Migración de la mariposa monarca

Se han identificado varias subespecies de mariposa monarca, pero solamente la subespecie D. p. plexippus es la que migra. Este tipo de mariposa monarca se encuentra en Canadá, Estados Unidos, Islas Canarias, Madeira, las Azores, las Bermudas y diversas islas del Pacífico, donde se incluyen Hawái, Australia y Nueva Zelanda. Sin embargo, únicamente las que habitan en Norteamérica tienen el comportamiento migratorio.

Las otras subespecies no migratorias de la monarca son:

• D. p. megalippe, que se ubica desde el sur de Florida hasta América del sur.
• D. p. portoricensis, presente en Puerto Rico.
• D. p. leucogyne, que se encuentra en Santo Tomás.
• D. p. tobagi, ubicada en Tobago.

Ahora bien, ¿cuándo empieza la migración? La temporada de migración de la mariposa monarca empieza a mediados o finales del mes de agosto, de modo que ocurre cuando nos encontramos cerca del otoño en Norteamérica. El recorrido es de más de 4 000 km, algo realmente sorprendente para un animal tan frágil y que hace un viaje que está lleno de peligros. Entre los meses de septiembre y octubre, las mariposas monarcas entran a México y llegan al centro del país a inicios de noviembre, donde pasarán varios meses, mientras que el invierno lo pasan en el norte del mismo país, donde vuelven para reproducirse.

Sí bien la mariposa monarca es reconocida por su capacidad migratoria, no todas las poblaciones lo hacen, tal y como hemos mencionado. De hecho, como también hemos visto, dentro de la propia subespecie que migra algunas tampoco lo hacen.

El ciclo de vida de las mariposas monarcas es igual que en el resto de lepidópteros, es decir, atraviesan las fases de huevo, oruga, pupa y adulto. Según la época reproductiva, las monarcas pueden vivir tan solo un mes o alrededor de nueve meses, llamándose a estas últimas como "generación Matusalén". Así, las mariposas que nacen hacia el final del verano o principios del otoño, empiezan a enfrentarse a la disminución de las temperaturas. Este hecho provoca que, si se quedan en el mismo lugar, al reproducirse, sus orugas no podrían sobrevivir porque no tendrían fuente de alimento debido a que durante esta fase se alimentan exclusivamente de plantas del género Asclepias, conocidas comúnmente como "algodoncillos", las cuales son estacionales y no están disponibles en invierno. Por ello, las mariposas monarcas nacidas en otoño se ven obligadas a migrar, por lo que entran en una diapausa reproductiva, es decir, detienen su desarrollo de órganos reproductivos mientras pasan el invierno fuera del norte.

La migración de la mariposa monarca dura unos dos meses de viaje de ida, se mantiene alrededor de cinco meses en México y tarda otros dos meses en volver y reproducirse, ahora sí, con temperaturas y condiciones apropiadas para poner sus huevos en los algodoncillos. Por tanto, en total, la migración de la mariposa monarca dura nueve meses.

Como hemos mencionado, no todas las mariposas monarcas que viven en Canadá y Estados Unidos realizan el viaje migratorio hasta México. Los individuos que han nacido hacia el otoño y que habitan entre el este de Norteamérica y el este de las Montañas Rocosas hacen el recorrido hasta los sitios donde invernan en el centro de México. No obstante, se sabe que algunas monarcas que inician este recorrido se desvían y terminan el viaje en Florida.

Por su parte, las que habitan del oeste de Norteamérica hasta el oeste de las Montañas Rocosas hacen migraciones mucho más cortas, ya que se refugian durante el invierno a lo largo de la costa del Pacifico, en California. Sin embargo, algunas migrantes de este grupo pueden llegar hasta México.

En primavera empieza el recorrido de vuelta con el fin de reproducirse en Norteamérica, donde han vuelto a prosperar las plantas asclepias (algodoncillos). Concretamente, la puesta de los huevos fertilizados ocurre en el sur de Estados Unidos, de modo que serán las mariposas adultas nacidas de estos huevos las que realmente regresarán a los lugares nativos de la especie (Canadá y el norte de Estados Unidos) para empezar nuevamente el proceso. Por este motivo se dice que el proceso migratorio de la monarca es multigeneracional, puesto que no se realiza por una misma generación, como ocurre por ejemplo en las aves, sino que son varias las generaciones que completan la migración.

