Manatí - Tipos, características, hábitat, alimentación y reproducción

Conozcamos a continuación cuáles son los aspectos que caracterizan al manatí:

• Son animales corpulentos, que miden entre 3 y 4 metros y pesan de 500 a 1000 kg.
• Sus cuerpos parecen un torpedo grueso.
• La cabeza es pequeña en relación al cuerpo, al igual que los ojos.
• Tienen un hocico protuberante en el que se ubican las fosas nasales y, debajo, la boca. Vista de frente tiene forma aplanada. También presenta vibrisas o bigotes grandes y gruesos.
• Poseen dos extremidades anteriores, que son aletas aplanadas y en forma de remo. Además, tiene una aleta caudal grande y achatada.
• En las aletas anteriores se pueden visualizar uñas vestigiales.
• La piel es de unos 5 cm de espesor, con finas arrugas y de coloración gris parda. Sin embargo, es común observarlos con ciertas tonalidades verdes que se deben a la presencia de algas sobre su cuerpo.
• Tienen una visión limitada, pero un sistema auditivo bien desarrollado. Se estima que las vibrisas son útiles para recibir información de su entorno.

Como hemos mencionado, son mamíferos que pertenecen al género Trichechus, en el que se reconocen tres especies de manatíes, que son:

• Manatí del Caribe (Trichechus manatus), del cual se han identificado dos subespecies: manatí de Florida (Trichechus manatus latirostris) y manatí antillano (Trichechus manatus manatus). El de Florida es el manatí más grande de todos, aunque el manatí antillano es también más grande que los otros tipos.
• Manatí amazónico o del Amazonas (Trichechus inunguis). Es el más pequeño y delgado de todos los tipos de manatíes.
• Manatí africano (Trichechus senegalensis). Físicamente es muy similar al manatí del Caribe, aunque presenta ciertas diferencias en la cabeza, como unos ojos más sobresalientes y un hocico menos puntiagudo.

El hábitat del manatí es exclusivamente acuático y pueden tener presencia tanto en aguas dulces como saladas. Dependiendo de la especie, estos mamíferos de distribuyen por diferentes regiones. Así, el manatí del Caribe tiene su rango de distribución por las costas del océano Atlántico que van desde Norteamérica en la región de Virginia, con una importante presencia en toda la línea costera del mar Caribe, hasta Brasil.

En cuanto a las subespecies, el manatí de Florida se restringe a esta región de los Estados Unidos. Sin embargo, en la época que no es invierno puede desplazarse a estados vecinos, pues la temperatura del agua se lo permite. Por su parte, el manatí antillano se distribuye desde Bahamas hasta las costas de Brasil, teniendo también presencia en el golfo de México y en el mar Caribe.

En cuanto al manatí amazónico, es endémico de la cuenca del Amazonas, de modo que tiene una distribución cercana al norte de Sudamérica, en el sistema fluvial de Colombia, Ecuador, Perú y Brasil. Finalmente, el manatí africano está presente en las costas de África que van desde Senegal hasta un área de Angola. Se distribuye, además de la línea costera, por estuarios y ríos adyacentes a ella.

En este sentido, los manatíes, al estar presentes tanto en mar como en ríos, pueden habitar, además, estuarios, manglares, canales, arroyos y cuerpos de aguas similares con diferencias de salinidad. Sin embargo, el hábitat del manatí, no puede tener temperaturas por debajo de los 20 ºC, por lo que este aspecto condiciona su presencia en algunas regiones y lo hace movilizarse cuando empiezan estos descensos estacionales.

La alimentación del manatí varía según la especie. Así, el manatí del Caribe y el del Amazonas llevan una dieta exclusivamente herbívora, mientras que el manatí africano, aunque consume principalmente vegetación, también incluye en su dieta pequeños peces y moluscos. Por ello es omnívoro.

Los manatíes se alimentan de una gran variedad de plantas acuáticas y de algas. Para obtener el alimento utilizan sus labios. Con ellos sujetan la hoja o el alga, según sea el caso. Estos animales pasan gran parte del tiempo alimentándose, lo que es necesario para mantener sus grandes cuerpos.

Aunque generalmente pueden reproducirse a edades tempranas, la madurez real se alcanza a partir de los 7 años en las hembras y de los 9 en los machos. La reproducción del manatí ocurre en cualquier época del año, aunque en la especie africana hay picos de partos a finales de la primavera o principios del verano.

Cuando una hembra está en celo se forma una manada de apareamiento constituida por una sola hembra y varios machos que la persiguen por varios días para copular con ella. El éxito reproductivo y de la gestación están en función, principalmente, de la madurez real de la hembra.

El periodo de gestación dura alrededor de un año y, por lo general, nace una sola cría, que, aunque puede nadar, depende de los cuidados de su madre, quien es la única responsable de ella. Las hembras establecen lazos de hasta aproximadamente unos dos años con sus crías. Las estimaciones indican que las hembras tienen descendencia cada 2-5 años.

Las tres especies de manatíes están consideradas como vulnerables por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Las razones de esta clasificación incluyen:

• La caza directa para la comercialización de su carne y de su piel.
• Las capturas indirectas cuando quedan atrapados en redes o en trampas de pesca.
• Los accidentes con embarcaciones.
• El aislamiento de grupos por la construcción de represas o la desviación de ríos.
• Las modificaciones importantes en sus hábitats. Muchas zonas de manglares, estuarios, ríos y cuerpos de agua similares donde habitan los manatíes están siendo impactados por las acciones humanas, lo que, sin duda, termina por perjudicar la presencia de estos animales en muchos de los ecosistemas mencionados.

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