Amoxicilina para gatos - Dosis, usos y efectos secundarios
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La amoxicilina es un antibiótico de uso muy común tanto en medicina veterinaria como en humana. Por ello, puede ser que lo tengamos en nuestro botiquín casero. Pero esto no quiere decir que podamos dar amoxicilina para gatos sin ningún control veterinario. No todos los antibióticos sirven para todas las bacterias ni todas las infecciones son bacterianas. Por este motivo, es fundamental hacer un uso responsable de los antibióticos, como vamos a explicar en este artículo de ExpertoAnimal.
A continuación, te explicamos para qué sirve la amoxicilina en gatos, en qué casos se recomienda su administración y sus posibles efectos secundarios.
¿Qué es la amoxicilina?
La amoxicilina es un antibiótico betalactámico muy conocido y de amplio espectro. Esto quiere decir que es eficaz contra un buen número de bacterias. Pertenece al grupo de las aminopenicilinas y tiene efecto bactericida. En otras palabras, mata a las bacterias. En concreto, actúa frente a determinadas bacterias Gram-negativas y Gram-positivas. Administrada por vía oral, en una o dos horas ya alcanza su máxima concentración plasmática. Se elimina mayoritariamente a través de los riñones. Así mismo, se excreta en la leche en pequeñas cantidades. Es frecuente encontrarla asociada al ácido clavulánico.
La amoxicilina para gatos puede encontrarse tanto en pasta como en suspensión oral o en pastillas. De esta forma, podemos escoger el formato más adecuado para administrárselo a nuestro gato. También hay una versión inyectable.
¿Para qué sirve la amoxicilina para gatos?
Al tratarse de un antibiótico, su uso es combatir las infecciones producidas por bacterias. Dado el amplio espectro de la amoxicilina, es habitual utilizarla en distintos tipos de infecciones. Por ejemplo, es apta para el tratamiento de abscesos y heridas. Se ha comprobado que las bacterias que suelen estar presentes en estos casos son sensibles a la amoxicilina. Este tipo de lesiones son más frecuentes en los gatos con acceso al exterior y sin castrar, ya que es más habitual que se peleen con otros machos. También sirve para otros problemas dermatológicos.
Igualmente, es válida para el tratamiento de infecciones en el aparato urogenital, más comunes en machos por las características de su anatomía, e infecciones a nivel respiratorio. En este último caso, es común que la enfermedad esté causada por virus. La amoxicilina no actúa contra ellos, pero se utiliza para combatir o prevenir las infecciones bacterianas secundarias que pudieran surgir aprovechando la debilidad que este ha provocado. Un ejemplo típico es la rinotraqueítis. Así pues, es posible usar amoxicilina para gatos resfriados por agentes víricos, como en el caso de la rinotraqueítis, debido a que puede darse también una infección bacteriana, como hemos comentado. En estos casos, lo más habitual suele ser administrar amoxicilina + ácido clavulánico. Por último, también puede prescribirse en infecciones digestivas.
En cualquier caso, los antibióticos solo deben utilizarse siguiendo el criterio del veterinario. Solo este profesional puede escoger el más adecuado para la infección que presente nuestro gato. Lo ideal sería hacer siempre un cultivo para saber exactamente qué bacterias están presentes y decidir así el antibiótico que las elimine. Pero normalmente se trata en base al tipo de infección y solo si hay sospecha de que el antibiótico no está funcionando se decide hacer un cultivo.
¿Se puede usar amoxicilina para gatos bebés?
Sí, es posible usar amoxicilina en gatos pequeños que cursen cualquiera de las patologías mencionadas. De hecho, la rinotraqueítis es muy común en gatos bebés, por lo que es habitual la prescripción de este medicamento. Eso sí, especialmente en gatitos, es fundamental que sea el veterinario quien indique el uso de amoxicilina porque en ellos las consecuencias de una mala administración pueden ser peores.
Dosis de amoxicilina para gatos
En primer lugar, con los antibióticos hay que ser especialmente cuidadosos. Nunca podemos darlos por nuestra cuenta y siempre que nos los paute el veterinario hay que respetar al máximo tanto la dosis como la frecuencia y los días de administración. Está comprobado que el mal uso de los antibióticos, por ejemplo, cuando estos se toman sin ser necesarios, en dosis inadecuadas o menos días de los prescritos, provoca resistencias bacterianas. Esto quiere decir que los antibióticos que conocemos pueden dejar de ser eficaces. Si cada vez hay más bacterias resistentes, se necesitarán antibióticos más y más potentes y puede que incluso llegue un momento en el que no tengamos ninguno que funcione. Por supuesto, supone un grave problema para la salud animal y humana y ya se están tomando medidas a nivel mundial.
En cuanto a la cantidad de amoxicilina para gatos, es decir, la dosis recomendada, se determina según su peso y el formato de amoxicilina escogido. Oscila en un rango de seguridad y eficacia entre el que debe escoger el veterinario en función de las características de cada caso clínico.
La amoxicilina puede darse entre una y tres veces al día y tomarse junto a alimentos. Los comprimidos pueden partirse para facilitar su administración. Los tratamientos con amoxicilina duran, como mínimo, de cinco a siete días, aunque pueden prolongarse dependiendo de la infección. En cualquier caso, si durante los primeros días de tratamiento no se aprecia ninguna mejoría, hay que avisar al veterinario.
Contraindicaciones de la amoxicilina para gatos
La amoxicilina interacciona con algunos fármacos. Por eso, si nuestro gato ha tomado o está tomando algún otro medicamento, debemos informar al veterinario si desconoce este dato. En el caso de las gatas en período de gestación o de lactancia, el veterinario tendrá que valorar su uso en función de los riesgos y de los beneficios, ya que no se dispone de estudios sobre su seguridad. Por supuesto, si nuestro gato ha manifestado con anterioridad alguna reacción alérgica a la amoxicilina, no es recomendable volver a dársela.
Efectos secundarios de la amoxicilina para gatos
La amoxicilina es un antibiótico que, administrado según las indicaciones del profesional, no suele provocar ningún efecto secundario adverso. Sí aparecen, en ocasiones, algunas alteraciones digestivas como la diarrea, los vómitos o una pérdida del apetito. Debemos ponerlo en conocimiento del veterinario, aunque no suele ser necesario suspender el tratamiento. Los síntomas remiten cuando este finaliza.
Además, en algunos gatos podrían producirse reacciones de hipersensibilidad, con la aparición de erupciones cutáneas, fiebre y, en los casos más graves, shock anafiláctico. En estos casos, hay que acudir de inmediato al veterinario y modificar el tratamiento.
Por otra parte, si el gato consumiese una cantidad muy elevada, podría producirse una intoxicación con afectación de los riñones y del hígado, problemas respiratorios y alteraciones cardíacas. En estos casos, muy infrecuentes, se hace necesario el traslado al centro veterinario.
Como ves, la amoxicilina en gatos debe ser prescrita por un veterinario debido a todo lo anterior. Así mismo, la dosis de amoxicilina para gatos la fijará el profesional, por lo que, insistimos, no es adecuado que automediquemos a los animales sin ningún tipo de conocimiento en veterinaria.
Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.
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- Roy J. et al. 2007. Clinical and in vitro efficacy of amoxicilin against bacteria associated with feline skin wounds and abscesses. The Canadian Veterinary Journal. 48:6. pp. 607-611.