Anatomía del conejo

El conejo es un animal pequeño, de cuerpo simétrico y alargado. El peso cambia según la variedad o raza, pudiendo ir desde 1 kg hasta los 6 kg. Tanto la cabeza como el cuello son pequeños, en algunos conejos la piel forma pliegues en esta última estructura como si fuese una papada. Posee glándulas para la producción de feromonas en el mentón y la zona perianal, las cuales utiliza para comunicarse y marcar el territorio.

Las extremidades delanteras son más pequeñas que las traseras, las primeras poseen cinco dedos con uñas fuertes, mientras que las traseras tienen mayor fuerza para optimizar los saltos. Están desprovistas de almohadilla y también las usan para generar vibraciones en el suelo y comunicarse, por ejemplo, en caso de algún peligro. La cola del conejo es corta, también de utilidad para la comunicación a través del movimiento. Dichas características son las más destacadas de los rasgos anatómicos generales del conejo.

El conejo tiene un complejo sistema sensorial, de modo que utiliza todos sus sentidos, visual, táctil, acústico y químico. Además, es capaz de percibir de manera eficiente los cambios térmicos y las vibraciones. El conejo es un animal con una importante capacidad comunicativa a través de los olores y el tacto.

Los conejos ven con unos ojos grandes y se ubican de forma más lateral que frontal. Es común la coloración roja, aunque pueden ser también de otros colores según la variedad. La nariz es altamente sensible, la cual mueve con facilidad. Debajo del tejido de las fosas nasales se encuentran unas especies de almohadillas, vinculadas a la percepción de los olores. Posee dos pabellones auriculares largos, desprovistos de pelos internamente, móviles, los cuales le permiten captar sonidos a grandes distancias y adicionalmente juegan un papel fundamental en la termorregulación corporal.

La piel del conejo se caracteriza por presentar dos tipos de pelo. Uno externo y visible generalmente brillante, fuerte y relativamente largo. El otro interno, que es más corto y de tipo lanoso, es de gran utilidad para los hábitats fríos.

La coloración del pelaje del conejo común tiende a ser gris en combinaciones con negro y marrón con la zona inferior más clara, así como el área baja de la cola blanca. Son bastante usuales los conejos melanísticos y albinos. Sin embargo, dados los cruces selectivos hechos, se han obtenido una gran cantidad de variedades, las cuales pueden ser unicolores o combinadas.

El sistema digestivo del conejo se inicia en la boca, en la cual hay 28 dientes, destacándose sus grandes incisivos. Para tomar el alimento, además de en los dientes, se apoya en sus labios móviles y lengua. Posteriormente se encuentran la faringe y el esófago, este último es corto, por los cuales se moviliza el alimento hasta el estómago.

Los conejos son animales mono gástricos, es decir, su estómago está formado por un solo compartimiento. En un conejo adulto este sistema llega a medir hasta unos 5 m aproximadamente, en el cual se depositan unos 100 gr de alimento. Luego encontramos el intestino delgado, donde ocurre una degradación importante de la masa de alimentos gracias a las secreciones del hígado y páncreas, para que luego sean absorbidos los nutrientes por la mucosa del tejido.

Las partículas no degradadas en el intestino delgado, pasan al ciego en el intestino grueso, aquí ocurre un importante proceso de degradación por enzimas bacterianas. Posteriormente, la masa restante se moviliza al colon y hasta este punto en general el sistema digestivo es similar a otros animales mono gástricos.

La peculiaridad del conejo reside en la función dual del colon, ya que si el alimento ingresa en las primeras horas de la mañana, no serán procesadas completamente y se formarán masas envueltas en una mucosidad con forma de racimos, conocidas como cecotrofias. Si el contenido estomacal, llega en horas posteriores, serán sometidas a un proceso de absorción que extraerá toda la humedad, dando como resultado una masa fecal seca.

Un aspecto importante, es que cuando el conejo libera las cecotrofias, como aún tienen nutrientes, los cuales pueden ser aprovechados por el animal, este las consume a penas las expulsa, de modo que esta masa vuelve a pasar por el proceso de digestión.

El sistema digestivo del conejo culmina con el ano, por el cual el conejo expulsa las heces y las cecotrofias.

Imagen: pinterest.com

El corazón del conejo se ubica en la zona ventral del tórax, y al lado de este se ubican los dos pulmones. Se divide en cuatro cavidades, dos superiores o aurículas, encargadas de recibir la sangre y dos inferiores o ventrículos, a través de los cuales se expulsa la sangre. Adicionalmente, este sistema consta de arteria y venas pulmonares, arteria aorta, vena cava anterior y posterior.

En cuanto al sistema respiratorio del conejo, además de los pulmones, el mismo está constituido por las narinas u orificios respiratorios externos, las fosas nasales, orificios respiratorios internos o coanas, faringe, laringe, tráquea, bronquios, lobulillos pulmonares y el diafragma.

El sistema reproductivo de las conejas consta de: ovarios, oviductos, útero, vagina y vulva. En el caso del sistema reproductivo de los conejos, encontramos: testículos, conducto deferente, conducto uretral, pene, próstata, vesículas seminales, glándula vesicular y glándula de Cowper.

La madurez sexual en las hembras es entre los 3.5 y 4 meses, mientras que en los machos es un poco después, de 4.5 a 5 meses.

En cuanto al sistema óseo del conejo encontramos que la cabeza está formada por huesos planos que no tienen movilidad, con excepción de los ubicados en el maxilar inferior. Los huesos que se ubican en la cabeza son: occipital, frontal, parietales, temporales, lagrimales, nasales, maxilar superior e inferior.

El tronco del conejo lo conforman diversos huesos de pequeño tamaño, donde se ubican los diversos tipos de vertebras (cervicales, dorsales, lumbares, sacras y caudales); las costillas y otros huesos que constituyen la caja torácica.

Las extremidades anteriores están formadas por la escápula, húmero, cúbito, radio, huesos carpianos, metacarpianos y las falanges. Las extremidades posteriores las constituyen fémur, tibia, peroné, tarso, metatarso y las falanges. Estas últimas están unidas a la columna a través de la pelvis, que a su vez está estructurada por ilion, isquion y pubis.

El conejo ha sido un animal del cual se han obtenido diversas variedades con fines de comercialización, de modo que la carne y el pelaje del conejo son altamente consumidos en diversos países. En la actualidad, el conejo común se encuentra en peligro de extinción según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, debido principalmente a acciones causadas por las personas.

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