Podenco orito español

El podenco orito es un perro de origen español históricamente vinculado a labores de caza menor y mayor. En realidad, este can es un tipo concreto de podenco andaluz que, al lucir una capa orita, fue excluido del estándar oficial de la raza, el cual solo acepta los colores canela y blanco, según dicta la Real Sociedad Canina Española (RSCE). Este hecho hizo que, con el tiempo, los podencos oritos fueran disminuyendo en número, llegando casi a desaparecer, pues los criadores preferían obtener ejemplares que se ajustaran a dicho estándar. No obstante, algunos cazadores apreciaban mucho la versatilidad y fortaleza que demostraban tener estos perros durante las largas jornadas de caza y se esforzaron por evitar su extinción mediante una crianza selectiva, logrando que la población aumentara de nuevo y reclamando que se aceptara al podenco orito español como raza independiente. Fue así como nació la Asociación Nacional del Podenco Orito Español.

Hoy en día, y en comparación con otras razas de características similares, hay muy pocos ejemplares de podenco orito y todavía ninguna institución lo ha declarado "raza oficial", aunque la RSCE le otorgó en el año 2012 la categoría de "grupo étnico" y está trabajando en la creación de un estándar definitivo que diferencie al orito del podenco andaluz estándar.

El podenco orito andaluz es un perro de talla mediana. Aunque existe bastante variabilidad en cuanto a sus proporciones, lo más habitual es que tanto machos como hembras midan entre 40 y 50 centímetros de alto hasta la cruz y tengan un peso medio de unos 20 kg.

Posee un cuerpo musculoso, compacto y atlético, con unas extremidades fuertes que le permiten correr y desenvolverse con mucha agilidad en terrenos complicados, como pueden ser zarzales o arroyos, zonas que frecuenta durante las jornadas de caza. Su piel es notablemente gruesa y resistente en comparación con la de otras razas y su pelo es grueso y corto (de unos 5 cm de longitud), aunque suele ser ligeramente más largo en algunas zonas, como en la cola.

Tiene el hocico largo y una mandíbula potente, pero sin duda una de las características físicas del podenco orito que más llama la atención son sus grandes orejas triangulares, que le dan un aspecto siempre atento y curioso y le permiten captar los sonidos que llegan desde diferentes localizaciones, ya que puede orientarlas de forma individual. Sus ojos, sin embargo, son de tamaño pequeño, redondos y de color miel, aunque su tonalidad puede variar levemente entre individuos. Por su parte, la cola del orito es de inserción baja y de longitud media, no llegando a cubrir los corvejones, y cuando está en reposo, su extremo se muestra ligeramente curvado hacia arriba.

Colores del podenco orito

Existen dos variedades en lo que respecta al manto orito del podenco: el orito negro (dorado y negro) y el orito chocolate (dorado y marrón). A su vez, el orito chocolate admite distintas tonalidades, desde un marrón muy intenso hasta un tono hígado. Por norma general, y según el estándar provisional de la raza, las partes doradas aparecen sobre los ojos, en el hocico, en el pecho, en el vientre, en el interior de las extremidades y bajo la base de la cola. Además, algunos individuos pueden presentar también pequeñas marcas de color blanco, especialmente en zonas como el pecho, los dedos o la punta del rabo.

Un aspecto curioso sobre este perro es que el color de su trufa va en sintonía con el color del manto, pues los podencos orito negros tienen la nariz de color negra, mientras que los orito chocolate la tienen de tonalidades marrones. Eso sí, todos ellos cuentan con un olfato excepcional.

El podenco orito es un perro dócil, noble y muy cariñoso con sus tutores, con los que busca contacto frecuente. Tiene una gran tendencia a la sociabilidad y disfruta de la compañía de otros perros y personas, aunque es frecuente que se muestre tímido y algo asustadizo ante los desconocidos, especialmente si estos se acercan a él de una forma demasiado invasiva.

A pesar de ser un perro sensible, tiene un carácter muy rústico y demuestra una gran resistencia física y valentía a la hora de atravesar terrenos abruptos, adentrarse en zonas de frondosa vegetación o incluso de tirarse al agua y nadar, siempre y cuando se haya habituado a todo ello desde joven. Los podencos orito son canes muy inteligentes, atentos y con una gran capacidad de resolución de problemas, lo que hace que sea bastante sencillo enseñarles pautas y comandos básicos de obediencia, siempre que se utilice para ello técnicas basadas en el refuerzo positivo.

A pesar de ser perros tradicionalmente asociados con la caza, se adaptan sin problemas a la vida familiar en una casa o piso. Son juguetones y afectuosos tanto con niños como con adultos y personas mayores, y pueden ser perfectamente felices en un entorno urbano siempre que sus tutores se comprometan a cubrir correctamente sus necesidades físicas y psicológicas.

Como todo perro de caza, el podenco orito es muy vivaz y tiene muchísima energía, por lo que necesita unos tutores con tiempo y un estilo de vida activo, que disfruten de dar largos paseos y salir a caminar por el monte o el campo de vez en cuando. También es imprescindible para lograr su bienestar estimular con frecuencia el uso de su olfato, pues es su principal sentido y, en el caso del orito, está extremadamente desarrollado. Para ello, podemos realizar juegos olfativos escondiendo comida por casa, en el jardín o utilizando alfombras o juguetes rellenables para que el perro busque. De esta forma, le estimulamos a nivel mental y conseguimos que se relaje con más facilidad.

