Shepadoodle
¿Alguna vez te has preguntado cuál sería el resultado de mezclar un pastor alemán y un caniche? ¡Pues deja de imaginarlo!, porque esta raza existe realmente y se conoce por el nombre de shepadoodle, por la combinación inglesa entre "german sheperd" que significa pastor alemán y "poodle", que hace referencia al caniche estándar. Este perro de curioso aspecto reúne una serie de características físicas y conductuales heredadas de cada uno de sus progenitores que lo convierten en un perro muy versátil, rebosante de energía, extremadamente inteligente y muy afectuoso con su familia.
Si piensas que el shepadoodle puede ser el perro ideal para ti, en este artículo de ExpertoAnimal te ayudamos a descubrirlo. ¡Sigue leyendo y conoce las características del shepadoodle, sus cuidados principales y mucho más!
- América
- Estados Unidos
- 15-35
- 35-45
- 45-55
- 55-70
- 70-80
- Más de 80
- 1-3
- 3-10
- 10-25
- 25-45
- 45-100
- 8-10
- 10-12
- 12-14
- 15-20
- Baja
- Media
- Alta
- Arnés
Origen del shepadoodle
En la década de 1960, el ejército de Estados Unidos solía entrenar perros fuertes, activos y resistentes, como son los pastores alemanes y los pastores belgas, para que les acompañaran en sus misiones militares, pero quisieron mejorar todavía más las cualidades de los agentes caninos, criando ejemplares cada vez más eficientes en su trabajo. Por este motivo, decidieron comenzar a cruzar a los pastores alemanes con caniches estándar, pues estos últimos destacan por su inteligencia y gran capacidad para aprender, además de por ser perros ágiles y veloces. Como resultado obtuvieron al shepadoodle, un extraordinario perro de trabajo que se popularizó rápidamente en el país y que mucha gente mantiene hoy en día como animal de compañía en sus hogares.
Como curiosidad, el shepadoodle no es el único cruce de caniche que triunfó en Estados Unidos, pues antes de que se criara esta raza ya existían otras combinaciones como el labradoodle (labrador y caniche) o el goldendoodle (golden retriever y caniche), que causaban sensación en América y se entrenaban muy frecuentemente como perros de asistencia o de terapia.
Características del shepadoodle
Los ejemplares de shepadoodle pueden llegar a ser bastante diferentes entre ellos, puesto que provienen del cruce de dos razas puras que también difieren mucho en cuanto a aspecto físico: el pastor alemán y el caniche estándar. En función de los rasgos genéticos que adquieran de cada progenitor, algunos shepadoodles serán más parecidos a un pastor alemán, con el pelo más liso y un cuerpo más musculoso y pesado, mientras que otros se asemejarán más a un caniche, mostrando un manto rizado y una constitución más delgada y ligera.
A pesar de esta variabilidad, todos los shepadoodle tienen un peso medio de entre 30 y 40 kilos en la edad adulta y alcanzan una altura comprendida entre los 50 y los 57 centímetros hasta la cruz, siendo las hembras algo más pequeñas que los machos. La gran mayoría de ejemplares cuentan con unas grandes orejas caídas, cola larga y cubierta de abundante pelo, extremidades robustas y unos ojos redondeados que pueden ser más claros o más oscuros en función del color del pelaje.
Colores del shepadoodle
Su manto es de doble capa y puede presentarse en muchos colores, entre los que se incluyen el negro, el marrón claro y oscuro, el crema, el gris, el blanco y combinaciones entre ellos. Al no tratarse de una raza oficial, cualquier color y patrón está aceptado.
Carácter del shepadoodle
Aunque, por supuesto, el entorno y el tipo de educación recibida por cada individuo será lo que determine en gran medida el carácter del animal en su edad adulta, el shepadoodle presenta rasgos de temperamento típicos tanto del pastor alemán como del caniche.
