Kelpie australiano

El origen de la raza es incierto, pero se ha podido demostrar que los kelpies son descendientes de perros escoceses, todos ellos diversos tipos de collie, que fueron llevados a Australia para utilizarlos en el pastoreo de los grandes rebaños que poseían lo terratenientes. Algunos piensan que es el resultado de un cruce entre dingos y border collies, pero documentos más precisos revelan que la raza se originó a partir de collies del norte de Inglaterra.

Estos perros sustituyeron a los convictos que antes se encargaban de pastorear las ovejas, pero al aumentar el número y el tamaño de los rebaños esto se volvió poco práctico, siendo entonces cuando los dueños de los rebaños decidieron recurrir a los perros pastores, entre ellos uno de los más adecuados para el clima era el kelpie australiano, por lo que la raza era muy apreciada por los campesinos australianos.

Los kelpie son de tamaño mediano, con un margen bastante amplio en cuanto al peso aceptado, el cual se comprende entre los 11 y los 20 kilos, la altura a la cruz en los machos es de 46 a 51 centímetros y en las hembras de 43 a 48, siendo ellas algo más pequeñas. El cuerpo es fuerte, muy musculoso y proporcionado. Están bien desarrollados.

Estos perros son animales muy resistentes debido a la doble capa de pelaje que aísla su piel de las altas temperaturas y los rayos ultravioleta. Este manto mide entre 2 y 3 centímetros de largo y es denso y duro, lo que hace que sea resistente al agua. Los colores aceptados son el negro, el rojo, el leonado, el chocolate, el color humo y las combinaciones de negro y fuego y rojo y fuego.

Sus extremidades son muy elásticas, lo que les permite tener una gran resistencia física. La cabeza es ancha y redondeada, con un hocico recto, acabado en una trufa cuyo color será acorde al del manto, y unos ojos almendrados. Sus erguidas orejas son medianas y acabadas en punta.

Los kelpie son perros muy activos y predispuestos a realizar tareas, son extremadamente obedientes, lo cual hace recordar que provienen de los collie, pues son inquietos y a la vez muy inteligentes. Estos animales se adaptan fácilmente a la vida en cualquier parte, pisos, casas o terrenos, aunque si viven en un lugar con poco espacio debemos de ser muy rigurosos en cuanto al tiempo que pasan realizando actividad física, pues es muy importante que pasen bastante tiempo realizando ejercicio para que permanezcan sanos y equilibrados.

Si hemos dedicado tiempo a la socialización del cachorro, los kelpie australiano llevan perfectamente la convivencia tanto con niños como con otros perros o mascotas que tengamos en casa, puesto que en general hablamos de una raza bastante sociable.

Para que nuestro kelpie australiano esté en las mejores condiciones hemos de proporcionarles un alimento de calidad que cubra todas sus necesidades nutricionales, así como hacer que siempre tengan a su disposición agua fresca y limpia. La mayor atención la debemos prestar en cuanto a los tiempos de juegos y ejercicios diarios, pues estos animales necesitan altos niveles de intensidad y duración para poder liberar la sobredosis de energía que tienen. Para ello podemos recurrir a juguetes o largos paseos, un mínimo de entre 2 y 4 al día. También le proporcionaremos estimulación mental.

Su pelaje no requiere demasiada dedicación, pues pese a ser largo se cepilla fácilmente, si lo hacemos semanalmente lograremos mantener un manto limpio y bonito. Los baños han de limitarse a cuando sea imprescindible porque nuestra mascota se haya ensuciado demasiado, teniendo precaución de que en épocas frías el pelo quede completamente seco.

Los kelpies australianos constituyen una raza canina considerada como una de las más inteligentes, a la vez que muy trabajadora y obediente, sin embargo sus elevados niveles de energía pueden hacer que sea algo más complicado llevar a cabo un buen entrenamiento de estos perros para tutores poco experimentados. Para favorecer un buen aprendizaje se recomienda la realización de actividad física suficiente para que se relajen, así como el empleo de técnicas de adiestramiento en positivo, empleando siempre el refuerzo positivo y evitando el castigo.

Será clave enseñarles las órdenes básicas de obediencia, tales como el sentado, tumbado, quieto o ven aquí, imprescindibles para una buena comunicación con el perro, control en exteriores y para la mejora del vínculo con el tutor. Podemos practicar entre dos y tres veces a la semana. Además, lo combinaremos con ejercicios de estimulación mental y habilidades caninas si se desea.

Los kelpies australianos suelen ser perros muy sanos y resistentes, aunque parece que afecciones de retina son más frecuentes en ellos que en algunas otras razas, el problema con ellos es que se muestran fuertes aun cuando están enfermos, por lo que a veces es difícil saber qué les pasa algo hasta que ya están bastante mal. Por ello se recomienda encarecidamente respetar las visitas y chequeos veterinarios regulares, las vacunaciones y desparasitaciones, así como realizar un correcto mantenimiento de sus ojos, boca y orejas, de esta forma podremos mantener la mayoría de las enfermedades a raya y nuestro kelpie podrá gozar de una larga y saludable vida con nosotros.