¿Cómo saber si mis gatos juegan o se pelean?
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Si tienes más de un minino en tu hogar, probablemente ya los observaste perseguirse intensamente o cambiar un par de zarpazos uno con el otro. Es completamente natural que los gatos diviértanse al ejercitar libremente sus instintos. Pueden jugar imitando situaciones de combates, cacería o pesca, por ejemplo. El problema aparece cuando el juego es tan intenso que dificulta diferenciar un conflicto real de una diversión entre compañeros.
Si te preguntas cómo saber si tus gatos juegan o se pelean, entraste en la página correcta. En este artículo de ExpertoAnimal, te contaremos un poco más sobre el lenguaje corporal felino y te daremos algunos tips para diferenciar fácilmente los momentos de diversión y de tensión entre tus mininos. ¿Nos acompañas?
¿Qué debo hacer para saber si mis gatos juegan o se pelean?
Los gatos son dueños de un riquísimo lenguaje corporal. Si bien pueden utilizar ciertos sonidos para comunicarse entre ellos o con nosotros, suelen expresarse mayormente por sus posturas y expresiones faciales. Un gato que está por pelearse tiene un estado de ánimo absolutamente distinto de un felino que se está divirtiendo con un compañero. Consecuentemente, su cuerpo también adoptará una postura completamente diferente al desafiar a un oponente que para invitar un amigo a jugar.
Por ello, la mejor forma de saber si tus gatos juegan o se pelean es observarlos e interpretar las señales que su cuerpo trasmite. Lógicamente, necesitarás animarte a comprender un poco mejor el lenguaje no verbal de los felinos. Pero para ayudarte, resumimos, a continuación, las diferencias más notables entre dos gatos que se pelean y dos gatos que se divierten jugando.
1. Posturas de pelea vs. posturas de juego
Por lo general, un gato que se prepara para un posible combate, mira fijamente al otro animal y eriza su pelo y su cuerpo. Antes de la pelea, verás que uno de los felinos adopta una postura dominante (como si desafiara a su oponente) y avanza sobre él, mientras que el otro gato contraataca para defenderse. Durante la pelea, los felinos suelen emitir maullidos prolongados y fuertes, bien como chillidos agudos (similares a un grito). Ya al término del conflicto, lo más probable es que los gatos tomen distancia entre sí y se eviten por un largo tiempo, ya sea por miedo reciproco o por perdida de interés.
Por lo contrario, cuando dos gatos juegan, podrás observar que tienden a imitar los movimientos uno del otro, alternando el rol de quien defiende y quien ataca constantemente. Durante su diversión, podrán emitir maullidos y hasta bufar, pero estos serán más cortos y mucho menos intensos. Y cuando terminen de jugar, no tendrán miedo uno del otro, mismo cuando elijan distanciarse por algunos minutos para descansar tranquilos.
Otra diferencia evidente entre una pelea y un juego entre gatos es el resultado. Dos gatos que juegan podrán intercambiar algunos zarpazos y hasta sobrepasarse con los maullidos. No obstante, muy raramente saldrán heridos o lesionados por divertirse. En las peleas felinas, los resultados casi siempre requieren atención veterinaria inmediata, por ello, es fundamental evitar que tus mininos entren en un verdadero combate.
2. Forma y ritmo de acercamiento
Cuando un felino está interesado en jugar, suele acercarse de forma amistosa para "tantear" la disposición del otro. Actúa como si quisiera decir a su compañero "Hola! ¿Jugamos?". Si el otro gato tiene ganas de jugar le contestará afirmativamente con un movimiento similar. Mientras juegan, también verás que ellos van marcando conjuntamente el ritmo de los movimientos, atacándose, defendiéndose o persiguiendo uno al otro de forma pareja y hasta sincronizada.
En una pelea, el acercamiento es bastante diferente: el gato agresivo avanza para atacar y al otro no le queda otra que defenderse o intentar escapar si el confrontamiento parece muy desfavorable. El ritmo es más disparejo, siendo marcado mayormente por el felino que cuenta con ventaja (lo que puede ser alternado durante la pelea).