Este perro mestizo destaca por su inteligencia y su enorme capacidad para aprender, por lo que resulta imprescindible mantener a este perro estimulado a nivel cognitivo, ya sea a través de sesiones de entrenamiento o proponiéndole retos y actividades que le hagan pensar y resolver problemas. Igualmente, es un perro activo y enérgico, que disfruta jugando, realizando ejercicio físico, saliendo a hacer largas caminatas y practicando deportes caninos junto a su tutor, quien debe ser una persona dinámica y dedicarle el tiempo suficiente al animal. Generalmente, a este perro le gusta el agua y es muy buen nadador.
Si se le socializa correctamente y se cubren todas sus necesidades a nivel físico y cognitivo, el shepadoodle es un perro muy sociable, apto para convivir con niños y con otros animales, incluidos los gatos. Desarrolla vínculos muy fuertes con sus tutores y es un perro fiel y protector con los suyos, por lo que no le gusta pasar mucho tiempo separado de su familia, puede ser algo desconfiado ante los extraños y tiende a ladrar para advertir de cualquier posible peligro.
Cuidados del shepadoodle
El shepadoodle necesita contar con mucho enriquecimiento ambiental para mantenerse estimulado y feliz, ya que, de lo contrario, puede desarrollar problemas de comportamiento como consecuencia del estrés, el aburrimiento y la frustración. De esta forma, uno de los principales cuidados del shepadoodle es la adecuada estimulación, y no solo en el hogar. Al ser un perro tan activo, es fundamental permitir, también, que realice ejercicio físico en el exterior, como hemos comentado en el apartado anterior.
Es necesario cuidar el manto de este perro para evitar que se formen nudos y rastas, las cuales pueden comprometer su salud e impedir la correcta transpiración de la piel. Tanto si el individuo tiene el pelo áspero y liso del pastor alemán o el pelo rizado y suave del caniche, cepillarlo y desenredarlo, al menos, un par de veces por semana es lo más recomendable. Gracias a la influencia genética aportada por el caniche, los shepadoodles no sueltan mucho pelo, por lo que el mantenimiento se vuelve más sencillo.
Debido a la cantidad de pelo de estos perros, es importante revisar periódicamente sus oídos y retirar el exceso de pelo que pueda haber dentro de ellos. Hacer una limpieza profunda de oídos una o dos veces al mes prevendrá que el perro desarrolle otitis, una dolencia bastante frecuente, especialmente entre aquellos shepadoodles que disfrutan de nadar en el mar o en lagos. También se recomienda habituar al perro desde pequeño a cepillarle los dientes una o dos veces por semana para prevenir la formación de sarro y placa dental.
Por último, resulta imprescindible, como ocurre con cualquier otro perro, desparasitar rutinariamente al animal tanto externa como internamente, llevar al día el calendario anual de vacunaciones para evitar que enferme y proporcionarle una alimentación de calidad y adaptada a las necesidades de cada individuo.
Educación del shepadoodle
El shepadoodle es una raza de perro de trabajo, por lo que necesita tener algo que hacer y mantener la mente ocupada para no frustrarse. Lo ideal es que el tutor que adopte un shepadoodle tenga cierta experiencia educando perros con altos niveles de energía y que sea una persona dinámica y con tiempo suficiente para dedicarle a su perro. Esta raza se muestra muy predispuesta a aprender y entiende lo que su tutor le pide con mucha rapidez, siempre que se le entrene a través de una metodología de trabajo en positivo. Si el shepadoodle recibe suficiente estimulación, se muestra muy tranquilo en casa y disfruta de pasar tiempo descansando junto a su familia.
Es importante que, desde el momento en que el cachorro de shepadoodle llega a casa, se le vaya presentando todo tipo de estímulos, de manera gradual y controlada. Socializarle con personas, texturas, ruidos, animales y objetos variados previene la aparición de miedos y fobias y hace del perro un animal más seguro de sí mismo. Para lograr esta socialización, es recomendable contar con la ayuda de un profesional etólogo que pueda asesorar a la familia y guiarle, al menos, durante la etapa de cachorro.
