Domesticación del perro - Origen e historia

Con total seguridad, el perro fue el primer animal domesticado por el ser humano. El proceso fue lento y gradual, por lo que no se puede establecer con exactitud cuándo empezó la domesticación del perro, aunque los descubrimientos más recientes apuntan a que su origen tuvo lugar en el Paleolítico Superior, hace alrededor de 16.000 años.

La mayoría de estudios avalan que todos los perros, independientemente de su raza, descienden del lobo gris (Canis lupus). Sin embargo, todavía se desconoce dónde se inició la domesticación de los perros, es decir, cuál fue el primer lugar en el que el lobo y el ser humano se pusieron en contacto.

Lo que sí que se conoce con seguridad es cuál fue el factor decisivo que ocasionó los primeros encuentros entre los lobos salvajes y las personas. Este no fue otro que el final de la Era Glacial. Las duras condiciones de vida que asolaron el planeta durante esta era condenaron al ser humano a practicar el nomadismo, es decir, a vivir en continuo movimiento para encontrar nuevos refugios donde protegerse y sobrevivir. En concreto, fue durante la última glaciación que sufrió la humanidad (la glaciación de Würm) cuando se inició la domesticación del perro.

A lo largo de la historia de la humanidad, han sido múltiples las teorías que han intentado explicar cuál fue el verdadero origen del perro doméstico, aunque hasta el momento se desconoce la manera exacta en la que se produjo la conexión entre los perros y las personas.

A continuación, recogemos algunas de las teorías que intentan explicar la domesticación del perro:

• Beneficio mutuo: una de las teorías sobre el origen de la domesticación sostiene que el comienzo de la relación entre el perro y el ser humano se produjo por un beneficio mutuo. Es decir, que de alguna manera se produjo una alianza entre ambas especies, puesto que las dos sacaban un beneficio de la relación. Por un lado, los lobos aprovecharon los desperdicios de alimento que dejaban las personas en los lugares de caza o cerca de los asentamientos. Por otra parte, los humanos se beneficiaron de la protección frente a otros depredadores que les ofrecían los lobos al merodear alrededor de sus asentamientos.
• Domesticación por accidente: esta teoría señala que la carne pudo jugar un papel fundamental en la domesticación de los perros. En concreto, sostiene que cuando el ser humano todavía practicaba el nomadismo, los lobos comenzaron a acercarse para consumir los desperdicios de carne que los nómadas dejaban a su paso. En esos acercamientos algunos cazadores pudieron haber adoptado algunos cachorros huérfanos para alimentarlos, encontrando en ellos muestras de cariño y sumisión e integrándolos en el grupo familiar, pero sin el claro objetivo de domesticar la especie. Este pudo ser el inicio de una domesticación accidental (no buscada).
• Autodomesticación: esta teoría sostiene que fueron los lobos quienes iniciaron su propio proceso de domesticación, al acercarse a los asentamientos humanos en busca de calor y comida. Estos lobos dejaron a un lado la caza y se convirtieron así basureros y carroñeros. Con el paso de las generaciones consecutivas, modificaron sus características genéticas, dando lugar a una población diferente capaz de convivir en contacto estrecho con los seres humanos.

No obstante, como ya hemos mencionado, el verdadero origen de la relación entre perros y humanos continúa siendo una cuestión abierta.

La historia de la domesticación del perro se puede entender como un proceso dividido en dos etapas:

• Una primera etapa, en la que los lobos salvajes fueron domesticados hasta dar lugar a los perros primitivos.
• Una segunda etapa, en la que se fueron seleccionando ciertos caracteres de interés, para dar lugar a las más de 300 razas caninas existentes en la actualidad.

Independientemente de si fueron los lobos quienes se acercaron a los humanos o si fueron los humanos quienes propiciaron el acercamiento a los lobos, el resultado de ese primer contacto fue el inicio de un proceso de domesticación con el que, tras miles de años de evolución, empezaron a surgir diferencias genéticas entre los lobos salvajes y aquellos que convivían cerca de los asentamientos humanos.

A partir de estos perros primitivos, los humanos fueron seleccionando ciertos caracteres de comportamiento, apariencia o habilidad, que les resultaban particularmente útiles.

Mediante la selección por cruzamientos dirigidos, empezaron a diferenciarse grupos de perros en los que se fueron afianzando determinadas características, lo que derivó en el establecimiento de las primeras razas caninas (como el basenji). Además de la selección de las primeras razas, el adiestramiento y los cuidados humanos también influyeron enormemente en el proceso de domesticación.

Todos los procesos de domesticación de los animales supusieron un beneficio para las dos partes implicadas:

• Por un lado, el ser humano obtuvo ventajas importantes, como la obtención de alimento, abrigo y apoyo en distintas labores.
• A cambio de ello, los animales recibieron protección y alimento.

En concreto, el perro fue domesticado por la necesidad de tener un aliado para la caza, el pastoreo, la protección de recursos y la compañía. A medida que la relación entre los perros primitivos y los humanos se fue estrechando, estos animales empezaron a incorporarse en la vida diaria de los asentamientos.

Con el tiempo, los humanos fueron seleccionando aquellas características que les resultaban más útiles, como la velocidad, la facilidad para moverse por el agua, las habilidades de caza o la capacidad para soportar temperaturas extremas.

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