Gato caracat
El comienzo de los gatos caracat fue totalmente accidental en un zoo de Rusia a finales del siglo pasado, cuando se reprodujo un caracal salvaje con un gato doméstico que andaba por allí. El resultado fue un gato con una personalidad y carácter salvaje similar al caracal, pero de menor tamaño y diferente color, por lo que fue rechazado y olvidado.
Sin embargo, después se comenzaron a cruzar de forma intencionada, ya que había aumentado el interés por esta mezcla por considerar que era más fácil de domesticar que un salvaje caracal. Se consideró el cruce con el gato abisinio como la mejor mezcla para que el pequeño caracat naciera con los colores más similares al caracal salvaje, puesto que ambas capas de los progenitores son parecidas. Aún así, es cuestionable moralmente el cruce entre estos dos felinos y la descendencia puede tener serios problemas. Sigue leyendo para conocer más sobre el curioso gato caracat, su origen, carácter, características, cuidados y salud.
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Origen del caracat
El caracat es un felino resultante del cruce entre un macho caracal y una hembra de gato doméstico, principalmente de la raza de gato abisinio. El caracal o lince africano es llamado así por presentar unos penachos en sus orejas parecidos a los de los linces, que consisten en unos pelitos negros de hasta 6 cm de longitud, con los que se ayudan para localizar la procedencia del sonido y los usan como sensores. Sin embargo, en realidad no están emparentados con los linces, sino más bien con los servales. Se trata de un felino solitario y nocturno de tamaño medio que vive en las estepas, sabanas y desiertos pedregosos y de arena de África, Arabia e India. Se alimenta de múltiples presas, pero especialmente de aves, por las que salta hasta 4 o 5 metros para cazarlas.
El primer cruce entre un caracal y un gato doméstico ocurrió en 1998 de manera totalmente accidental, en el zoológico de Moscú, en Rusia. La noticia apareció en la revista alemana Der Zoologische Garten, Vol.68. Este cruce trajo una cría que denominaron “bastardo” y fue olvidada y sacrificada por no tener los colores que debe tener un caracal, aunque sí tuviese su comportamiento asalvajado.
En la actualidad, sin embargo, es uno de los gatos híbridos más solicitados, especialmente en Estados Unidos y Rusia, debido a que se consideran más fáciles de domesticar que los caracales salvajes. Debido a esto, han pasado a criarse en cautividad para poder llegar a satisfacer la incrementada demanda de estos felinos. Hoy en día, se prefiere cruzarlos con un gato abisinio por ser el más parecido en colores al caracal. Este cruce se realiza en cautiverio, con caracales educados “artificialmente”, ya que en la naturaleza los caracales ven a los gatos como presas y no como un igual para aparearse y tener descendencia. Así pues, la cría de este híbrido es cuestionable moralmente debido a todo su proceso y, como veremos, a los problemas de salud que pueden tener las crías.
Características del caracat
El caracat presenta un tamaño inferior al salvaje caracal, pero bastante superior al pequeño gato abisinio. El peso que pueden alcanzar puede llegar a los 13-14 kg, medir unos 36 cm de alto y de largo hasta 140 cm, incluida la cola.
El color del pelaje es muy parecido al del caracal si se mezcla con un gato abisinio. De esta forma, el caracat se caracteriza por presentar el pelo naranja cobrizo con rayas o bandas oscuras (ticking) o por poseer los mismos tonos de pelaje que el caracal (marrones, canelas y negros, con pecho y vientre blancos). El manto es denso, corto y suave. Además, en el caracat se suele ver también los mechones negros en la punta de sus largas orejas (llamados penachos en los caracal), la nariz de color negro, ojos grandes, mirada salvaje y cuerpo fuerte pero estilizado y estético.
Carácter del caracat
Los híbridos de primera generación, es decir, los que provienen directamente del cruce entre un caracal y un abisinio, suelen ser más inquietos, energéticos, juguetones, cazadores y asalvajados que los de segunda o tercera generación, cuando ya se cruzan caracat con caracat, que vez son más domésticos y cariñosos.
