Lince ibérico

Su origen se remonta a la evolución de los linces a lo largo del tiempo. Los linces en general han existido durante millones de años, y el linaje del lince ibérico se ha desarrollado en la región específica de la península ibérica.

Veamos cuáles son las características del lince ibérico:

• Presenta dimorfismo sexual en cuanto al tamaño: siendo los machos más grandes que las hembras.
• El rango de peso está entre 11 a 15 kg, con un promedio de 12,8 kg.
• El tamaño se encuentra entre 0,8 a 1,3 m.
• La cabeza es relativamente pequeña.
• Las patas son largas y la cola, como en las otras especies, corta, con la característica punta negra.
• La cara con forma plana presenta mechones negros en las orejas y un pelaje que parece una barba.
• En cuanto al color, el pelaje es leonado, con diversas manchas que varían en tamaño e intensidad del color.
• Debido a que su dieta consiste en presas pequeñas, tiene un hocico estrecho, pero las mandíbulas son alargadas con caninos pequeños.

El rango geográfico natural actual del lince ibérico se limita a dos regiones en el suroeste español, como son el:

• Este de Sierra Morena.
• Oeste del bajo Guadalquivir.

No obstante, se han estado haciendo reintroducciones en otras zonas de España y también en Portugal, como parte de programas de conservación. El lince ibérico requiere un hábitat de terreno diverso, que no supere los 1.300 metros de altura.

En cuanto a la vegetación, estas áreas tienen la presencia de matorrales cerrados, intercalados con parches de pastizales abiertos. Por otra parte, requieren de corredores naturales para movilizarse y dispersarse hacia otros espacios cuando se independizan de la madre.

Puede que te interese el siguiente post de ExpertoAnimal sobre los "Tipos de linces: características y donde viven".

El lince ibérico es un félido de costumbres solitarias, con hábitos nocturnos o crepusculares, teniendo máxima actividad al atardecer cuando sus presas salen. Sin embargo, en la época de invierno, puede volverse diurno. Aquí puedes consultar otros "Animales nocturnos" como el lince ibérico.

El territorio entre machos y hembras puede superponerse, pero no ocurre igual entre el mismo sexo, porque en este caso sí se vuelve territorial, defendiendo el espacio. Generalmente, por la poca disponibilidad de presas que ha sufrido, el lince ibérico mata a otros carnívoros pequeños, como gatos doméstico, perros, zorros rojos, mangostas egipcias, entre otros; así disminuye la competencia por el alimento.

Esta especie conforma grupos poblacionales pequeños y aislados, y a menos que la población sea abundante, acostumbra a dispersarse a los dos años. Los machos se movilizan más lejos que las hembras, estas a veces heredan el territorio materno o fundan uno cerca de estas. La dispersión es necesaria pero implica riesgos como el ataque de otros linces por defender sus territorios o no encontrar presas suficientes para alimentarse. El impacto humano ha intervenido fuertemente en este proceso natural de movilización del lince ibérico.

Como es común en los felinos, el lince ibérico es un ágil cazador y depredador. Se camufla muy bien para atrapar a sus presas, las cuales suele matar de un solo mordisco en el cuello. Este animal carnívoro se alimenta si es posible exclusivamente del conejo europeo (Oryctolagus cuniculus), lo que le convierte en un especialista en cuanto a la alimentación. Un lince adulto requiere de un conejo diario para alimentarse, pero las hembras con crías requieren hasta tres conejos por día.

Debido a la disminución de las presas, el lince puede alimentarse de otros animales, tales como: roedores, liebres europeas, patos, gansos, ciervos pequeños, entre otros. Puedes consultar más información sobre los "Animales carnívoros: ejemplos y características".

Originalmente el lince ibérico es poligínico, de modo que los machos están con varias hembras en la época reproductiva. No obstante, debido a la disminución importante de la población de linces, y su presencia en territorios limitados, ha aumentado la competencia intrasexual. Además, esto ha presionado para que los machos estén en áreas más reducidas de lo normal y se esfuercen por defender a una hembra, de modo que se vuelven monógamos.

Los machos maduran sexualmente al año, pero las hembras hasta que no aseguren un territorio no se reproducen. Generalmente, la época del celo es en enero, pero en caso de perder el embarazo o si mueren las crías, puede volver a entrar en estro. Si la hembra no tiene un territorio apto y de calidad no se reproducirá.

De esta manera, lo común es una camada de linces ibérico por año. Cada hembra dará a luz entre 2 y 4 bebés linces, lo cual ocurre entre marzo y abril, luego de una gestación de 63 a 73 días. Al nacer los cachorros dependen totalmente de la madre, ya que no pueden ver ni escuchar. El destete ocurre alrededor de la semana 10, pero la independencia se da entre los 7 a 8 meses. Generalmente, solo dos cachorros llegan a sobrevivir luego de ser destetados.

Actualmente la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), clasifica al lince ibérico como En peligro de extinción. Esta especie ha sido considerablemente reducida poblacionalmente, manteniéndose en áreas limitadas. Las amenazas la han constituido, por un lado, la excesiva caza que sufrió en el siglo pasado, la masiva disminución de su presa para alimentarse, los arrollamientos causados por vehículos en las largas y anchas carreteras construidas en su hábitat, así como el fusilamiento y captura con trampas ilegales.

Se han desarrollado algunos planes de conservación, como la reintroducción no solo de linces ibéricos, sino también de conejos para que tenga disponibilidad de alimentos. También algunas acciones en cuando al control de tráfico vehicular y facilitar el paso de las carreteras para estos animales. No obstante, no es un proceso fácil, porque la recuperación del hábitat es un proceso complejo, en parte por las necesidades especiales del lince ibérico en este aspecto.

El lince ibérico es una especie protegida en España y Portugal, y entre otras legislaciones, se encuentra incluido en el Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), en su apéndice I.

Como te hemos comentado las poblaciones de linces ibéricos han sido fuertemente impactadas, al punto de ser extirpados de muchas regiones nativas. Según la UICN, para el 2001 se estimaban unos 62 linces ibéricos maduros, distribuidos entre 26 a 31 territorios. Luego, los estudios reflejaban que la población pasó a 156 en el 2012, el cual es el último reporte. De esta manera, según estos datos y las medidas de conservación desarrolladas, la dinámica poblacional debió seguir en ascenso.