Cisnes - Tipos, características, alimentación y hábitat

Los cisnes son las aves anátidas de mayor tamaño que existen, lo que, aunado a otros rasgos, los hace ser unos animales tanto llamativos como hermosos, lo que ha motivado su inclusión en el arte y en la literatura. Estas son las características de los cisnes:

• Tamaño: alcanzan pesos de entre 6 y 15 kg, aproximadamente. En cuanto a sus dimensiones, un cisne adulto puede llegar a una envergadura alar de unos 3 metros. No existe dimorfismo sexual, pero los machos, eventualmente, pueden ser más grandes que las hembras.
• Cuello: su largo cuello es otro rasgo distintivo para reconocer a un cisne. El cuello también es el de mayor longitud de entre las aves anátidas.
• Color: dependiendo de la especie, los cisnes pueden ser blancos, negros o combinar estos dos colores. En algunos casos nacen con otras coloraciones, como gris claro o marrón, pero al crecer adquieren alguno de los colores mencionados.
• Pico: es robusto y, al igual que el plumaje, al nacer la coloración puede ser diferente a la de adulto. En cualquier caso, finalmente será anaranjado, negro o su combinación, según la especie.
• Patas: al ser animales de hábitos acuáticos, están provistos de patas palmeadas, con una membrana que les facilita el nado. De hecho, algunas especies caminan en tierra firme con cierta limitación.
• Canto: hay especies más vocales que otras, pero, en general, los cantos de los cisnes pueden escucharse como silbidos, bufidos o gruñidos.

Destacamos las siguientes especies de cisnes:

• Cisne mudo (Cygnus olor): de gran tamaño y de color blanco, se diferencia de otros de la misma coloración porque el pico, aunque es naranja, tiene una protuberancia negra. La base y la punta del pico son también de ese color.
• Cisne negro (Cygnus atratus): aunque cuando son jóvenes pueden ser de color gris o marrón, en la adultez su plumaje se vuelve negro y, en algunos casos, presentan plumas blancas en las alas. Esta especie también es de tamaño grande y posee un cuello largo y arqueado.
• Cisne cuello negro (Cygnus melancoryphus): en esta especie se encuentran los individuos más pequeños del género. Son los únicos con el cuerpo blanco y tanto el cuello como la cabeza de color negro. El pico gris azulado presenta una protuberancia roja o escarlata en la base.
• Cisne cantor (Cygnus cygnus): el plumaje de su cuerpo es de color blanco, pero el pico es de color negro y tiene una base amarilla. Las patas también son negras. Eventualmente sus cuellos pueden oscurecerse en algunas épocas del año.
• Cisne trompetista (Cygnus buccinador): es la especie más grande que habita en Norteamérica. Inicialmente son cisnes de tonalidades grisáceas, pero, a medida que crecen, se tornan blancos. De igual forma, inicialmente los picos tienen tonalidades rosa y base negra. El negro se extiende por todo el pico al crecer.
• Cisne de tundra (Cygnus columbianus): esta especie de cisne es de tamaño grande y generalmente de color blanco. Tiene pico y patas de color negro y una coloración amarilla que va desde el ojo al pico, a veces en forma de lágrima.

Ya sabemos que los cisnes se encuentran en medios acuáticos, pero seguramente te has preguntado dónde viven los cisnes en concreto. Esta es la distribución de los cisnes en el mundo:

• Cisnes mudos: habitan cuerpos de agua dulce, generalmente poco profundos. Son nativos de las islas británicas, tanto del centro como del norte de Europa y Asia. Tienden a hacer migraciones hacia África, India y Corea. Es común encontrarlos en lagunas, marismas, cañaverales y ríos con pocas corrientes. Siempre optan por aguas limpias y llenas de plantas. También pueden desarrollarse en embalses o en lagos de tipo ornamental.
• Cisnes negros: aunque son nativos de Australia, se han introducido también en Nueva Zelanda, Europa y Norteamérica. Pueden hacer vida en aguas dulces o salobres de ríos, pantanos y lagos con vegetación. También es posible encontrarlos en tierras inundadas para buscar alimentos.
• Cisnes cuello negro: son nativos de Sudamérica, habitando en Argentina, Brasil, Chile, Uruguay e islas Malvinas. Viven en zonas costeras poco profundas, pero también en lagos y cuerpos de agua dulce internos con presencia de abundante vegetación.
• Cisnes cantores: son propios de Europa y Asia. Habitan zonas costeras o de agua dulce con poca profundidad, como lagos, ríos de corrientes lentas, pantanos y áreas de tierras inundables. Es común también que hagan vida en las islas cercanas a los continentes mencionados.
• Cisnes trompetistas: son nativos de Canadá, Alaska y, en general, del norte de Estados Unidos. Es común observarlos en tierra, pero siempre asociada a cuerpos de agua dulce, salada o salobre. Resisten temperaturas templadas y polares.
• Cisnes de tundra: presentan una amplia distribución, habitando en América, Europa, Asia y África. Son aves de hábitos migratorios. Están asociadas a diversos tipos de cuerpos de agua dulce, como lagos, estanques, marismas, pantanos, ríos y praderas.

