Cuidados extra

Mi tortuga no se mueve y tiene los ojos cerrados - Causas y qué hacer

 
Cristina Pascual
Por Cristina Pascual, Veterinaria. 27 septiembre 2021
Mi tortuga no se mueve y tiene los ojos cerrados - Causas y qué hacer

Si tu tortuga no se mueve y tiene los ojos cerrados puede que esté sufriendo algún proceso patológico, tenga unas malas condiciones ambientales o una alimentación inadecuada. Sin embargo, puede que simplemente esté durmiendo o esté atravesando un proceso fisiológico y natural como es la hibernación o brumación. Si tu tortuga se encuentra en esta situación, es importante determinar cuál es la causa para poder actuar en consecuencia.

Si quieres conocer más sobre las posibles causas por las que tu tortuga no se mueve y tiene los ojos cerrados, y saber qué hacer en cada caso, sigue leyendo este artículo de ExpertoAnimal.

Índice
  1. ¿Por qué mi tortuga no se mueve y tiene los ojos cerrados?
  2. ¿Por qué mi tortuga bebé no se mueve?
  3. ¿Qué hacer si mi tortuga no se mueve?

¿Por qué mi tortuga no se mueve y tiene los ojos cerrados?

Si tu tortuga no se mueve y tiene los ojos cerrados, puede que esté hibernando. En realidad, el término hibernación debería reservarse para los mamíferos, por lo que a partir de ahora hablaremos de brumación. Cuando las tortugas bruman, se produce un descenso de su metabolismo y entran en un estado de sueño profundo durante el cual no se mueven. Algunos aspectos que puedes tener en cuenta para saber si tu tortuga está brumando son los siguientes:

  • Las tortugas entran en este estado cuando la temperatura es baja, por lo que una de las formas de comprobar si tu tortuga está brumando es comprobar la temperatura ambiental o del agua del tanque. Si está por debajo de 10ºC, es muy probable que se encuentre en brumación. Cuando las tortugas se mantienen en el interior de una vivienda, lo normal es que no experimenten un descenso de temperatura tal como para brumar. No obstante, no se debería descartar que la tortuga entre en este estado cuando las temperaturas de la habitación son muy bajas.
  • Las tortugas, cuando bruman, mantienen las extremidades retraídas en su caparazón, dado que conservan el tono muscular. Por tanto, si tu tortuga no se mueve pero tiene las extremidades fuera del caparazón, o si al levantarla sus extremidades se salen del caparazón, probablemente no esté brumando.
  • Un aspecto importante a considerar es que no todas las especies de tortuga bruman, sino que esto dependerá del clima de su hábitat natural. Si quieres conocer qué especies de tortuga bruman consulta el artículo ¿Las tortugas hibernan? de ExpertoAnimal.

Otra opción es que tu tortuga simplemente esté durmiendo o asoleándose (tomando el sol). Sabrás que tu tortuga está tomando el sol cuando está bajo la luz directa del sol o de la fuente de iluminación del terrario. Cuando las tortugas se exponen al sol, normalmente duermen relajadas con sus extremidades fuera del caparazón.

Si te preguntas por qué mi tortuga no se mueve y tiene los ojos abiertos y has descartado las causas anteriores, debes considerar la posibilidad de que esté sufriendo un proceso patológico. Cuando una tortuga enferma, se reducen considerablemente sus niveles de energía y movimiento. Por ello, en caso de que tu tortuga no se mueva, es importante que prestes atención a la presencia de otros signos que pueden ser indicadores de enfermedad. Algunos de estos signos son:

  • Manchas o lesiones en el caparazón o la piel.
  • Decoloración del caparazón.
  • Secreciones por cavidad oral, nasal, ojos u oídos.
  • Signos respiratorios como tos o ruidos respiratorios.
  • Signos digestivos como diarrea.

Así mismo, es importante que compruebes si estás ofreciéndole a tu tortuga una alimentación y unas condiciones ambientales adecuadas a su especie, edad y estado fisiológico, dado que gran parte de los problemas clínicos en las tortugas suelen derivar de unas malas condiciones de su entorno o de dietas inadecuadas. Los principales factores que debes cuidar son:

