Características de las lagartijas

De manera general, las lagartijas tienen un cuerpo cubierto de escamas con cuatro extremidades o patas y una cola, que en algunas especies puede desprenderse para entretener a sus depredadores y poder huir (algunas tienen la capacidad regenerativa de la cola, pero no todas). Sin embargo, existen excepciones en cuanto a la presencia de extremidades, ya que en algunos tipos de lagartijas se han reducido parcialmente o por completo, por lo que presentan cuerpos cilíndricos y alargados que les facilita la posibilidad de excavar y enterrarse. El tamaño de las lagartijas también varía considerablemente de un grupo a otro, de forma que podemos encontrar especies de unos pocos centímetros y otras de gran tamaño.

El color del cuerpo de las lagartijas es muy variado dentro de los diferentes grupos, los cuales sirven en unos casos para llamar la atención en los momentos de apareamiento y en otros para camuflarse, convirtiéndose así en una estrategia que facilita el esconderse de sus víctimas o, por el contrario, de sus depredadores. Un aspecto particular sobre esta característica es la posibilidad que tienen algunas especies de cambiar su color, como es el caso de los camaleones.

En cuanto a otros rasgos corporales, podemos mencionar que generalmente presentan ojos definidos con párpados, pero también hay excepciones, ya que en algunas la estructura del ojo es muy rudimentaria, lo que origina animales ciegos. Casi todas las especies poseen aberturas externas para los oídos, mientras otras carecen de ellas. También pueden poseer una lengua carnosa no extensible o bifurcada extensible y pegajosa. Algunos grupos no poseen dientes, mientras que en la mayoría la dentadura está bien desarrollada.

Las características reproductivas de las lagartijas son variadas, de modo que no presentan un único patrón en este sentido, aspecto que podría estar vinculado a la variedad de grupos y hábitats en los cuales están presentes.

En general, las lagartijas son ovíparas, es decir, depositan sus huevos en el exterior para que completen su desarrollo, pero también se han identificado algunas especies que son vivíparas, de modo que los embriones dependen de la madre hasta el momento del nacimiento. Además, existen algunos individuos de este grupo en los que las crías se mantienen dentro de la hembra hasta el nacimiento, pero manteniendo muy poca relación con la madre mientras se da el desarrollo del embrión. Así mismo, de una especie a otra varía la cantidad de huevos y su tamaño. También existen especies de lagartijas que se reproducen por partenogénesis, es decir, que las hembras pueden reproducirse sin ser fecundadas, dando origen a una descendencia idéntica a ellas.

En relación a su alimentación, algunas pueden ser carnívoras, alimentándose de pequeños insectos, y otras son capaces de consumir animales de mayor tamaño e incluso distintas especies de lagartijas. Por ejemplo, el Gecko casero es un excelente devorador de los insectos que llegan a nuestras casas, así como de pequeñas arañas.

En contraste con estas pequeñas lagartijas, tenemos a los grandes lagartos, como el emblemático Dragón de Komodo, que puede alimentarse de animales muertos y en estado de descomposición, así como de presas vivas, entre ellos cabras, cerdos o ciervos.

Por otro lado, también existen especies herbívoras de lagartijas, como la iguana verde, la cual se alimenta principalmente de hojas, brotes frescos y algunos tipos de frutos. Otro ejemplo de estos animales que no son carnívoros es la iguana marina que habita en las islas Galápagos y se alimenta casi exclusivamente de algas marinas.

Para más información, te dejamos este otro artículo sobre ¿Qué comen las lagartijas? - Bebés y adultas.

Las lagartijas están extendidas por prácticamente todos los ecosistemas, incluidos los urbanos, con la excepción de la Antártida. En este sentido, pueden habitar espacios terrestres, acuáticos, semiacuáticos, subterráneos y arborícolas, entre otros. Algunas especies se han adaptado a vivir en espacios donde habitamos los humanos, tales como casas, jardines, huertos o parques.

Ciertas lagartijas pasan la mayor parte del tiempo sobre los árboles, bajando solo de estos para poner sus huevos o escapar de algún depredador. Los grandes lagartos generalmente están a nivel terrestre, donde se reproducen y cazan; sin embargo, hay excepciones, como el caso del lagarto varano arborícola, el cual habita en Australia y puede medir hasta 2 metros, teniendo la particularidad de ser excelentes trepadores de árboles. Otro ejemplo con un rasgo peculiar es la ya mencionada iguana marina. En esta especie, los machos adultos tienen la capacidad de sumergirse en el mar para alimentarse de las algas.

Algunos ejemplos de lagartijas son:

• Lagartija de diminuto tamaño: Brookesia tuberculata.
• Lagarto de gran tamaño: Varanus komodoensis.
• Lagartija con capacidad marina: Amblyrhynchus cristatus.
• Lagartija con capacidad de desprender su cola: Podarcis atrata.
• Lagartija con almohadillas en las patas: Gekko gecko.
• Lagartija que cambia de color: Chamaeleo chamaeleon.
• Lagarto carnívoro: Varanus giganteus.
• Lagartija herbívora: Phymaturus flagellifer.
• Lagartija sin extremidades: Ophisaurus apodus.
• Lagartijas “voladoras”: Draco melanopogon.
• Lagartija partenogenética: Lepidophyma flavimaculata.
• Lagartija ovípara: Agama mwanzae.

Como hemos podido apreciar, estos individuos son un grupo muy variado dentro del reino animal, por lo cual presentan una diversidad de características que van cambiando de una familia a otra, lo que las hace ser muy atractivas. Estos rasgos llamativos han generado acciones inadecuadas por parte del ser humano, quien en algunos casos pretende tenerlas como mascotas, cuando son animales silvestres que deben vivir en sus hábitats naturales, de tal manera que en ningún caso debemos tenerlas en cautiverio.

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