¿Por qué mi gato no ronronea?
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Uno de los rasgos más característicos, adorables y que definen al gato es su capacidad de ronronear. Este sonido exclusivo lo asociamos habitualmente con una sensación de bienestar. Nos reconforta, nos hace pensar que nuestro gato es feliz y nos demuestra así su afecto.
Por eso, cuando convivimos con un gato que no ronronea, nos asaltan las dudas: ¿está nuestro gato contento? O, por el contrario, ¿padece alguna enfermedad? ¿Qué estamos haciendo mal para que no nos dedique sus ronroneos? En definitiva, ¿por qué mi gato no ronronea? En este artículo de ExpertoAnimal te lo explicamos. ¡Sigue leyendo!
¿Cómo se produce el ronroneo del gato?
El sonido del ronroneo de nuestros gatos es sumamente especial, no obstante, ¿sabes cómo se produce? Existen muchas teorías al respecto que intentan dar una respuesta certera. Algunas siguieren que se origina en el tórax, cuando la sangre se comprime al pasar por el hiato diafragmático y que los bronquios llenos de aire amplifican la vibración. No obstante, un estudio de Journal of Zoology [1] sugiere que el ronroneo es una modulación laríngea impulsada por el flujo respiratorio.
¿Cuándo empiezan a ronronear los gatitos?
El ronroneo se inicia a los dos días de vida del gatito como una forma más de comunicación con su madre, mientras tiene lugar la lactancia. Los pequeños succionan mientras ronronean y "amasan" con sus patas delanteras, lo que estimula el flujo de leche y sirve a la madre para saber que todos se están alimentando correctamente. Es por esto que muchos gatos adultos amasan, babean o nos succionan la ropa mientras ronronean. Acariciar a nuestro gato suele activar este sonido, aunque no siempre es así.
¿Qué significa el ronroneo del gato?
¿Por qué ronronean los gatos? Además de indicar bienestar y relajación, tanta que incluso son capaces de ronronear cuando duermen, el gato puede utilizar el ronroneo cuando se encuentra en una situación de estrés o de enfermedad, por ejemplo, cuando está ingresado en una clínica veterinaria. En este caso, el ronroneo podría servir para reconfortarse a sí mismo.
Durante el ronroneo, los gatos pueden desplegar diferentes modalidades: mayor o menor intensidad, más o menos aire, diferentes velocidades o distintos significados, ya que también pueden emplearlo a modo de petición. Dentro de los felinos, no solo los gatos domésticos ronronean, también los gatos salvajes (Felis silvestris). Pero, entonces, ¿por qué tu gato no ronronea?
¿Por qué tu gato no ronronea nunca?
Como hemos visto, el ronroneo forma parte importante de la comunicación de nuestro gato, es por ello que un gato que no emite este característico sonido se convierte en incógnita y motivo de preocupación para su humano, que suele pensar que su gato no es feliz o padece alguna enfermedad. Pero, ¿es eso cierto?
Contestamos a la pregunta de por qué un gato no ronronea ni relajado ni dormido ni mientras lo acariciamos. Podemos dividir a estos gatos en dos grupos:
- Gatos que ronronean, pero de manera casi inaudible. Son gatos que ronronean tan bajito que la única forma de escucharlos es pegando la oreja a su cuerpo o poniendo la mano en el cuello para sentir la vibración producida.
- Gatos que no ronronean, ni siquiera de forma inaudible. Se trata de gatos que no emiten este sonido simplemente porque así es su carácter, sin que presenten ninguna patología y, por supuesto, siendo felices y queriendo a sus humanos. Los gatos poseen diferentes formas de comunicarse y cada gato escoge la que quiere o necesita. Igual que nosotros los humanos, cada uno tiene su personalidad y, así, los habrá más o menos expresivos, cariñosos, independientes, sociables, etc., sin que ello implique ningún problema. Por todo ello, si tu gato no ronronea porque es así, no es necesario hacer nada, tan solo aprender a entender su lenguaje para comunicarte mejor con él.
¿Por qué tu gato no ronronea como antes o ha dejado de hacerlo?
Hemos visto las causas que explican que un gato no haya ronroneado nunca pero, ¿qué ocurre si el problema es que antes sí lo hacía y ahora no? El comportamiento de un gato se va modificando con la edad, las experiencias y las circunstancias, y es por esto que un gato ronroneador puede dejar de hacerlo, pero también al contrario, es decir, gatos que no ronroneaban pueden comenzar a hacerlo. Eso sí, si nuestro gato deja de ronronear tras algún cambio, como por ejemplo una mudanza, puede significar que está estresado. Debemos pensar que los gatos son animales extremadamente susceptibles a los cambios, por ello tienden a desarrollar estrés con mucha facilidad. Si este es tu caso, mostrará otros signos como esconderse, mostrarse nervioso, tener las pupilas dilatadas, acicalarse en exceso, marcar con orina o las uñas... Todo ello es consecuencia del estrés que sufre, por lo que no debes castigarlo ni regañarlo, sino encontrar la causa y solucionarla.
Por otro lado, si tu gato ya no ronronea y has descartado el estrés como causa, deberás investigar si presenta otros síntomas que te hagan pensar que sufre algún otro problema de salud, como diarrea, vómitos, apatía en general, etc. En cualquier caso, es fundamental acudir al centro veterinario cuanto antes.
