Pastor islandés

El pastor islandés es la única raza de perro que se originó en Islandia. En concreto, fue introducido en la isla por los primeros colonos vikingos hace más de 1.000 años.

A lo largo de los siglos, el pastor islandés se fue adaptando al abrupto terreno de Islandia y a las necesidades de los pastores islandeses, convirtiéndose así en un perro pastor extraordinario. Sin embargo, a finales del siglo XIX, una enfermedad acabó con más del 75% de la población de perros pastores en Islandia. Esta situación, sumada a la disminución de las necesidades agrícolas durante el comienzo del siglo XX, puso a esta raza al borde de la extinción. Sin embargo, en la actualidad, gracias al trabajo de los criadores islandeses y de otros países, se ha conseguido recuperar la población de esta raza canina, que no solo sigue empleándose para las labores de pastoreo, sino también como animal de compañía, debido a su carácter alegre, amistoso y juguetón.

Si te interesa, te dejamos este post con otros Top 15 de perros pastores.

La Federación Cinológica Internacional (FCI) incluye al pastor islandés dentro del Grupo 5 (perros tipo Spitz y tipo primitivo), Sección 3 (perros nórdicos de guarda y pastoreo). Las características más importantes de su estándar racial son las siguientes:

• A nivel general, presenta el aspecto típico de los Spitz nórdicos: visto de perfil, es más largo que alto, lo que le confiere un aspecto rectangular.
• Es una raza de perro mediano: con un peso que puede oscilar entre los 11 y 14 kg, y una altura de 42 a 46 cm.
• A nivel facial, destacan los ojos de tamaño medio y forma almendrada: casi siempre de color marrón oscuro. Un rasgo característico es su entrañable expresión facial, siempre dulce, amigable y alegre.
• Las mucosas (párpados, labios y trufa) tienen distintos colores: pueden ser negras, marrones oscuras o color crema, dependiendo del color del pelaje.
• Las orejas son triangulares: de tamaño medio y las mantienen siempre erguidas. Se caracterizan por ser muy móviles, reaccionando sensiblemente a los ruidos y mostrando el estado de ánimo del animal.
• La cola tiene una inserción alta y se mantiene enroscada: en contacto con la grupa. Es bastante peluda y el largo del pelo está en proporción al largo del resto del manto.
• Al ser un perro nórdico, su pelaje tiene dos capas: es grueso y extremadamente resistente a las inclemencias climáticas. El pelo es más corto en la cara, parte superior de la cabeza y parte anterior de las extremidades, siendo más largo en el cuello, el pecho y parte posterior de los muslos.

Dentro de la raza, se distinguen dos variedades en función de la longitud del pelaje:

• De pelo corto: la capa externa de pelo tiene una longitud media, y el subpelo es espeso y suave.
• De pelo largo: la capa externa de pelo tiene mayor longitud, y el subpelo es igualmente espeso y suave.

Independientemente de la longitud del pelo, el color del manto del pastor islandés es siempre una combinación de blanco con otros colores predominantes, que pueden ser:

• Fuego: varía del crema al marrón rojizo.
• Marrón chocolate.
• Gris.
• Negro.

Las marcas blancas suelen encontrarse en la cara, el cuello, el pecho, las patas (botas de altura variable y la punta de la cola). Además, los perros fuego y grises es habitual que presenten una máscara negra en la cara.

En cuanto a su temperamento, los pastores islandeses son perros alegres, cariñosos y juguetones. Cuando realizan sus labores de pastoreo, se mantienen concentrados en su trabajo y es habitual escuchar sus ladridos con frecuencia, dado que utilizan sus vocalizaciones para advertir del peligro.

En general, son perros que se adaptan a la perfección a familias con niños y con otros perros. No obstante, no se recomienda que compartan hogar con animales más pequeños (como conejos, cobayas, etc.) dado que, por su instinto pastor, tienen tendencia a perseguir pequeños animales.

También se debe tener en cuenta que son perros especialmente activos, que disfrutan enormemente las actividades al aire libre y las largas caminatas con sus cuidadores. Por este mismo motivo, no se recomienda que vivan en apartamentos o casas pequeñas, sino que es preferible que vivan en casas con terrenos amplios en los que puedan disfrutar al aire libre.

