Landseer

La raza canina landseer comparte su genealogía con el perro terranova, además de con múltiples razas de molosos europeos, en especial de las regiones centrales de Europa. Según los primeros registros, la raza surge en un lugar ubicado entre Alemania y Suiza, en torno a principios del siglo XIX. Posteriormente, ejemplares de landseer fueron exportados a América, llegando a Canadá y América del Norte, donde causaron furor. Esta fama estaba bien justificada, pues existen grandes evidencias a favor de la vitalidad de estos perros en zonas de inundaciones, donde han actuado como perros de rescate.

Pese a que anteriormente se le consideraba una variedad del terranova, actualmente su estándar oficial lo establece como una raza completamente diferenciada, aunque con muchas características comunes. La Federación Cinológica Internacional (FCI) registró su primer estándar oficial en 1997 ^[1], mientras que en EEUU y Canadá no se reconoce la raza oficialmente.

El landseer es un perro de gran tamaño, cuyo peso se encuentra entre los 45 y los 55 kilogramos en las hembras, cuya altura a la cruz oscila entre 67 y 72 centímetros, y entre los 50 y los 60 kilogramos en los machos, estando en este caso la altura a la cruz entre 72 y 80 centímetros. Estos canes gozan de una esperanza de vida de unos 9-12 años.

El cuerpo de estos perros es macizo y robusto, de pecho amplio, con una potente y firme musculatura, unas patas fuertes y veloces y unos pies palmeados de gran tamaño. Su cola es fuerte, larga y se encuentra recubierta de una densa capa de pelo, suele estar algo curvada, aunque es habitual ver que la tensan, teniéndola más recta cuando están en movimiento o en alerta.

Siguiendo con las características del landseer, su cabeza es ancha y de perfil pronunciado, igual que el stop. La trufa es negra, los ojos, de tamaño medio y color castaño claro u oscuro, presentan una mirada agradable. Sus orejas son medianas y de forma triangular, presentando unos bordes redondeados. Toda la cabeza está cubierta por un fino pelo corto.

El manto está formado por un pelaje largo y liso, cuyo tacto es sedoso, con una subcapa lanosa que consigue que se aísle mejor del frío.

El landseer cachorro

El landseer es un perro tranquilo y dócil, que puede ser adiestrado desde muy pequeño, puesto que aprende con gran facilidad las pautas necesarias para una correcta convivencia con su familia. Es aconsejable realizar una educación básica cuando aún son cachorros, siendo importante la parte de la socialización temprana.

En general, los cachorros suelen necesitar muchas horas de descanso, lo que en el landseer, que es muy calmado, puede ser aún más marcado. Pero no ha de extrañarnos que pasen gran parte del día dormitando, pues es algo que beneficia a su correcto desarrollo.

Sobre su aspecto, son cachorros de gran tamaño, con anchas patas que revelan que tendrán un tamaño aún mayor cuando crezcan. Tienen una graciosa expresión seria en la cara, aunque luego su carácter es completamente opuesto: alegre y risueño.

Colores del landseer

El color establecido en el estándar de la raza landseer es el blanco puro con placas negras en el tronco y la grupa, la cabeza negra y una marca blanca en el hocico.

El landseer es un perro amable, pero muy precavido, especialmente con los extraños, con quien se muestra alerta y desconfiado. Es tranquilo, pero bastante más activo que el perro terranova. Su carácter es fuerte, siendo un perro independiente, aunque no por ello deja de ser muy cariñoso con su familia, agradeciendo enormemente su compañía. A pesar de ello, tolera muy bien la soledad.

En especial los machos, son dominantes con otros perros, pudiendo esto causar conflictos al relacionarse con otros canes. Sin embargo, con un buen adiestramiento esto puede guiarse.

Al perro landseer le encanta estar al aire libre, por lo que no es la mejor raza para vivir en pisos reducidos o sin espacios abiertos en los que estar y evadirse cuando lo considere oportuno. Así mismo, le gusta mucho el agua, por lo que es muy común verlo disfrutar durante los baños o nadando en piscinas, playas y lagos.

