectáreas aproximadamente, y no suelen superponerse los territorios de distintos individuos. No hay registros de marcas químicas en las áreas, pero sí de emisión de sonidos por horas, lo que probablemente se utilice para indicar su presencia y delimitar el espacio.

Aunque las hembras pueden entrar en celo en cualquier época del año, es más frecuente entre los meses de febrero y junio. A pesar de que tienen un ciclo estral de un poco más de un mes, solo están receptivas para reproducirse un día. Al quedar embarazadas, tienen una gestación de entre 63 y 66 días, y generalmente nace una sola cría.

Los nacimientos se dan en los árboles, en un lugar que la madre ha acondicionado. Al nacer, los pequeños cacomixtles sureños tienen los ojos cerrados y apenas pesan unos 25 gramos, por lo que son totalmente dependientes de la madre. Los ojos se abren pasados el primer mes, y los primeros alimentos sólidos los consumen después de la sexta semana.

Cuando los pequeños cacomixtles sureños cumplen dos meses, ya empiezan a explorar con su madre en búsqueda de alimento. El destete ocurre hacia los tres meses. Eventualmente, el padre puede estar presente y la madre tolera su presencia. Llegados los diez meses, coincide la maduración sexual de los jóvenes y su independencia de la madre.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) establece que el estado de conservación actual del cacomixtle sureño es de "menor preocupación". Sin embargo, existen amenazas importantes que continúan afectando a la especie. En este sentido, la deforestación, que termina por acabar con el hábitat, es la amenaza más importante que enfrenta el cacomixtle sureño, ya que, en ciertas regiones en particular, como en México, los niveles de deforestación son muy elevados, así como la fragmentación de los bosques. También hay reportes de comunidades que cazan al animal para la obtención de su carne y piel.

En países como Costa Rica, hay consideraciones particulares para el cacomixtle sureño. Así, en este país se ha incluido en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), apéndice III, y se clasifica como una especie "en peligro de extinción". En el caso de Belice, está bajo la protección de la Ley de Protección de Vida Silvestre.

Una buena noticia es que la especie se encuentra en algunas zonas protegidas, como es el caso del Parque Nacional Volcán Barú en Panamá, el Parque Nacional Monte Cristo en El Salvador y la Reserva de la Cuenca Cockscomb en Belice.