Depende de la suerte que se tenga con los ejemplares de primera generación, pueden ser buenos o no como animales de compañía, ya que algunos pueden tener instintos salvajes desagradables, siendo molestos, violentos y destructores en el hogar. Otros, sin embargo, se adaptan bien al hogar y, aunque a veces afloran sus instintos salvajes, en otros momentos parecen un gato normal, pero más independiente y solitario.
Algo a tener en cuenta es que, los ejemplares que más porcentaje de caracal tengan, en vez de un maullido corriente suelen rugir o emitir una mezcla entre chillido y rugido.
Cuidados del caracat
La alimentación del caracat es más parecida a la del caracal que a la del gato doméstico, por lo que debe basarse en carne o presas muertas (pequeñas aves, roedores o pequeños mamíferos) por ser carnívoros estrictos. Comen más cantidad y requieren mayor cantidad de kilocalorías diarias que un gato doméstico estándar debido a su mayor tamaño y a su mayor fuerza, energía y vitalidad. Sin embargo, algunos comen comida para gatos grandes, húmeda y seca. Descubre Qué comen los gatos en este otro artículo y Qué es la dieta BARF para gatos, ya que a la hora de cuidar a un caracat esta es una alimentación más que recomendada.
Además de tener en cuenta las necesidades alimenticias, es importante ofrecer al caracat un adecuado enriquecimiento ambiental. Si en los gatos domésticos este aspecto es fundamental para evitar el estrés, la ansiedad, el aburrimiento y la frustración, en el caracat lo es todavía más. Así mismo, este felino suele tener más necesidad de explorar y cazar, por lo que es conveniente salir a pasear.
Por otro lado, los gatos caracat pueden verse afectados por las mismas enfermedades infecciosas y parasitarias que los gatos domésticos, siendo necesaria su vacunación y desparasitación. El cepillado también es importante, así como vigilar el estado de sus oídos y dientes para la prevención de enfermedades.
Salud del caracat
El principal problema de los gatos caracat se produce al final de la gestación, cuando tiene lugar el parto. Hay que pensar que se cruza un macho caracal con una hembra abisinia. Para empezar, las abisinias son unas gatas que no se caracterizan por presentar una gran camada, soliendo parir solo dos crías. Si a esto le sumamos que se ha cruzado con un felino mucho más grande que ella, solo gestará un enorme gato o dos más pequeños, pero de tamaño superior a lo que una gatita suele parir. Pensar en el parto en estas condiciones es bastante desagradable y estas hembras pasan mucho rato sufrimiento, requiriendo muchas veces de asistencia veterinaria. Tampoco es mucho imaginar que alguna hembra muera durante el parto, pierda mucha sangre o sufra daños en su aparato reproductor durante el proceso.
Una vez nacen, muchos cachorros caracat mueren a los pocos días porque la gestación de ambos felinos es diferente, siendo la de los caracal de unos 10-12 días más que la de los gatos domésticos. Otros sufren de problemas intestinales como la enfermedad inflamatoria intestinal, dificultades en digerir la dieta para gatos, mayor predisposición a enfermar o aumento del marcaje con orina por su naturaleza salvaje y territorial.
¿Se puede adoptar un caracat?
En el mundo existen muy pocos ejemplares de caracat, no más de 50, por lo que hacerse con uno es extremadamente difícil. Además, esta cría es una crueldad, por lo que antes de nada hay que pensar en el daño que les causa a las gatas abisinias y el forzar algo que no es natural solo por capricho humano.
En internet se puede investigar hasta dar con algún, aunque generalmente piden mucho dinero por ellos, de manera que se le suma a la poca ética de este cruce la incapacidad de su adopción. Lo mejor es disfrutar de los dos animales por separado, ambos son preciosos y unos grandes felinos tal y como son, sin necesidad de forzar un tercero de su mezcla.