¿Es cierto que los lobos atacan a las personas?

La relación entre los humanos y los grandes depredadores ha cambiado a lo largo de la historia. En un principio huíamos de ellos y evitábamos su territorio, pero hoy en día no es así. Muchas personas insisten en eliminarlos y otras luchan por protegerlos.

Debido a los grandes territorios en los que viven los grandes carnívoros, su conservación no debe centrarse únicamente en áreas protegidas. Debe conservarse en el medio natural. Normalmente este medio es de uso múltiple y, es aquí, donde se producen conflictos con los humanos.

Los conflictos son diversos e incluyen la depredación del ganado y la competencia por los ungulados salvajes (caza mayor). Sin embargo, uno de los más graves problemas es ser herido o asesinado por un gran carnívoro. La matanza de tigres, leones, leopardos, pumas y osos (oso pardo, oso negro, oso polar y oso perezoso) ocurre con regularidad y cientos de personas mueren anualmente en todo el mundo.

Aunque el peligro que representan los lobos para la seguridad humana sigue siendo controvertido, las personas que viven en cualquier lugar del mundo tienen miedo a los lobos.

Tras muchos años de investigación y recopilado de casos de ataques de lobos a personas, se han podido aislar varios factores asociados a estos ataques:

• Rabia: el factor más importante que explica los ataques de lobo actualmente y, probablemente, a lo largo de la historia es la presencia de rabia. Aunque los lobos no son reservorio para la enfermedad (no mantienen la bacteria que produce la rabia dentro de su cuerpo, sólo la padecen), parece que son susceptibles a la sobrepoblación de los perros domésticos en ciertos países del mundo, los chacales y los zorros árticos en las áreas del norte. Las consecuencias de estos ataques pueden ser dramáticas ya que, si bien no llegan a matar a la persona, pueden contagiarle a enfermedad. La rabia es responsable de la mayoría de los ataques contra humanos. Esto es especialmente evidente en los últimos 25 años, donde la rabia explica la gran mayoría de los ataques fuera de la India. En España, los casos de ataques de lobos rabiosos ocurrieron entre los años 1720 y 1949. La rabia nunca ha sido una enfermedad endémica de la fauna salvaje de este país.
• Habituación: muchos de los casos de ataques de lobos a personas, sobre todo en América del Norte, se deben a animales que han perdido el miedo a los humanos e incluso asocian nuestra presencia con la comida. En osos, por ejemplo, se conoce muy bien las consecuencias que tiene esta asociación entre la comida y los humanos. Muchas veces podemos ver en televisión grabaciones de osos en los porches de las casas en Canadá. Parece que lo mismo ocurre con los lobos, pero en raras ocasiones, no es tan común como en osos. En el siglo XIX, en países como Suecia y Estonia, sucedió en multitud de ocasiones, ataques a humanos por parte de lobos que habían escapado del cautiverio. Este cautiverio se debía a las granjas de piel. Por otro lado, los lobos híbridos (cruces de lobos salvajes y perros domésticos) que viven en libertad tienen menos miedo a las personas y son causantes de más ataques. Existen muchos parques zoológicos en todo el mundo que mantienen a lobos en cautividad. Estos animales están totalmente acostumbrados a los humanos y, sin embargo, no hay registros de ataques o asesinatos.
• Provocación: como casi todos los animales cuando se sienten acorralados, los lobos también atacan. Un lobo que haya caído en una trampa de cazadores intentará desesperadamente liberarse y, si un humano se acerca, le atacará.
• Situaciones socio-ambientales extremas: la destrucción de su hábitat, la ausencia de presas y la presencia de ganado hace que los lobos se acerquen a zonas donde viven las personas, pues necesitan alimentarse desesperadamente. Si los lobos no tienen dónde vivir porque les hemos quitado su hogar, si no tienen qué comer porque cazamos a sus presas y mantenemos en grupos inmensos de animales indefensos (ganado) sólo protegidos por vallas, es totalmente normal que se acerquen a nuestras áreas y, en raras ocasiones tengamos encontronazos con ellos, sin embargo, en estos encuentros, lo normal es que huyan.

En primer lugar, debemos entender cómo atacan los lobos. En la naturaleza, los lobos viven y cazan en grupos familiares. Vigilan a sus presas, deciden cuál es la más débil y fácil de atrapar, entonces, los individuos más experimentados, escogen la estrategia de caza y comienza el ataque.

Para reducir los ataques, cada factor debe ser tratado de manera individual. El control a nivel estatal de la rabia es fundamental. En la península Ibérica no se dan casos de rabia desde el año 1978. En otros países como India la rabia es una enfermedad común, por lo que es normal este tipo de ataques.

Evitar la habituación o la liberación de animales habituados al ser humano es algo primordial. Cada vez dejamos menos territorio para la fauna silvestre, que está siendo acosada continuamente, los animales necesitan acercase a nosotros para sobrevivir.

El manejo y la restauración de las poblaciones de presas y su hábitat, y el uso de métodos efectivos para proteger el ganado para que los lobos no dependan de las fuentes de alimentos humanos, reducirán tanto el número de encuentros entre los lobos y los humanos como el riesgo de habituación. Esto debería reducir las posibilidades de ataques de lobo en humanos.

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