15 cosas que los dueños de perros no deben olvidar

Entregarle todo tu amor hará que él te lo devuelva con más fuerza. Además, si te esfuerzas en crear un buen vínculo lograrás mejores respuestas en el adiestramiento, confianza y un amigo para toda la vida.

Es importante socializarle, enseñarle a orinar en la calle, las órdenes básicas de obediencia y, en definitiva, cualquier cosa que sea útil para una buena convivencia. De esta forma podrás dejarle unos días con un amigo o sabrás que volverá a ti cuando le llames por su nombre.

Ir de paseo, jugar en parque o llenarle la cara de besos pueden ser cosas poco importantes para ti, pero recuerda que para tu perro cada detalle es un mundo.

La mayoría de perros necesitan entre 15 y 30 repeticiones para lograr asociar un comando, no obstante algunos pueden tardar más o menos. No te preocupes, acabará haciéndolo, solo necesita tiempo.

No hace falta que recurras a los golpes o a la intimidación para que tu perro siga tus indicaciones. Si eres consistente, refuerzas las buenas conductas y le ayudas a entender, tu perro no dudará hacerte caso.

El miedo, la agresividad o la hiperactividad son problemas que se pueden trabajar con un profesional, como un etólogo o educador canino. Nunca es tarde para tratar los problemas de conducta de tu perro o cualquier dificultad que pueda padecer.

Acudir al veterinario cada 6 o 12 meses, seguir el calendario de vacunación o desparasitarle interna y externamente son rutinas que te ayudarán a detectar y prevenir problemas de salud. ¡No las olvides!

Sabemos que no es agradable encontrar el sofá mordisqueado, boñigas en el recibidor, pelos en la almohada o la basura revuelta, pero debes recordar que no es su intención hacerte enfadar. Los cachorros, los perros estresados o los ancianos pueden cometer fechorías de vez en cuando.

¿Quién dice que no nos podemos comunicar con un perro? Aprender el lenguaje canino te ayudará a saber qué trata de expresar tu mejor amigo en cada momento. Relamerse, bostezar y apartar la cabeza, por ejemplo, se podría interpretar como un "basta" o "déjame en paz".

Si tu perro no acude a ti cuando agitas una bolsa de plástico, tocas por accidente su correa o tropiezas con su juguete favorito, es que algo no marcha bien. Búscale y obsérvalo durante un rato, quizás se encuentra mal o está asustado.

Una de las 5 libertades del bienestar animal dice que el perro debe ser libre de expresarse. ¿Dejas que se relacione con otros perros si quiere? ¿Le fuerzas a ser manipulado por tus sobrinos? Permite que tu perro se exprese tal y como es para descubrir su verdadera personalidad.

Para ejercitar a tu perro y cansarle no necesitas una hora de pelota en el parque, es mucho más beneficioso ofrecerle un paseo de calidad, largo a ser posible, permitiéndole olfatear y 5 minutos libres sin correa (en un pipi-can, por ejemplo). Al mismo tiempo estimula su cerebro con ejercicios de inteligencia para que aprenda y gane confianza en sí mismo.

Existen mil formas de disfrutar de la compañía de tu perro. ¿Por qué no le llevas unos días de vacaciones? ¿O a jugar con tus amigos al parque? Vive intensamente cada día con él y no dejes de acumular recuerdos, fotografías y buenos momentos.

Cualquier perro debería poder disfrutar un lugar cómodo para dormir, un techo bajo el que refugiarse y calor en invierno, especialmente si es un perro cachorro, anciano u enfermo. Algunos perros, como el galgo o el bóxer, mostrarán callos si pasan demasiado tiempo en un lugar duro.

Él te necesita, especialmente cuando las cosas no marchan bien. Demostrarle que no es un obstáculo padecer una enfermedad, ser mayor o ver alguno de sus sentidos afectados, le hará sentirse querido y amado.

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