11 Cosas que estresan a los gatos
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Los gatos son animales extremadamente sensibles y susceptibles a los cambios, de manera que tienden a padecer más episodios de estrés que los perros. En general, y en función del factor estresante, los felinos acostumbran a tratar este trastorno y a adaptarse a las situaciones que se presentan. Sin embargo, cuando el estímulo negativo no desaparece, o persiste durante un tiempo prolongado, debemos encontrarlo para retirarlo de su rutina y devolver al animal su estabilidad emocional.
En este artículo de ExpertoAnimal te mostramos las causas del estrés en los gatos más comunes y cotidianas para que aprendas a identificar el motivo que estresa a tu felino y puedas erradicarlo.
- El estrés en los gatos
- Visitar al veterinario
- Cambiar de domicilio
- Cambiar el mobiliario
- La llegada de un nuevo miembro a la familia
- Los ruidos fuertes o constantes
- El uso del láser para jugar
- Las visitas de personas externas
- Los gritos y castigos inadecuados
- Cambiar la comida
- No disponer de rascador
- La falta de estimulación mental
El estrés en los gatos
Antes de adentrarnos a explicar las principales cosas que estresan a los gatos, resulta fundamental identificar que realmente se trata de estrés y no de la presencia de alguna enfermedad, por ejemplo. Así, cuando un felino se siente estresado ante estímulos negativos prolongados en el tiempo, suele presentar los siguientes síntomas principales:
- Desarrollo de enfermedades infecciosas y autoinmunes. Debido al estado en el que entra el animal, su sistema inmunitario se ve gravemente perjudicado y, por ende, empieza a contraer patologías de carácter infeccioso de forma reiterada.
- Pérdida de pelo mucho más notable de lo habitual, relacionada con la bajada de defensas y el aumento de nerviosismo.
- Agresividad, en mayor o menor grado.
- Estereotipias. El estado de ansiedad en el que se halla el gato hace que lleve a cabo comportamientos compulsivos y repetitivos, denominados estereotipias, tales como lamido excesivo, ingesta de tela u otros objetos no comestibles, morderse, etc.
- Pérdida de apetito y/o sed. Cuando un gato está estresado, tiende a dejar de comer, presentando una considerable bajada de peso y consecuente caída del pelo, sequedad de la piel, etc.
- Marcaje. En función del factor estresante, el felino puede empezar a marcar de forma descontrolada determinados espacios del hogar o muebles. En general, este tipo de marcaje por estrés se lleva a cabo mediante arañados verticales, aunque también es común observar al animal frotarse constantemente con paredes y objetos.
- Cambios en sus rutinas de aseo. El estrés y ansiedad que siente puede llevar al gato a tornarse obsesivo con la limpieza, lamiéndose en exceso hasta llegar, incluso, a presentar zonas sin nada de pelo, o, por contra, descuidarla por completo, haciendo sus necesidades fuera del arenero, por ejemplo.
Ahora bien, ¿qué causa el estrés en los gatos y los lleva a actuar como acabamos de mencionar? A continuación mostramos los motivos principales que pueden llevar a nuestro felino a alcanzar este estado tan desagradable para él.
Visitar al veterinario
¿Cada vez que te dispones a llevar a tu gato al veterinario se vuelve loco literalmente? Esta de una de las cosas que más estresan a los gatos por dos motivos: el uso del transportín y la llegada a un lugar desconocido lleno de olores hostiles.
El hecho de sentirse encerrado en un espacio tan pequeño como el ofrecido por el transportín, hace al gato entrar en un estado de nerviosismo, ansiedad y estrés que puede, incluso, durar algunos días. Para evitarlo, es fundamental acostumbrar al animal a este utensilio desde cachorro, relacionándolo con estímulos positivos. Así mismo, una vez en la clínica veterinaria, muchos son los felinos que se sienten estresados pese a haber salido del transportín, ¿por qué? Por la cantidad de olores que este espacio acumula y la sensación de no controlar el entorno.
Cambiar de domicilio
Los gatos son animales territoriales y controladores, necesitan sentir que tienen el total control de la situación y el entorno que los rodea para estar seguros y tranquilos. De esta forma, no es de extrañar que un cambio de domicilio provoque en ellos un grave estado de estrés.
