¿Cómo cuidar un pato?
Cada vez más personas desean tener un pato como mascota y ya no es extraño que se pregunten si es posible que un pato se adapte a un hogar y al estilo de vida humano. Como se trata de un animal muy sociable, limpio e inteligente, el pato puede convivir perfectamente con las personas, pero necesitarán recibir los cuidados apropiados para mantener su buena salud y un comportamiento estable.
En este artículo de ExpertoAnimal, te contaremos cómo cuidar un pato, enfocándonos en la alimentación, el acondicionamiento ambiental y los cuidados esenciales para preservar su buena salud. ¡No te pierdas estos consejos!
El pato doméstico
El término "pato" denomina a diversas aves con extraordinaria adaptación a los medios acuáticos que pertenecen a la gran familia Anatidae. Cuando hablamos del pato doméstico, generalmente nos referimos a la subespecie Anas platyrhynchos domesticus, que ha sido desarrollada desde hace muchos años a partir de la crían selectiva del pato azulón (Anas platyrhynchos), una especie de pato silvestre con hábitos migratorios que vive en Asia, Europa, Norteamérica y al norte del continente africano.
No obstante, se conocen alrededor de unas 40 especies de patos que se subdividen en seis subfamilias. En una misma especie, podemos encontrar a dos o más subespecies y también es posible que, dentro de una subespecie, se desarrollen diferentes razas de patos a partir de cruces selectivos. Así mismo, no todas estas aves han experimentado un proceso de domesticación, sino que la mayoría de los tipos de patos permanecen en estado silvestre y no pueden, o al menos no deberían, ser adoptados como mascota.
Tipos de patos
Las diferentes especies de patos se dividen en dos grandes grupos: los patos domésticos y los patos silvestres. Por ser un tipo de pato de extensa distribución geográfica, que se ha adaptado óptimamente a la cría en cautividad y a la convivencia con los seres humanos, la subespecie Anas platyrhynchos domesticus ha terminado consagrándose como el pato doméstico por excelencia.
Desde hace varios años es el tipo de pato más comúnmente adoptado como mascota y que podemos encontrar en la mayoría de las granjas. A lo largo de su proceso de domesticación, se han desarrollado diversas razas a partir de cruces selectivos, para obtener algunas características deseadas y optimizar su cría en cautividad. Por ello, actualmente podemos encontrar varios tipos de pato doméstico, siendo que el más popular es el llamado Pato Pekín. No obstante, también existen otros tipos de patos domésticos, como puede ser el pato almizclero, que consiste en una subespecie domestica de los llamados patos criollos (Cairina moschata).
A continuación, compartiremos varios consejos para cuidar un pato doméstico, pero ten en mente siempre que cada especie o tipo de pato puede requerir algunos cuidados específicos para mantener su buena salud. Por ello, siempre es importante consultar un veterinario o un especialista en cría de patos antes de decidir adoptar a un pato como mascota.
Alimentación del pato doméstico
Para saber cómo cuidar un pato doméstico, es fundamental saber qué comen los patos para proveerles una dieta completa y equilibrada. Para empezar, los patos son animales omnívoros, es decir, que su cuerpo está preparado para digerir alimentos de origen animal y vegetal.
En su hábitat natural, los patos mantienen una alimentación bastante variada que puede incorporar prácticamente todos los elementos disponibles en su entorno. En su día a día, un pato puede consumir insectos, plantas acuáticas, semillas, algas y pequeños peces, dependiendo siempre de la disponibilidad de comida en cada estación del año.
Cuando hablamos de la alimentación del pato doméstico, debemos tener en claro la importancia de proporcionarle una dieta omnívora variada que supla enteramente sus requerimientos nutricionales. En las tiendas especializadas, podrás encontrar algunas formulas de alimento balanceado para patos, que pueden ser una buena alternativa como base de la dieta de tus aves, ya que contienen proporciones equilibradas de todos los nutrientes esenciales para su organismo.
No obstante, te aconsejamos incorporar alimentos frescos y naturales para complementar la alimentación del pato doméstico y proporcionarles buena cantidad de fibras y agua. Además de incluir cereales, semillas, vegetales y frutas, también es interesante adquirir lombrices, insectos, pequeños peces y crustáceos para aportar proteínas de origen animal a su dieta. La cascara de huevo molida y el yogurt sin azucares también serán óptimas fuentes de calcio, pero deben ofrecerse de forma más moderada.
Además, será fundamental ofrecer a tus aves arenilla para patos, ya que necesitarán ingerirla en cantidades moderadas para ayudar a moler los alimentos que consumen. Al igual que dejar a su alcance un recipiente con agua fresca y limpia, para que pueda mantenerse bien hidratado.