Los reportes oficiales de México ^[1] indican que la ruta de migración de la mariposa monarca tiene como punto de salida Norteamérica (Canadá y Estados Unidos) para llegar el centro de México. Para ello, las mariposas monarcas atraviesan estos estados mexicanos: Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Zacatecas, Querétaro, Aguascalientes, Guanajuato, San Luis Potosí, Hidalgo, Estado de México y Michoacán. En mucha menor proporción, se ha evidenciado que pasan por Baja California, Sonora, Chihuahua, Durango, Jalisco, Puebla, Morelos, Distrito Federal, Veracruz y Tlaxcala. En este punto es importante recordar que estas mariposas tardan alrededor de dos meses en llegar al centro de México.

Durante el recorrido por los estados mexicanos, las mariposas monarcas hacen paradas en varios sitios o áreas protegidas. Algunos ejemplos de estos espacios en los que paran son:

• Áreas de protección de flora y fauna: Maderas del Carmen y Sierra de Álvarez.
• Zonas especiales sujetas a conservación: Sierra de Picachos y Altas Cumbres.
• Parques nacionales: El Potosí y Iztaccihuatl-Popocatepetl.
• Reservas de la biosfera: Mariposa Monarca y Sierra Gorda de Querétaro.

Después de llevar a cabo estas paradas, llegan a los bosques de tipo templados donde pasan el invierno, ubicados sobre los 3 000 m.s.n.m. y en los que se pueden encontrar pinos, encinos y cedros blanco, entre otros tipos de vegetación.

El propio gobierno mexicano ha establecido un total de 22 áreas específicas que utilizan las mariposas monarcas mientras están en el país. Las áreas se ubican en:

• Noroeste: Sierra de San Andrés y Sierra de Mil Cumbres en Michoacán.
• Norte: Cerro Altamirano en Michoacán.
• Centro: Sierra Chincua y Sierra del Campanario, Michoacán y el Estado de México.
• Sureste: ladera occidental del Nevado de Toluca en el Estado de México.

Iniciada la primavera, las mariposas se disponen a realizar el viaje de vuelta para llevar a cabo la reproducción e iniciar, así, el ciclo migratorio.

El reporte inicial de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), hecho en el 2022, clasifica a la mariposa monarca en la categoría de menor preocupación. No obstante, la misma institución, en julio del mismo año, publicó un comunicado en el que manifiestó que la subespecie migratoria (D. p. plexippus) ha entrado en la categoría de en peligro de extinción.

Lamentablemente, no son pocos los factores que atentan en contra de la mariposa monarca y, por ende, su fenómeno migratorio:

• La tala, y en general la deforestación, ha afectado enormemente a los refugios de la mariposa en México y California. Es tan dramático, que los estudios indican que la alteración de estos ecosistemas ha afectado la migración de la mariposa monarca entre el 22 y el 72 %.
• El uso de pesticidas y herbicidas en la agricultura intensiva afecta tanto a la propia mariposa como al algodoncillo donde pone sus huevos y luego se alimentan las larvas.
• El cambio climático produce varios efectos. Por un lado, las sequías afectan al crecimiento del algodoncillo, planta vital para la monarca. Además, hay un aumento de los incendios forestales en las zonas de México y California, de modo que aunado al incremento de las temperaturas, las mariposas migran antes de tiempo, lo que afecta al proceso porque en las zonas de puesta el algodoncillo aún no está listo. Por si fuese poco, otro de los impactos sobre estas mariposas lo encontramos en los eventos meteorológicos excesivos, producto de la alteración de las temperaturas, los cuales matan a millones de mariposas anualmente.

En este otro artículo explicamos con más detalles Por qué la mariposa monarca está en peligro de extinción.

Por todo lo anterior, si queremos seguir disfrutando del precioso espectáculo que nos ofrece la migración de la mariposa monarca, así como garantizar su supervivencia como especie, es vital que cuidemos el planeta.

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