Cuando tu felino llegó a tu hogar por primera vez, probablemente pasó varios días frotando su rostro por las paredes, muebles y objetos, ¿cierto? Este ritual se lleva a cabo con un claro objetivo: dejar su olor. Al hacerlo, el animal desprende feromonas faciales que actúan a modo de marcaje que le permiten marcar ese hogar como suyo y establecerlo como lugar seguro. Al llevarlo a un nuevo hogar, su olor, sus marcas, han desaparecido, por lo que deja de sentirse protegido y su cuerpo asume una actitud de alerta, estrés y ansiedad hasta que vuelve a adaptarse. Para facilitar su adaptación, se recomienda llevar algunos objetos e, incluso, muebles del antiguo domicilio, así como no alterar sus rutinas diarias.
Cambiar el mobiliario
Al ser el gato un animal tan susceptible a los cambios, no necesariamente se ha de producir una mudanza para que se sienta estresado, con una simple renovación del mobiliario es suficiente. Como decíamos, los muebles antiguos habían sido impregnados con las feromonas faciales del felino, marcas que desaparecen al cambiarlo por unos nuevos. Si la renovación es parcial, el gato marcará los objetos recién llegados y se adaptará a su presencia rápidamente. El verdadero problema reside cuando somos personas con tendencia a realizar renovaciones constantes de la decoración o muebles del hogar, puesto que el felino nunca consigue librarse de los estímulos negativos que le producen estrés.
La llegada de un nuevo miembro a la familia
Otro de los grandes cambios que forman parte de la lista de cosas que estresan a los gatos, y mucho, es la incorporación de otro animal a la familia. Cuando el recién llegado es un gato, y no se lleva a cabo una adecuada presentación, el felino residente puede mostrarse agresivo y rechazar al nuevo. Con su llegada, su situación de confort y seguridad se ve completamente mermada, hecho que provoca en él estrés y ansiedad, desencadenando los problemas de comportamiento mencionados.
Cuando el nuevo animal es un perro, el estrés que puede sentir el felino es todavía mayor, de manera que una correcta socialización desde cachorro resulta imprescindible para evitar que esto ocurra. Así mismo, como apuntamos, la presentación es otra de las claves que nos ayuda a lograr una buena relación entre gato y gato o gato y perro. En este sentido, lo ideal es preparar una zona de seguridad para el felino y realizar la presentación mediante el olor, es decir, cuando el recién llegado está todavía en el transportín. El primer encuentro físico deberá tener lugar en la zona de seguridad habilitada para el gato, así sentirá que tiene el control y evitaremos una situación desagradable. Durante el contacto, es fundamental premiar a ambos animales para que se vean como estímulos positivos. Por otro lado, si el segundo animal es un gato, es imperativo proporcionar comederos individuales, areneros y rascadores, ya que compartirlos pueden agravar el estrés del felino.
No obstante, cuando hacemos referencia a la llegada de un nuevo miembro a la familia no solo hacemos mención a la incorporación de otro animal, sino que también hablamos del nacimiento de un bebé, la integración de una pareja, etc. Todos estos cambios también estresan al gato y requieren de un periodo de adaptación.
Los ruidos fuertes o constantes
Los gatos son animales con el sentido del oído mucho más desarrollado que nosotros y, por tanto, escuchar de forma constante ruidos fuertes y molestos pueden suponer una verdadera tortura para ellos. Este hecho no solo produce en los felinos un grave estado de estrés y nerviosismo, también puede suponer un deterioro auditivo en determinados casos. Un claro ejemplo de ello, y muy común en muchos hogares, es el uso del collar con cascabel. ¿Imaginas cómo debe ser escuchar el tintineo del cascabel en todo momento? Exacto, ¡horrible!
El uso del láser para jugar
Muchos son los compañeros humanos de gatos que piensan que a su felino le divierte jugar con la luz láser. Y es que cómo no pensarlo, si vemos cómo la persigue sin parar, con la cola en alza y los ojos bien abiertos, ¿no? Pues lo cierto es que todas estas señales nos indican justo lo contrario, que el gato se siente frustrado y estresado por no poder alcanzar a su presa.
