¿Por qué los peces se persiguen?

Tal vez no lo sabes, pero no todas las especies de peces se llevan bien con todas las otras especies. Algunas razas tienen a ser más pacíficas y se relacionan mejor con temperamentos parecidos, mientras que otros tienden a ser dominantes y territoriales, llegando a atosigar a los especímenes menos vivaces.

Antes de armar tu acuario, es necesario tener esto en cuenta, para evitar inconvenientes como peleas, problemas de estrés en los miembros más débiles e inclusive que el más agresivo lastime y hasta devore a los que se encuentran indefensos.

Cuando se evidencia este problema de incompatibilidad de caracteres es necesario detectar qué es lo que desata la agresividad en los peces más dominantes, pues obviamente no solo se comportan de ese modo porque sí.

Un ejemplo podría ser el goldfish, agresivo con algunos peces.

Entre las distintas actividades que forman parte usual del ritual de apareamiento de los peces, se encuentra la persecución entre ellos. Si en tu acuario tienes hembras y machos de la misma especie, es posible que el "correteo" que observas se deba a que ha llegado el momento de reproducirse. Sin embargo, para que estés seguro de que se trata de esto y no de algún trastorno de comportamiento provocado por una situación de incomodidad en el entorno, te recomendamos que te informes sobre las características del apareamiento en la especie que está en tu acuario.

Además, la época de apareamiento también puede traer consigo rivalidad entre los machos, sobre todo cuando la proporción de hembras en el tanque es insuficiente para el número de ejemplares masculinos, por lo que estos pelearán entre sí para competir por aparearse. Lo ideal en estos casos es contar con dos o tres hembras por cada macho, siempre teniendo en cuenta que el tamaño del acuario sea el adecuado para el número de peces que viven en él.

Este suele ser un problema común cuando se es principiante en lo que se refiere a tener peces en casa, sobre todo cuando varias especies conviven en un mismo acuario. Cada especie requiere una alimentación específica que debe ofrecerse de la manera más completa posible. Obviamente, distintas especies de peces pueden coincidir en cuanto al tipo de alimento que les viene mejor, pero siempre será imprescindible que también tengas en cuenta esos otros ingredientes adicionales que conformarán la dieta completa de cada ejemplar.

Si algunos miembros de tu acuario sienten una deficiencia nutricional, o consideran que la comida no es suficiente para todos, comenzarán los problemas, que pueden ir desde violentas peleas para alejar a los más débiles de la comida, como canibalismo en los casos más extremos.

Existen distintas causas por las cuales uno o varios peces pueden desarrollar problemas de comportamiento que los lleven a volverse violentos con tal de proteger su territorio. Entre dichas causas, las más comunes son un acuario muy pequeño o con demasiado obstáculos (puede que hayas exagerado a la hora de colocar ramas, troncos, juguetes y otros objetos dentro de la pecera); de igual forma, también es posible que la cantidad de plantas sea poca, y los peces no puedan escoger un espacio donde sentirse protegidos. Otra opción es que se encuentren criando y no quieran que otros peces se acerquen al lugar del nido, por temor a que devoren los huevecillos.

En los dos primeros casos, la solución es evaluar el tamaño del acuario, el número de peces que lo habitan y las necesidades de cada uno (son de carácter tranquilo, requieren de espacios más grandes para nadar, etcétera); de esta forma, podrás actuar conforme al problema y proporcionarle a tus peces la solución rápidamente.

Con respecto al nido, siempre se recomienda utilizar un tanque o acuario exclusivamente para la reproducción y cría. De esa forma proteges a los pequeños que están por nacer y evitas situaciones desagradables con los adultos, además de ahorrarles problemas de estrés.

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