3. Signos de amistad
Los felinos que conviven pacíficamente en el mismo hogar y mantienen una relación amistosa, revelan signos de esta amistad en su día a día. Por ejemplo: pueden descansar juntos o próximos uno del otro, permitir que uno coma o tome agua del comedero o bebedero del otro, compartir la misma caja de arena, etc. Por medio de estas demostraciones, están diciendo uno al otro que su presencia es bienvenida en el territorio.
Cuando dos gatos no tienen una relación amistosa, por lo general, evitarán cualquier tipo de contacto y, probablemente, se pelearan al observar que uno intervino en el territorio del otro.
¿Cómo parar la pelea de dos gatos?
Si reconoces que tus gatos se están peleando, es muy importante que pares el conflicto antes que uno o ambos salgan lesionados. Recuerda que las heridas resultantes de una pelea favorecen el desarrollo de numerosas infecciones y patologías diversas, como la uveítis.
Jamás debes intervenir directamente o ponerte entre dos gatos enojados, sino también saldrás lastimado y el resultado será aún más lamentable. Tampoco es efectivo o recomendable ser agresivo con tus mininos, ya que la violencia genera más violencia. Para captar rápidamente la atención de los felinos y hacer con que se dispersen, debes emitir algún ruido fuerte. Puedes aplaudir con fuerza, golpear una mesa o una puerta, o dejar caer algún objeto metálico, como una olla o una sartén.
No obstante, este es un recurso de emergencia para evitar que tus gatos se sigan lastimando. No debemos asustar a nuestras mascotas o crear situaciones de elevado estrés, para evitar trasmitirles sentimientos negativos, como el miedo o la inseguridad. Si observas que tus gatos empiezan a pelearse con frecuencia o se muestran más agresivos que lo habitual, no dudes en consultar con un etólogo o especialista felino. Es muy importante averiguar el por qué del cambio de comportamiento de tus felinos, ya que ello puede indicar algún desequilibrio en su organismo.
¿Cómo evitar que tus gatos se peleen?
Así como la mayoría de los animales, los felinos tienen un fuerte instinto territorial que permitió la supervivencia de su especie. Si de un día para el otro, introduces un nuevo animal en el hogar de tu gato, es muy probable que asistas a algunas peleas por territorio. Además, puede suceder que uno de los gatos se aísle o permanezca escondido para evitar un nuevo confronto o por haber creado un trauma del nuevo ambiente. De todas formas, estarás frente a una convivencia nada positiva para ambos mininos.
¿Qué hacer para evitalo? Si tu felino no ha sido socializado tempranamente, debes empezar lo más rápido posible su proceso de socialización, para prepararlo para la llegada de otro animal en su territorio. Cuando tu gato ya esté más preparado, podrás empezar a presentarlo gradualmente al otro minino. Recuerda jamás obligarlos a interactuar, pero sí estimular su curiosidad y premiar sus buenas conductas utilizando el refuerzo positivo en este proceso.
También es fundamental preparar tu hogar para la llegada de un nuevo miembro familiar. Cada uno de tus felinos debe contar con su propio espacio, donde se sienta cómodo y seguro. El minino que adoptes debe contar con sus propios utensilios (caja de arena, bebedero, comedero, etc), juguetes y demás complementos esenciales para su bienestar. Ello hará con se sienta bienvenido, favoreciendo su adaptación, y evitará posibles peleas por objetos o espacios. Incluimos también en esta categoría disponer de varias camas o nidos.
Poco a poco, al haber socializado y presentado a tus mininos, verás que ellos mismos demostrarán curiosidad de conocerse, interactuar y divertirse juntos. No obstante, es crucial que intervengas para facilitar y estimular este proceso. ¿Cómo? Enriqueciendo el ambiente de tus mininos con complementos y juguetes interactivos que les permitan realizar actividades en conjunto. Por ejemplo, puedes hacer tú mismo un rascador casero y económico de varios pisos, que resultará un verdadero parque de diversiones para tus mininos. Recuerda que más importante que saber si tus gatos juegan o se pelean, es estimular que jueguen y evitar que se peleen.
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