  • Temperatura y humedad: las tortugas son animales ectotermos y poiquilotermos, lo que implica que para mantener su temperatura corporal requieren la exposición al sol o a otras fuentes de calor, como el sustrato o corrientes cálidas de agua. En las tortugas, el mantenimiento de la temperatura corporal en un rango adecuado determina el correcto funcionamiento de su sistema inmunológico y de múltiples funciones vitales. Por ello, resulta fundamental que adecúes la temperatura ambiental a las necesidades de tu tortuga. Así mismo, es importante mantener la humedad en el rango correcto para evitar la aparición de problemas dermatológicos, renales y digestivos.
  • Sustrato y medio ambiente: tanto si mantienes a tu tortuga en el exterior como si lo haces en un terrario, es necesario que adaptes el ambiente a su entorno natural y lo mantengas en buenas condiciones higiénicas.
  • Fotoperiodo: es importante respetar el fotoperiodo del lugar de origen de la tortuga, dado que prologar el mismo puede suponer una fuente de estrés para ella.
  • Alimentación: las tortugas pueden ser herbívoras, omnívoras o carnívoras, en función de su especie. Una dieta adecuada será aquella que se asemeje a la que tendría el animal en su hábitat natural.

¿Por qué mi tortuga bebé no se mueve?

Si tu nueva compañera ha llegado recientemente al hogar, es normal que su comportamiento sea algo anormal y no se mueva demasiado. Las tortugas son animales que se estresan y asustan con facilidad, por lo que un cambio de hábitat puede llegar a resultarles verdaderamente estresante. En este caso, debes darle el tiempo necesario para que se acostumbre a su nuevo hogar y evitar cualquier fuente de estrés que pueda empeorar la situación. Para ello, mantén el terrario separado de fuentes de sonido (altavoces, televisión, etc.), evita que otras mascotas se acerquen al tanque y trata de manipularla lo menos posible.

Como hemos comentado anteriormente, cuando una tortuga se mantiene inmóvil puede que se encuentre hibernando o brumando. La brumación es un proceso natural que afecta a las tortugas cuando las temperaturas descienden. Sin embargo, en los ejemplares jóvenes (por debajo de los 3 años) no se debe permitir la brumación, dado que carecen de las reservas energéticas necesarias para sobrevivir a este proceso. Si tienes una tortuga bebé y sospechas que puede estar brumando, acude a tu veterinario/a para que te indique cómo proceder.

De igual manera que con las tortugas adultas, si tu cría de tortuga no se mueve puede que se deba a un proceso patológico. Presta atención a la presencia de otros signos clínicos que puedan indicarte la presencia de enfermedad en tu tortuga y acude a tu veterinario/a para que pueda encontrar la causa del problema.

¿Qué hacer si mi tortuga no se mueve?

Si tu tortuga está brumando, debes saber que se trata de un proceso fisiológico y natural que no tiene por qué resultar perjudicial para ella si la mantienes en las condiciones adecuadas. Por tanto, la brumación no se debe interrumpir en animales sanos. Ahora bien, si tu tortuga ha sido sometida a una cirugía o ha sufrido una enfermedad en época previa o durante el período invernal, no debería permitirse la brumación dado que implicaría un descenso de su respuesta inmunológica y podría tener graves consecuencias para su salud. De igual modo, tampoco es recomendable que las tortugas jóvenes brumen, ya que no disponen de los recursos energéticos suficientes como para sobrevivir a este proceso. Por tanto, cuando creas que tu tortuga vaya a entrar en brumación es importante que consultes con tu veterinario/a para que analice si es o no adecuado que entre en este estado.

Si tu tortuga no se mueve, tiene los ojos cerrados y has descartado que esté brumando, también es importante que acudas a tu veterinario/a de confianza para que determine cuál puede ser la causa de su estado. En primer lugar, analizará las condiciones ambientales y la dieta de tu tortuga para valorar si su estado puede deberse a un mal manejo sanitario. Además, realizará una exploración completa de la tortuga en busca de signos que puedan orientar el diagnóstico. Si la exploración física no es suficiente, procederá a realizar pruebas complementarias (pruebas de imagen, laboratoriales, etc.) para alcanzar el diagnóstico definitivo e instaurar el tratamiento adecuado.

En definitiva, los motivos por los que una tortuga puede permanecer inmóvil y con los ojos cerrados pueden ser tanto fisiológicos como patológicos. Por tanto, discernir cuál es la causa concreta será fundamental para saber si debemos actuar o no, y en caso de que sea necesario, cómo proceder.

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Bibliografía
  • Mitchell, M., Tully, T. (2008).Chelonians. Manual of Exotic Pet Practice (207-249). Saunders Elsevier.
  • Soler, J., Martínez, A. (2008). Manejo y alimentación de tortugas y galápagos en cautividad. Centro de Recuperación de Anfibios y Reptiles de Cataluña, 147:33-41.
  • Tracchia, A.C. (2018). Medicina en quelonios y otros reptiles. Universidad Maimónides.
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