Sabueso polaco

Los sabuesos polacos se desarrollaron para cazar principalmente conejos, liebres, corzos, jabalís y patos. Se les considera una raza muy antigua y hay registros de su presencia desde el siglo XI. Eran perros que se vinculaban a la realeza y se cree que pueden provenir de cruces entre el sabueso de San Huberto y sabuesos alemanes. Hay pruebas de su cría sistemática desde el siglo XVII.

En cuanto a su nombre "ogar", existe controversia sobre su significado. Para algunos quiere decir "leonado", en referencia a su coloración. Otros piensan que significa "dar ladridos", en alusión a los sonidos que emitían estos perros para alertar durante la caza. Hay una tercera opción que relaciona el nombre con la acción de "señalar", que también desempeñaban en la actividad cinegética. En cualquier caso, se trataba de perros muy populares y no fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial cuando casi dejaron de criarse en su país de origen. De hecho, una versión de la raza se extinguió en estos años.

Después de la contienda, el primer criadero se estableció en el año 1959. En 1964 se describió el primer estándar. En la actualidad, en Polonia están reservados a la caza de jabalís y de zorros. La Federación Cinológica Internacional (FCI) los incluye, desde 1966, en el grupo VI, el destinado a los perros tipo sabueso y las razas semejantes. En concreto, se encuentra en la sección 1.1, la reservada para los perros tipo sabueso de talla grande.

El sabueso polaco es un perro rústico de talla mediana-grande. Su aspecto general es pesado, por lo que se trata más de un perro resistente que veloz. Los machos miden 56-65 cm a la cruz y las hembras, algo más pequeñas, unos 55-60 cm. En cuanto al peso, debe ser proporcional a la altura, lo que en general se encuentra en los 22-26 kg. Sus características físicas principales son las siguientes:

• Cabeza: es pesada y de perfil rectangular. El cráneo y el hocico tienen la misma longitud. El cráneo es ancho y algo arqueado entre las orejas. El stop está bien definido. El hocico es alargado y recto. La trufa es grande, ancha y de colores oscuros. Las mandíbulas son fuertes y la dentadura muerde en tijera. Los ojos están algo inclinados. Son marrón oscuro. La mirada es amistosa. En algunos perros el párpado inferior está algo caído. Las orejas son colgantes, pegadas a las mejillas y de inserción baja. Las puntas están redondeadas. La piel del cuello forma pliegues en la zona de la papada.
• Cuerpo: es más largo que alto. La cruz está bien marcada. El dorso es largo, ancho y bien musculado. La grupa está ligeramente redondeada. El pecho es profundo. El vientre no está retraído.
• Cola: es gruesa y se inserta baja. Su longitud supera el corvejón. Se dispone levemente curvada. En la zona inferior tiene pelo algo más largo.
• Patas: son de huesos fuertes y están bien musculadas. Los pies son redondeados y de almohadillas firmes. Las uñas son gruesas y oscuras.
• Manto: es de diferente longitud en las distintas partes del cuerpo. Así, es más corto y liso en la cabeza, el hocico, las patas y las orejas. En el resto del cuerpo es algo más largo, grueso y de textura más áspera, a excepción de nuca, nalgas y, como hemos dicho, zona inferior de la cola, donde es más largo. Es una raza con subpelo tupido y suave.

Colores del sabueso polaco

El color del manto es oscuro y fuego. El color negro o gris oscuro cubre la parte posterior de la cabeza, todo el dorso, los flancos y la parte superior de la cola. El color fuego, que puede ir del amarillo al caoba, está en el resto del cuerpo. En cualquier caso, las orejas siempre son de un fuego más oscuro. El estándar permite el blanco en algunas zonas, como en forma de lista sobre la cabeza y el hocico o como una mancha en el pecho. También puede haber blanco en las patas, los dedos o la punta de la cola.

Una vez vistas las características físicas, vamos con el temperamento del sabueso polaco. Como hemos dicho, sus orígenes como perro cazador no impiden que sea un buen perro para la compañía en el hogar, ayudado por su naturaleza sociable y equilibrada. De hecho, es una raza que destaca por su fidelidad a la familia, su docilidad y su nobleza. Puede convivir sin problemas con los niños. Al contrario, con los extraños se muestra reservado, que no agresivo. También puede tener problemas con animales de compañía más pequeños, como los gatos, si los ve como presas. En cambio, con otros perros suele llevarse bien.

Consigue acostumbrarse a la vida en la ciudad, siempre que se cubran sus necesidades de actividad y de estimulación, ya que son perros muy inteligentes que requieren ejercicio físico a diario, así como estimulación intelectual. Si cubrimos sus necesidades en estos aspectos, en el hogar serán muy tranquilos. Aun así, disfrutarán más viviendo en una casa con espacio al aire libre, siempre con un cierre seguro, ya que podrían darse a la fuga detrás de algún rastro interesante. Disponen de un potente ladrido, más grave en los machos y más agudo en las hembras.