Por otro lado, debemos controlar su alimentación, ofreciéndole productos de calidad, ya sea a través de piensos de alta gama, comida casera cocinada o dieta BARF, siempre siguiendo las indicaciones de un veterinario especialista en nutrición canina. El podenco orito necesita obtener a través de la dieta suficientes calorías y nutrientes para mantener su temperamento enérgico, por lo que adaptaremos la cantidad de alimento a su edad y a su estilo de vida para evitar el sobrepeso y mantenerlo siempre en forma.

No es necesario bañar al podenco orito con demasiada frecuencia, basta con hacerlo de forma puntual o cuando veamos que lo necesita. Sin embargo, sí es muy recomendable cepillarle de forma frecuente, al menos dos o tres veces por semana, y hacerlo con un producto apropiado para su pelaje corto y recio. De esta forma, eliminamos el pelo muerto y la suciedad que haya podido adherirse a él y mantenemos el manto sano y brillante.

La educación del podenco orito debe empezar desde el momento en que el can llega a casa, que nunca debería ser antes de los dos meses de edad, para asegurar un buen desarrollo temprano. Es importante empezar a socializarle desde pequeño con diferentes estímulos y asegurarnos de que vive experiencias positivas con otras personas, objetos y animales, de esta forma podemos prevenir la aparición de miedos en el futuro. A la vez, podemos comenzar a trabajar nuestro vínculo con el cachorro, especialmente a través del juego, y a enseñarle algunas pautas básicas. Descubre en este otro artículo Cómo socializar a un cachorro correctamente.

El podenco orito es un can muy inteligente que disfruta aprendiendo nuevas habilidades, pero también es un perro sensible, por lo que jamás debemos intentar educarle a través de castigos o imposiciones. Como buen perro de caza, es muy atento a todo lo que ocurre a su alrededor y se puede despistar con facilidad, de manera que lo más recomendable es llevar a cabo sesiones de entrenamiento cortas, dinámicas y utilizar siempre reforzadores que le motiven mucho.

También es imprescindible practicar la llamada desde que el perro es pequeño para evitar que se despiste siguiendo rastros en el campo o que salga corriendo tras algún animal más pequeño, algo que es muy instintivo en su raza. Precisamente este instinto cazador puede hacer que, en ocasiones, se complique la convivencia entre un podenco orito y otros animales como gatos o conejos, por lo que si queremos formar una familia multiespecie, debemos tener paciencia y hacer un buen trabajo de habituación previo contando, si es necesario, con la ayuda un educador o etólogo profesional.

A continuación, compartimos algunos artículos que te pueden ayudar:

• ¿Cómo educar a un cachorro?
• ¿Cómo socializar a un perro adulto?

Los podencos son perros que, durante toda su historia, han sido criados y seleccionados buscando la excelencia a nivel funcional y no estética. Este hecho ha supuesto beneficios sobre su salud, pues, al contar con una variabilidad genética muy grande, son bastante resistentes a sufrir patologías de tipo hereditario que aparecen con frecuencia en otras razas, como la displasia de cadera o de codo.

El podenco orito no suele padecer problemas importantes de salud y tampoco tiene tanta tendencia a desarrollar alergias alimentarias o ambientales, como sí es el caso de otras razas de perros de caza. Eso sí, al ser un can tan activo e infatigable, es imprescindible hidratarle con frecuencia y ofrecerle lugares sombreados donde descansar cuando salimos con él a pasear por el campo o el monte, especialmente en verano, pues puede sufrir un golpe de calor.

Por otro lado, para mantener al podenco orito en buen estado de salud es imprescindible la prevención y, para ello, debemos cumplir con el calendario de vacunación y llevar a cabo desparasitaciones tanto internas como externas durante todo el año, pero muy especialmente en los meses más cálidos, donde más probabilidad hay de que el perro se infeste de pulgas, garrapatas o sufra la picadura de algún mosquito.

Desgraciadamente, las razas destinadas a la caza son abandonadas con muchísima frecuencia en nuestro país, especialmente cuando termina la temporada o cuando los perros se hacen mayores, se lesionan o enferman y ya no son capaces de seguir el ritmo de los demás. Muchos podencos de todas las edades y tamaños esperan encontrar una familia en refugios y perreras de todo el país y, aunque es cierto que los podencos de capa orita no son los más abundantes a nivel nacional, en Andalucía podemos encontrar alguno en adopción con más facilidad, preguntando en protectoras o poniéndonos en contacto con asociaciones animalistas que rescatan perros de caza víctimas del maltrato y abandono.

Es importante remarcar que muchas veces lo podencos rescatados por las protectoras padecen problemas relacionados con el miedo, como traumas, fobias o inseguridades, pues son animales bastante sensibles. En estos casos, lo ideal es contar con el apoyo de un especialista etólogo o educador canino en positivo que nos eche una mano durante el proceso de adaptación del perro a su nuevo hogar.