La alimentación de los cisnes varía según la especie. Además, pueden obtener su comida debajo del agua, para lo que sumergen su largo cuello, o alimentarse en tierra de la vegetación presente. Pero no todos los cisnes son herbívoros. Dependiendo de la especie y del hábitat, es cierto que consumen diversos tipos de vegetación acuática, pastos y algas, pero también insectos, peces y renacuajos.

Los cisnes herbívoros son el negro y el de tundra, mientras que los cantores, aunque fundamentalmente consumen plantas, en ocasiones llegan a incluir en su dieta algunos pequeños animales. Por su parte, los trompetistas al nacer consumen ciertos invertebrados, pero cuando crecen se convierten en cisnes herbívoros en exclusiva. Por último, son cisnes omnívoros los mudos y los de cuello negro.

Los cisnes tienden a formar parejas de por vida, a menos que uno muera y el otro aún esté en edad reproductiva, caso en el que podría unirse a otro individuo. Así, en general, son monógamos, a excepción del cisne mudo, que puede tener varias parejas reproductivas e incluso llega a separarse definitivamente de alguna.

Estas aves tienen cortejos previos a la copulación, que consisten en movimientos de las alas y del cuello y la emisión de sonidos, que varían dependiendo de la especie y que generalmente ocurren dentro del agua. Los cisnes suelen construir nidos sobre montículos en el agua o próximos a esta. Estos se caracterizan por ser los más grandes del grupo de las aves anátidas, llegando a medir hasta unos dos metros.

Comúnmente anidan de forma independiente, pero pueden formar pequeños o grandes grupos de anidación. En general, es la hembra quien incuba, pero, en ocasiones, el macho puede colaborar en esta tarea. Los huevos de los cisnes son grandes y ponen de dos a diez, según la especie. El color también es diferente en función del grupo, pudiendo ser verdosos, crema o blancos. El nacimiento de los cisnes ocurre después de un periodo de incubación de 35 a 45 días.

En cuanto al comportamiento de los polluelos, existen variaciones entre las especies. Destacamos las siguientes:

• Cisne mudo: los polluelos salen del nido al día siguiente de nacidos y el macho suele llevar al agua al primero en eclosionar. Es común que los pequeños monten sobre sus madres. A los 60 días ya inician su vuelo y en la siguiente temporada reproductiva son ahuyentados del grupo por sus propios padres para unirse a otros ejemplares no reproductivos durante unos dos años.
• Cisne negro: los recién nacidos se mantienen unas tres semanas en el nido y empluman en unos 5-6 meses para iniciar el vuelo. Permanecen en el grupo familiar cerca de nueve meses. Posteriormente se reúnen con bandas juveniles 2-3 años antes de reproducirse.
• Cisne cuello negro: estos polluelos empluman aproximadamente a las diez semanas, pero pueden permanecer un poco más de un año con sus padres. Aunque a los dos años ya son maduros sexualmente, no forman vínculos reproductivos hasta los tres.
• Cisne cantor: al nacer los polluelos ya poseen plumas y se quedan 2-3 días en el nido. El desarrollo total de las plumas termina a los tres meses. Cerca de los seis empiezan a volar. Suelen ser independientes al año, pero no se reproducen hasta los cuatro.
• Cisne trompetista: los polluelos al día siguiente de nacidos ya entran al agua. Empluman después de los tres meses y se independizan al año.
• Cisne de tundra: estas aves nacen emplumadas, pero no logran volar hasta después de los dos meses. Se mantienen con sus padres por unos dos años, desarrollando vínculos más cercanos con la madre.

El estado de conservación de todas las especies de cisnes es de baja preocupación, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. De hecho, incluso hay especies, como el cisne mudo o el trompetista, que se consideran en crecimiento poblacional. Por su parte, el cisne negro y el cuello negro se estiman estables. El resto de especies, como el cisne cantor y el de tundra, dado que tienen un amplio rango de distribución y grandes poblacionales, se marcan como desconocidos.

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