Además de los cuidados básicos de cualquier perro, los tutores de esta raza deben tener en cuenta una serie de consideraciones especiales:

• Alimentación: el pastor islandés debe recibir una dieta de alta calidad, acorde a su edad y a su nivel de actividad. A la hora de seleccionar la ración de estos animales, es importante considerar su gasto energético diario, el cual variará considerablemente si se trata de perros de trabajo o de animales de compañía.
• Ejercicio: los pastores islandeses son perros muy atléticos, activos e inteligentes, por lo que el ejercicio debe formar parte de su rutina diaria. Son perros con mucha energía, que requieren una combinación de ejercicio físico y mental para mantenerse física y mentalmente sanos. Por ello, además de los paseos diarios, es importante ofrecerles juegos y entrenamientos que les estimulen tanto física como sensorialmente. De lo contrario, los pastores islandeses pueden desarrollar conductas destructivas, ansiedad u otros problemas de comportamiento. Para más información sobre la Ansiedad en perros: síntomas y soluciones no dudes en consultar este artículo.
• Higiene: como ocurre con todos los perros nórdicos, el pastor islandés tiene una muda abundante, especialmente en las estaciones de primavera y otoño. Por ello es importante realizar un cepillado regular y (2-3 veces por semana en las épocas de muda), para eliminar todo el pelo muerto y ayudar a que el nuevo manto luzca más bonito y saludable.
• Temperatura: debido a su origen, los pastores islandeses toleran mal las altas temperaturas. Por ello, es importante protegerles del calor y el sol en verano, especialmente en las horas centrales del día.

Al igual que con cualquier otra raza, el adiestramiento y la sociabilización con personas y otros animales debe comenzar a edades tempranas para conseguir un compañero educado y equilibrado.

El pastor islandés es un perro inteligente y con ansias por complacer, por lo que en general son perros fáciles de entrenar que aprenden con rapidez. No obstante, el adiestramiento debe basarse siempre en el refuerzo positivo, ya que las duras correcciones pueden tener consecuencias muy negativas para el animal.

Como rasgo característico, debemos destacar que se trata de una raza muy vocal, puesto que en sus orígenes utilizaban el ladrido para alertar a los pastores de posibles peligros en las montañas. Por ello, es frecuente observar que los cachorros de pastor islandés ladren a todo aquello que llame su atención. No obstante, aunque se trate de un comportamiento normal y natural en esta raza, es un hábito se puede corregir mediante un correcto entrenamiento en positivo.

Por otra parte, es importante tener en cuenta que, al tratarse de un perro de pastoreo, es habitual que tengan el instinto de perseguir animales pequeños o incluso algunos vehículos. Por ello, es recomendable trabajar y corregir este comportamiento desde edades tempranas para así evitar situaciones de peligro en un futuro.

Al igual que ocurre con otros muchos perros, el pastor islandés está predispuesto a padecer una serie de patologías. Algunas de las más frecuentes en esta raza son:

• Displasia de cadera.
• Luxación de rótula.
• Cataratas.
• Distiquiasis: crecimiento de nuevas pestañas desde las glándulas tarsales o glándulas de meibomio.
• Criptorquidia.

Por ello, es importante realizar revisiones veterinarias con regularidad (dos veces al año) para así poder detectar estas u otras patologías en sus primeros estadios e instaurar un tratamiento tempano.

A pesar de tener cierta predisposición a algunas patologías, en general es una raza saludable, con una esperanza de vida que oscila entre los 12 y 14 años.

Si estás pensando en incluir un pastor islandés en la familia, te recomendamos que comiences por visitar los refugios y las asociaciones protectoras de animales que se encuentren cerca de tu domicilio, ya que de esta manera podrás conocer personalmente a los perros que estén esperando adopción.

No obstante, debes saber que el pastor islandés no es una raza habitual en nuestro país, por lo que puede que te resulte complicado encontrar algún ejemplar que esté esperando acogida. Por ello, también puedes optar por ponerte en contacto con los clubes o sociedades encargadas de la cría y recuperación de esta raza, para que puedan orientarte en la búsqueda.

En cualquier caso, recuerda que lo verdaderamente importante a la hora de incluir un nuevo miembro en la familia no es que cumpla con ningún estándar racial, sino que puedas acogerlo en tu hogar y adaptarte a sus necesidades y estilo de vida.