Perro del faraón

El perro del faraón o podenco faraónico es originario de la isla de Malta, en el Mediterráneo, donde ya desde sus inicios fue utilizado para cazar conejos. Sin embargo, se cree que fueron los marineros fenicios quienes llevaron consigo estos perros hasta Egipto, donde la raza tomó su nombre actual.

El perro del faraón fue venerado por los faraones de las dinastías egipcias, quienes lo trataron durante mucho tiempo como un ser divino. De hecho, muchas manifestaciones artísticas del Antiguo Egipto (pinturas, jeroglíficos, literatura, etc.) hicieron referencia a esta raza. Los datos obtenidos a partir de este legado cultural permitieron conocer que el perro del faraón fue una de las primeras razas en ser domesticadas durante los orígenes de las grandes civilizaciones. De ahí que la FCI (Federación Cinológica Internacional) lo catalogue dentro del grupo de “perros primitivos”.

Ya en el siglo XX, esta raza llegó a Inglaterra, donde comenzó a ganar cada vez mayor popularidad. Finalmente, fue importada a Estados Unidos, donde en 1970 se fundó el Club Americano del Perro del Faraón.

El perro del faraón es una raza de tamaño mediano y pelo corto, con porte elegante y líneas bien definidas. Se trata de un perro cazador, que no solo emplea su olfato y vista para cazar, sino también su agudo sentido del oído cuando trabaja cerca de sus presas. La FCI incluye esta raza dentro del grupo 5, en el que se encuentran los “perros tipo Spitz y tipo primitivo” y, en concreto, se incluye dentro de la sección 6 “tipo primitivo”. Algunas de las características del perro del faraón son:

• Tamaño parecido en ambos sexos: los machos suelen tener una altura aproximada de 56 cm, con un peso de 21-26 kg. Por su parte, las hembras suelen alcanzar los 53 cm de media, y un peso de 20-25 kg.
• Altivo y delgado.
• Cabeza triangular: sin apenas stop, en la que destacan los ojos de color ámbar y la trufa o nariz de color carne (parecida al color del pelaje).
• Orejas de inserción alta: se mantienen siempre erectas cuando el perro está en alerta; son anchas en su base, finas y largas.
• Cuello largo, delgado y ligeramente arqueado: termina en un pecho profundo con costillas bien arqueadas.
• Extremidades fuertes y largas.
• Cola de inserción media: es bastante gruesa en su base y va adelgazándose hacia la punta. En reposo, la cola se mantiene por debajo de corvejón, pero cuando el perro está activo, la lleva alta y curvada.

Colores del perro faraón

El manto del perro del faraón de color marrón rojizo, más o menos oscuro en función del ejemplar. Las marcas blancas pueden aparecer en el pecho (se denomina “estrella”), en la línea central de la cara, en la punta de la cola y en los dedos.

El perro del faraón es un perro amigable, afectuoso y juguetón. Se trata de un perro muy fiel a la familia, aunque a la vez es bastante independiente. Al igual que el resto de podencos, destaca por su carácter alerta, vivaz y entusiasta. Son perros muy inteligentes que aprenden con gran rapidez y facilidad. Como punto negativo, podríamos decir que son perros bastante ladradores. Por ello, es importante una correcta educación desde edades tempranas para evitar este tipo de conductas indeseables en etapas posteriores.

En este apartado, recompilamos los principales aspectos que se deben tener en cuenta en el cuidado del perro del faraón.

• Ejercicio: si estás considerando adoptar un perro del faraón, debes saber que se trata de una raza activa y de alta energía, que requiere una rutina de ejercicio regular para mantenerse física y mentalmente sana. Como norma general, necesita realizar diariamente 1 o 2 horas de ejercicio físico. Aunque son perros que se pueden adaptar a la vida en un piso, es preferible que dispongan de un sitio amplio en el que puedan moverse libremente.
• Nutrición: los perros del faraón deben tener una dieta equilibrada, acorde a su edad y a su nivel de actividad. Independientemente de si se aporta un pienso comercial o una ración casera, es importante que el alimento tenga una elevada calidad nutricional. Como en la mayoría de perros, es recomendable repartir la ración diaria en dos tomas. Además, siempre deben tener agua limpia y fresca a libre disposición.
• Aseo: al tratarse de una raza de pelo corto, será suficiente con realizar un cepillado diario ligero o un cepillado semanal más intenso, complementado con los baños rutinarios. Además, se debe prestar especial atención a la higiene de los oídos. Los dientes deben limpiarse con regularidad empleando cepillos de dientes específicos para perros.

El perro del faraón es un perro inteligente. Su carácter alerta y entusiasta hace que aprenda rápido y disfrute acatando las órdenes y directrices que marcan sus tutores.

Sin embargo, aunque sean perros bien entrenados y obedientes, es frecuente que cuando se encuentran en un área abierta y sin correa, sean reticentes a acudir a la llamada de sus cuidadores. Además, no debemos olvidar que, aunque no siempre se empleen como perros de caza, su instinto cazador sigue presente. De hecho, su instinto de presa es elevado y, cuando detectan una presa potencial, aprovechan con decisión su oportunidad para cazar. Por estos motivos, es altamente recomendable utilizar siempre la correa en espacios no cercados. Además, es importante que desde pequeños se familiaricen con otras mascotas, especialmente las de menor tamaño, ya que, de lo contrario, podrían llegar a considerarlas como presas.

Según el Club Americano del Perro del Faraón, algunas de las patologías que pueden afectar con mayor frecuencia a esta raza son:

• Displasia de codo
• Luxación de rótula
• Alteraciones oculares

Además, parece que esta raza presenta una mayor predisposición a sufrir tumores de mama, hemangiosarcomas y mastocitomas. No obstante, puede que la incidencia tenga más relación con la edad del animal que con la propia raza.

Si estás pensando en incluir un perro del faraón en la familia, te recomendamos que busques asociaciones protectoras de animales cercanas a tu lugar de residencia. De esta manera, podrás acudir al lugar y conocer personalmente los perros que estén esperando acogida. Otra opción que puede resultarte útil es consultar directamente en asociaciones especializadas en el rescate de razas de podencos o lebreles.