Los gatos son cazadores natos y, como consecuencia, necesitan ver cubierto este instinto para sentirse tranquilos. Sin embargo, optar por juegos imposibles o inalcanzables como la persecución de una luz solo hará que empeorar la situación. Para cubrir esta necesidad el gato ha de cazar y atrapar a su presa. Con esto no queremos decir que debas dejar que tu gato persiga pequeños animales, puesto que puedes ofrecer la misma sensación mediante juguetes diseñados con esta finalidad, como las llamadas cañas de pescar para gatos, con plumas en el extremo, bolas o peluches que simulan roedores.
Las visitas de personas externas
Si el gato no ha recibido una correcta socialización, la visita de personas ajenas a su núcleo familiar puede desencadenar estrés, ansiedad e, incluso, temor. Todo ello lo demostrará escondiéndose hasta la marcha de los "extraños" o mostrándose agresivo si alguno de ellos intenta acercarse.
Para él, su rutina diaria se ve alterada con la llegada de las visitas y, por ello, esta situación forma parte de las cosas que más estresan a los gatos. En ocasiones, la mejor solución no es otra que habilitar una zona de seguridad permanente para que el gato se esconda en ella y jamás forzarlo a salir si no quiere. Así mismo, si finalmente el felino decide salir para inspeccionar a los visitantes, se acerca a ellos o los huele, no lo reprimas ni apartes, sin darte cuenta estarás haciendo que los relacione con algo negativo y su estado de estrés y miedo empeorará.
Los gritos y castigos inadecuados
Recuerda, los ruidos fuertes estresan a los gatos, y los gritos representan una elevación de nuestro tono de voz habitual, convirtiéndose en un ruido molesto para el felino. Si lo que buscas es corregir una determinada conducta inadecuada, optar por los gritos no es el método correcto, puesto que solo logrará perturbar vuestro vínculo y hacer que el animal te relacione con un estímulo negativo para él. Lo ideal, siempre, es reforzar el buen comportamiento e indicar al animal que ha actuado erróneamente con un "NO" contundente sin llegar a gritar.
Por otro lado, imponer un castigo pasado un tiempo tras el acto inadecuado, o ejercer la violencia, también son cosas que estresan a los gatos y los tornan agresivos, temerosos o huidizos. Fuera de tiempo, el animal no entiende por qué está recibiendo semejante castigo e interpreta que quieres dañarlo sin sentido, provocando en él arañazos inesperados o mordiscos.
Cambiar la comida
Para ningún compañero de gato es un secreto que se trata de un animal con un paladar exquisito. Debido a la anatomía de su lengua, el felino tiene la capacidad de percibir mucho mejor que otros animales el sabor de la comida, haciendo que sea incapaz de consumir aquella que considera desagradable. De esta forma, si hemos cambiado recientemente su comida y esta no le gusta nada, el gato deja de comer y empieza a sentir estrés por no poder saciar su hambre. Si observamos este comportamiento, el primer paso siempre debe ser acudir al veterinario, puesto que la pérdida de apetito no es un síntoma exclusivo del estrés, también se asocia a múltiples patologías. Una vez descartadas, podemos proceder a cambiar de nuevo su dieta hasta dar con la alimentación adecuada.
No disponer de rascador
Las uñas demasiado largas producen malestar en el gato debido a que entorpecen su movilidad, haciendo que desarrolle ansiedad, estrés y heridas en sus patas. Para evitarlo, es necesario proporcionar al animal un rascador para que pueda limarlas y mantenerlas en su justa medida, o proceder a cortar sus uñas nosotros si aún así se mantienen excesivamente largas.
En caso de no disponer de rascador, observaremos la necesidad de limar sus uñas en nuestros muebles, puesto que decidirán arañarlos con este fin.
La falta de estimulación mental
Pese a que muchos piensan que los gatos son animales tranquilos e independientes, lo cierto es que también requieren atención como los perros y sesiones de juegos para mantenerse activos mentalmente. Así mismo, son capaces de desarrollar fuertes lazos con su familia humana, vínculos que deben cuidarse y reforzarse mediante la comunicación. De esta forma, una falta de estimulación mental puede desarrollar en el gato aburrimiento, frustración y estrés, llevándolo a destrozar el mobiliario o hacer sus necesidades fuera del arenero.
Para mantenerlo bien estimulado, reforzar el vínculo y evitar que esta sea una de las situaciones que estresan al gato, te recomendamos consultar el siguiente artículo con 10 juegos para entrenter a tu felino.
Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.
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