Otras formas de comunicación que tienen los gatos que no ronronean
Cabe la posibilidad de que, simplemente, tu gato no ronronee o haya dejado de hacerlo porque ha encontrado una alternativa mejor. La comunicación gatuna va más allá del ronroneo, por ello en muchas ocasiones este sonido es sustituido por otras acciones para comunicar lo mismo. Así mismo, los gatos aprenden a relacionar las acciones incluso con las personas, por lo que tienen la capacidad de establecer relaciones distintas con cada miembro del hogar. Por ello, si te preguntas por qué tu gato no ronronea contigo, la respuesta puede ser que contigo ha establecido otro tipo de interacciones para comunicarse.
Veamos a continuación otras formas que tienen los gatos de comunicarse para expresar lo que haría mediante el ronroneo:
El gato que no ronronea y maúlla
El maullido es otra de las formas de comunicación típica de los gatos. Lo emplean en múltiples situaciones y con muy distintos significados. Así, el gato que no ronronea puede hacerse entender perfectamente a través de maullidos. Entre sus significados más relevantes están los siguientes:
- Maullido para reclamar atención: el reservado para hacernos entender que necesita algo, como pueden ser caricias o, más material, comida. En este último caso se tratará de un maullido apremiante y no cesará hasta que no la obtenga.
- Maullido de gata en celo: el característico de las gatas no esterilizadas durante sus períodos de celo, que pueden prolongarse casi todo el año. Es un maullido de tono muy elevado, como un grito.
- Maullido para entrar o salir: si nuestro gato tiene acceso al exterior, este será su maullido delante de la puerta o la ventana por la que esté acostumbrado a salir o a entrar.
- Maullido lastimero: inconfundible y señal de que algo malo le ocurre, generalmente se tratará de una enfermedad. Debemos consultarlo con nuestro veterinario.
- Maullido de saludo: algunos gatos son muy "habladores" y acostumbran a maullar de una manera característica cada vez que entramos en casa, entran ellos o incluso cada vez que se cruzan con nosotros.
El gato que no ronronea y muerde
En ocasiones nos preguntamos por qué nuestro gato no ronronea y no nos damos cuenta de que se está comunicando con nosotros a su manera. Además de los maullidos, algunos gatos nos dicen mucho mediante mordiscos. Los significados básicos serán los siguientes:
- Mordisco juguetón: es normal que los gatitos se relacionen entre ellos con mordiscos, a modo de juego. Los gatos son carnívoros depredadores y morder es una de las actividades que deben desarrollar para vivir de una forma innata, ya que, en la actualidad, en un piso, no necesitan cazar para comer. Los mordiscos entre ellos les ayudan a regular la fuerza de sus mandíbulas y, con la edad, es una costumbre que van abandonando. Es normal que nuestros gatitos nos muerdan a nosotros y debemos enseñarles a no hacerlo, desviando su atención hacia los juguetes adecuados. En algunos gatos esta etapa persiste en el tiempo y, ya sea por déficit de socialización o porque no le han/hemos enseñado bien, nos siguen dando mordiscos cada vez que jugamos con ellos.
- Mordisco amoroso: algunos gatos nos "muerden" delicadamente como muestra de afecto. Cuando los estamos acariciando o en momentos de afecto "toman" con su boca alguna parte de nuestro cuerpo, como la nariz, sin apretar, sin hacer ningún daño, casi como un beso.
- Mordisco de aviso: suele ser más un marcaje que un verdadero mordisco. Es frecuente que el gato lo haga para concluir una actividad que lo está estresando. Por ejemplo, si lo estamos acariciando durante demasiado tiempo o en zonas delicadas, como la barriga. Es el límite de su tolerancia.
Como vemos, todos estos mordiscos nos dicen algo, sin necesidad de ronronear y, aunque se trate de mordiscos, nada tienen que ver con la agresividad. Si nuestro gato nos atacase con mordiscos violentos deberíamos acudir de inmediato a un profesional en comportamiento felino, un etólogo.
El gato que no ronronea y se frota
Como hemos visto, que nuestro gato no produzca el relajante sonido del ronroneo no quiere decir que no se esté comunicando con nosotros, ni mucho menos implica que sea un animal infeliz. Tras el maullido y el mordisco, señalamos, por último, el "refrote", una clara muestra de bienestar y afecto que no todos los gatos acompañan de ronroneo.
Nuestro gato se frotará contra nuestro cuerpo, contra la parte a la que tenga un más cómodo acceso, como la cara o las piernas. Incluso dará saltitos y volteretas para abarcar mayor zona de contacto. Si nos fijamos, veremos que siempre nos roza con las mismas partes de su cuerpo, sobre todo la cara. No es casual, frota las partes que liberan endorfinas y, a la vez, nos marca con su olor, pero no porque nos considere "suyos", sino para establecer un olor común, un olor de grupo, que le permita sentirse seguro y cómodo. En este otro artículo hablamos con más detalle sobre el Marcaje en gatos. Además, compartimos este vídeo sobre los motivos que explican por qué se pasean entre nuestras piernas:
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- Frazer Sissom D. E., Rice D. A., Peters G., How cats purr, Journal of Zoology January 1991