Como cruce de perro pastor y perro de caza, al shepadoodle le encanta correr en libertad y tiende a perseguir y a intentar controlar todo lo que ocurre a su alrededor, pudiendo alejarse grandes distancias siguiendo un rastro interesante. Entrenar la llamada y establecer un buen vínculo con el tutor es muy importante para prevenir pérdidas o accidentes cuando el animal va sin correa.
No te pierdas nuestro artículo sobre Cómo educar a un cachorro para conocer todos nuestros consejos.
Salud del shepadoodle
Si se le proporciona una alimentación adecuada, una buena rutina de ejercicio y visitas periódicas al veterinario, el shepadoodle es un perro saludable y resistente que, a pesar de su gran tamaño, puede alcanzar fácilmente los 14 años de edad. No obstante, la herencia genética de sus progenitores, el pastor alemán y el caniche, hace que esta raza sea susceptible a padecer ciertas enfermedades, entre las cuales se encuentran:
- Mielopatía degenerativa canina: esta enfermedad neurodegenerativa se diagnostica con frecuencia en el pastor alemán y produce debilidad en las extremidades posteriores como consecuencia de un daño progresivo en la médula. En su estadio más grave, las patas traseras pueden llegar a quedar completamente paralizadas. Por desgracia, no existe cura para esta patología.
- Atrofia progresiva de retina: de carácter hereditario, esta patología ocular causa una degeneración irreversible de la retina del perro y casi siempre deriva en una ceguera total. Es frecuente en el caniche y, aunque no existe un tratamiento efectivo contra la atrofia, esta se produce de manera lenta, progresiva e indolora, por lo que el perro se puede ir adaptando poco a poco a la pérdida de visión.
- Dilatación-torsión gástrica: se trata de una condición grave y potencialmente mortal en la que el estómago del perro se llena de líquido y gas, se dilata y se retuerce sobre sí mismo, comprimiendo los demás órganos y arterias e impidiendo la circulación sanguínea. La ingestión rápida de abundante comida y/o agua y la posterior realización de ejercicio físico son factores de riesgo para que se produzca este fenómeno, especialmente en perros de tamaño grande y gigante. Una vez detectada, la dilatación-torsión gástrica debe operarse lo más pronto posible para salvar la vida del animal.
- Displasia de cadera: muy frecuente en pastores alemanes, se trata de una malformación degenerativa a nivel de la articulación coxofemoral que produce cojera, dolor y dificultades para caminar. Se puede diagnosticar realizando radiografías de la cadera y tratarse para frenar su avance, aunque la solución definitiva pasa por someter al animal a una cirugía.
Varias de las patologías que afectan con frecuencia al shepadoodle son hereditarias, por lo que conocer los antecedentes médicos y testar a los progenitores es importante antes de reproducirlos, algo que no todos los criadores tienen en cuenta.
¿Dónde adoptar un shepadoodle?
El shepadoodle no es una raza muy conocida en España y muchas veces puede confundirse con otros cruces derivados del caniche. No obstante, en las protectoras de todo el país es fácil encontrar una enorme variedad de perros mestizos que han sido maltratados o abandonados por personas irresponsables al tratarse de camadas indeseadas. Entre estos mestizos, es frecuente encontrar cruces de caniche, de pastor alemán o de ambos, como es el caso del shepadoodle, tanto adultos como cachorros.
Por ello, en lugar de comprar un cachorro, desde ExpertoAnimal te animamos a ponerte en contacto con refugios y centros de rescate animal y darle una segunda oportunidad a un perro que necesita un hogar. Recuerda que lo más importante a la hora de adoptar un perro no es su estándar racial, sino que su carácter encaje con el nuestro y nuestro estilo de vida, solo así podremos ofrecerle una vida feliz.