Alimentos permitido y prohibidos para patos
A continuación, repasamos algunas de las mejores frutas, verduras, cereales y semillas para patos:
- Alfafa
- Arroz
- Avena
- Brotes tiernos
- Coliflor
- Duraznos
- Frijoles
- Girasol
- Guisantes
- Judías verdes
- Lechuga
- Maíz
- Maíz
- Manzana
- Melocotón
- Melón
- Mijo
- Pepino
- Pera
- Pimientos
- Piña
- Plátano
- Remolacha
- Repollo
- Sandía
- Trigo
- Uvas
- Zanahoria
Respecto a las frutas, no olvides que contienen un índice relativamente alto de azúcares naturales. Por ello, deben ser ofrecidas de forma moderada a los patos para no perjudicar su salud o favorecer el sobrepeso.
Alimentos prohibidos para patos
Si bien cuenten con una gran capacidad digestiva, existen algunos alimentos potencialmente tóxicos para patos que no pueden hacer parte de su dieta. A continuación, repasamos algunos de ellos:
- Comida humana embutida, industrializada, frita, y/o especiada.
- Chocolate y bebidas achocolatadas.
- Aguacate.
- Café y bebidas con cafeína.
- Golosinas humanas en general (caramelo, goas de mascar, galletas, etc.).
- Leche y lácteos (en especial, los que contienen mucha grasa).
Dónde vive el pato doméstico
El acondicionamiento del espacio es otro factor fundamental para saber cómo cuidar un pato doméstico, ofreciéndole las condiciones óptimas para su desarrollo físico y cognitivo. Los patos están presentes en todos los continentes, con la lógica excepción de la Antártida. El hábitat natural de cada especie y subespecie suele variar según su lugar de origen, viven cerca de lagos, pantanos, cauces de ríos, lagunas y arroyos. La mayoría de las especies se adapta mejor a las masas de agua dulce, aunque existan algunos tipos de patos adaptados a aguas salobres.
Generalmente, los patos pasan varias horas de su día en la superficie del agua, donde se alimentan, se ejercitan y se acicalan. Por ello, al adoptar a un pato doméstico, es fundamental contar con un estanque, una piscina u otro objeto que cumpla esta función de almacenar agua. E igualmente será proporcionar la higiene adecuada a este reservatorio, para evitar que se acumulen impurezas y residuos alimentares que favorezcan la proliferación de microorganismos potencialmente patógenos en el agua.
Si bien el medio acuático sea fundamental para su desarrollo, los patos domésticos también necesitan un ambiente terrestre para caminar, obtener calor y secar su cuerpo. En este ambiente, deben contar con un refugio en el que puedan resguardarse de las adversidades climáticas, protegerse y sentirse cómodos para descansar durante las noches. Un conejero o un gallinero pueden servir óptimamente como "hogar" para tus patos, pero asegúrate de que tengan el tamaño adecuado para acomodarlos con suficiente confort.
Nuevamente, queremos reforzar que los patos son animales muy limpios que dedican varias horas de sus días para acicalar su plumaje y mantener limpio su ambiente. Por ello, es fundamental mantener una buena rutina de higiene en el ambiente donde viven tus patos. Además de cambiar diariamente la comida y el agua, debes estar atento para evitar el cúmulo de excrementos y restos de comida. Para facilitar la recolección de los excrementos, te aconsejamos cubrir el suelo de la caseta de tus patos con arena.
Enfermedades de los patos
Si bien sean animales resistentes que pueden vivir hasta 15 años en cautividad, los patos domésticos también pueden verse afectados por algunas enfermedades comunes en las aves, o bien por parásitos comunes en los pájaros, como los ácaros y los parásitos intestinales. En el día a día, es importante estar atento a los siguientes síntomas que pueden indicar que tu pato está enfermo:
- Inflamación nasal, enrojecimiento o secreciones nasales
- Alteraciones en sus deposiciones, ya sea de consistencia (muy dura o muy blanda) o de color (amarillento, rojizo o negro)
- Dificultad respiratoria
- Plumas erizadas, opacas o con aspecto de suciedad
- Enrojecimiento o secreción ocular
- Pérdida de apetito
- Cambios en su comportamiento habitual
Para prevenir que estos síntomas puedan perjudicar la salud de tus patos, no descuides la higiene de su ambiente y siempre proporciona una nutrición completa y equilibrada para fortalecer su sistema inmunológico. Además, será importante proporcionar una adecuada medicina preventiva a tus patos, consultando siempre un veterinario especializado al menos una vez al año.
Más allá de las afecciones físicas, los patos también pueden verse impactados negativamente a nivel emocional cuando no cuentan con un ambiente enriquecido y una rutina adecuada a sus necesidades cognitivas y sociales. Por ello, si decides adoptar a un pato como mascota, necesitarás poner atención a su estimulación mental y reservar siempre un momento especial de tu día para interactuar con tu compañero. Además, algunos sitios web y tiendas especializadas ya empiezan a ofrecer juguetes y accesorios para enriquecer el ambiente de los patos, como es el caso de Etsy.
Los patos también son animales muy sociables, que están habituados a vivir en grupos. La soledad suele afectarles con mucha facilidad, pudiendo conllevar a problemas de conducta y casos de depresión. Por ello, generalmente se recomienda adoptar al menos una pareja de patos, para que puedan interactuar mínimamente con otro individuo de su especie.
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