Esta raza, en líneas generales, es sencilla de mantener. Estos son los puntos clave a tener en cuenta:

• Alimentación: debe ser de calidad, basada en proteínas de origen animal y adaptada a la etapa y la actividad física del perro. Según el ejercicio que realice, debemos ajustar la cantidad y es posible que necesite un pienso de alta energía. Todos los premios comestibles que le ofrezcamos deben ser descontados de la ración diaria para que la ingesta de más calorías de las que necesita no acabe por provocar problemas de sobrepeso, sobre todo en edades avanzadas cuando la cantidad de actividad física que realice puede disminuir.
• Ejercicio: como hemos dicho, son perros muy activos e inteligentes, por eso es importante que reciban estimulación tanto a nivel físico como mental para garantizar su bienestar. Esto incluye la actividad física diaria intensa, pues cuentan con una gran resistencia, y juegos y ejercicios de inteligencia. Una buena opción es jugar a rastrear, escondiendo una persona o un objeto para que el perro lo localice utilizando su olfato. Debe realizar varios paseos al día, pero también tiene que poder correr y moverse suelto. No te pierdas nuestra selección de Los mejores juegos de olfato para perros.
• Higiene: la higiene de los sabuesos polacos es sencilla gracias a su pelaje corto, que no requiere más que cepillados de vez en cuando para mantener su lustre. Los baños deben dejarse para cuando estén realmente sucios. Un punto de atención relevante son las orejas. Al ser colgantes, dificultan la ventilación del conducto auditivo, lo que propicia la aparición de otitis. Debemos revisarlas con frecuencia y limpiarlas con productos específicos cuando sea necesario.

En general, los perros de esta raza, gracias a su inteligencia, pueden ser muy buenos alumnos. Pero esta inteligencia también hace que puedan desobedecer, por eso es importante que los enseñemos con paciencia y firmeza, siempre, por supuesto, desde el refuerzo positivo, que podemos incentivar con chuches o snacks. Hay que tener en cuenta que algunos rasgos de su carácter, como el ladrido o la desconfianza ante los desconocidos, pueden resultar problemáticos, generando estrés y trastornos en la convivencia, si el perro no recibe una buena educación y socialización desde el momento en el que llegue a casa.

Con socialización nos referimos a exponerlo a todo tipo de estímulos en todos los escenarios posibles. Si esto se hace durante los primeros meses de vida, es más probable que el cachorro los acepte de manera positiva, lo que ayudará a conseguir un perro equilibrado en la etapa adulta. En este otro post te explicamos Cómo socializar a un cachorro.

Por último, para que el perro esté abierto al aprendizaje y la interacción debe tener cubiertas sus necesidades básicas, entre las que se incluye la práctica de actividad física a diario. De lo contrario, su frustración acabará manifestándose en problemas de conducta, como los destrozos o los ladridos excesivos.

Como hemos dicho, el sabueso polaco es un perro fuerte y resistente, que puede alcanzar, tranquilamente, los 12-14 años de vida. No se le atribuyen enfermedades específicas asociadas a la raza, pero sí debemos vigilar algunos aspectos, sobre todo relacionados con su anatomía y nivel de actividad. Así, como hemos explicado, puede sufrir otitis con mayor frecuencia que los perros de orejas erguidas. También está más expuesto a lesiones, durante sus paseos o carreras, y a parásitos, al transitar por zonas de campo. Después de este tipo de salidas, conviene revisarlo en busca de heridas, cuerpos extraños, garrapatas o zonas doloridas.

Comer o beber en abundancia tras la actividad física intensa en días de altas temperaturas puede llevarlo a sufrir una torsión-dilatación de estómago, una patología de extrema gravedad que requiere asistencia veterinaria de inmediato. Por otra parte, no debemos dejar de lado la medicina preventiva. Según los consejos del veterinario, hay que establecer un adecuado calendario de desparasitaciones internas y externas, vacunaciones y revisiones. La castración puede hacerse antes del primer celo.

Los sabuesos polacos no son muy habituales fuera de Polonia, lo que puede complicar su adopción. Podemos buscar un ejemplar en asociaciones protectoras, sobre todo las que se dedican, específicamente, al rescate de sabuesos o, en general, de perros de caza. Quizás no encontremos un cachorro de pura raza, pero es muy posible que sí descubramos algún cruce muy parecido. Además, todos los perros que esperan una segunda oportunidad, con independencia de su edad o raza, merecen un hogar y es más importante que sus características se adapten a nuestro estilo de vida que la pureza de su sangre o el pedigrí.