El landseer necesita en primer lugar un espacio propio, preferentemente con disponibilidad para salir al aire libre cuando lo necesite. Por ello, si no disponemos de jardín o terreno hay que estar muy pendiente de proporcionarle el tiempo suficiente en el exterior. Por otra parte, hay que tener en cuenta que necesita un clima más bien frío, pues el calor es peligroso para estos perros que tienen tanto pelo para aislarse.

El landseer es un perro que requiere atención y trabajo constante en cuanto a su estimulación, tanto intelectual como física, pues necesita ejercitar su mente y cuerpo por igual. En cuanto al ejercicio físico, lo mejor es asegurar juegos, paseos y deporte. Sobre la parte intelectual, se suele llevar a cabo por medio del adiestramiento y los juegos de lógica o de inteligencia, los cuales podemos hacer de forma casera.

Continuando con los cuidados del landseer, este perro tiene cierta tendencia a sufrir sobrepreso, por lo que hay que cuidar mucho su alimentación, tanto en lo referente a la calidad de la misma como a la cantidad. Esto es vital, ya que un exceso de peso ocasiona graves problemas articulares en estas razas caninas de tan importante tamaño.

Además, hay que cuidar su pelaje que, al ser tan denso y largo, suele enredarse con mucha facilidad. Para ello, lo mejor es peinarlo y cepillarlo al menos una vez al día, eliminando enredos, pelo muerto y suciedad.

El landseer destaca por su gran docilidad, siendo un perro fácil de entrenar. Se recomienda comenzar con ejercicios de educación básica cuando son unos cachorros, puesto que cuanto antes se empiece mejor. Así mismo, es especialmente relevante la socialización con otros perros, de manera qe se recomienda que tengan contacto con otros perros y animales desde pequeños. Esto sirve para que se acostumbren a relacionarse con otros canes, evitando problemas como la dominancia o la agresividad sobre ellos.

Como sucede con todos los perros, sean o no de raza, el refuerzo positivo es fundamenta a la hora de educar a un landseer. De esta forma, es recomendable premiar las buenas conductas y guiar al can hacia una convivencia armoniosa. El refuerzo negativo solo conseguirá generar en el perro estrés, miedo, frustración, ansiedad y, en los peores casos, agresividad.

Uno de los peligros más frecuentes en el landseer es el riesgo de sufrir un golpe de calor. Esto puede pasar tanto porque se encuentren en regiones en las que el clima es cálido o tropical, como dentro de una casa con la calefacción puesta. Las altas temperaturas ocasionan que su propia temperatura corporal ascienda, jadeando y llegando a perder la consciencia si no se baja la temperatura de su cuerpo a tiempo. Sufren un shock térmico, que en casos graves pueden llevarlos a la muerte. Para evitarlo, lo mejor es asegurar que no se exponen a esas altas temperaturas, manteniéndolos en un lugar de temperatura fresca.

A parte de esto, el landseer suele gozar de una buena salud. Hay que tener precauciones sobre todo cuando están en desarrollo, pues, por ejemplo, suplementarlos con vitaminas sin supervisión veterinaria o jugar en terrenos demasiado duros puede afectar seriamente a la salud ósea del animal. En este sentido, el landseer, debido a su gran tamaño, puede presentar problemas como la displasia de cadera o la torsión de estómago.

Al igual que cualquier otro perro, es necesario mantener al landseer correctamente vacunado y desparasitado, visitar al veterinario con regularidad y realizar chequeos frecuentes para conocer su estado de salud general.

Puede que si queremos adoptar a un landseer esto sea algo complicado, pues al menos en España o América del Sur no es una raza frecuente. Sin embargo, siempre se puede contactar con refugios y asociaciones animales de la zona para conocer mejor las posibilidades de conseguir uno de estos ejemplares.

Ante todo, sea la raza que sea, antes de adoptar a un animal hay que estar 100 % seguro de que se pueden atender todas sus necesidades, así como cualquier contratiempo, evitando a toda costa el abandono animal.