Conejo blanco de Hotot

El conejo de hotot es un conejo de origen plenamente francés. Este conejo no surgió de forma espontánea, ya que apareció debido a un extenso trabajo de cría de la criadora Eugenie Bernhard, dándose la primera camada en el año 1902. El nombre de la raza es tomado de la región de la que proviene, Hotot-en-Auge. Comparte genética con razas como el conejo mariposa, el gigante de Flandes o el conejo blanco de Viena.

La nueva raza no tardó en popularizarse. Fue exportada a otros países de Europa hasta llegar a países como los Estados Unidos de América en el año 1920. Realmente, en América no consiguió mucha popularidad, por lo que prácticamente desapareció, y en Europa sufrió los estragos ocasionados por la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, la raza resurgió de sus cenizas, volviendo al estrado en las décadas de los 60 y los 70, algo más tarde en EEUU. Actualmente, está reconocida por las principales organizaciones cinológicas, pero se encuentra catalogada como amenazada debido a un elevado riesgo de desaparición al que está sometida la raza hotot.

El blanco de Hotot es un conejo de talla pequeña, las hembras suelen rondar los 3,6-4,5 kilogramos, mientras que los machos, algo más corpulentos, oscilan entre los 4,1 y los 5 kilogramos de peso corporal. Su esperanza de vida es realmente larga, pues se encuentra entre los 12 y los 14 años, aunque se han dado varios casos de conejos hotot que han sobrepasado los 16 años de edad.

La característica del blanco de Hotot más relevantes, aparte de su reducido tamaño, es su pelaje, completamente blanco con unas peculiares bandas negras que rodean sus ojos. Estas bandas tan llamativas tienen un ancho que ha de medir entre 0,16 y 0,32 centímetros para estar dentro del estándar establecido oficialmente. Estas bandas negras hacen que parezca que el pequeño conejo se ha delineado los ojos o que bien lleva unas elegantes gafas negras, siendo una característica que evidencia su parentesco con el english spot o conejo mariposa.

El manto, de un blanco níveo, del conejo de hotot es de un largo medio y de una gran densidad, siendo siempre liso. Su cuerpo es compacto, musculoso pese a ser tan pequeño, grueso y con unas potentes extremidades.

Colores del conejo blanco de Hotot

El único color recogido en el estándar oficial del conejo blanco de Hotot es el blanco puro, roto únicamente por un negro limpio en las líneas que rodean sus grandes ojos.

Los pequeños hotot son unos conejos realmente risueños y agradecidos. Tienen un benévolo carácter, siendo uno de los conejos más recomendados para tener como animal de compañía. Además de ser tranquilos y cariñosos, dado su tamaño, son ideales para tenerlos en pisos o apartamentos de cualquier tamaño, incluso en los más pequeños.

Además, destacan su inteligencia y su capacidad y predisposición para el aprendizaje. Tanto es así, que los expertos del mundo de la cunicultura resaltan que es una de las razas de conejos más obedientes y sencillas de entrenar. Puede que no consigamos que realicen trucos de campeonato, pero sí es cierto que los conejos blancos de Hotot enanos aprenden muy rápido las órdenes básicas y la educación en cuanto a la higiene y las reglas de convivencia del hogar en el que viven.

Hay que estar muy alerta en cuestión de alimentación, ya que se trata de una raza bastante golosa, que suele desarrollar problemas de sobrepeso e incluso obesidad con relativa facilidad. Pero esto se puede evitar proporcionándole una dieta equilibrada y ajustada a sus necesidades nutricionales específicas. Siempre hay que tener en cuenta que la alimentación del blanco de Hotot, y cualquier otro conejo, siempre se basa en el consumo de heno suplementado con frutas y verduras frescas.

Otro de los cuidados del blanco de Hotot a los que hay que prestar atención es al espacio dedicado al descanso. Dado que es una raza de tamaño pequeño, la jaula no tiene por qué ser tan espaciosa como en otros conejos. Eso sí, las dimensiones mínimas deben ser de 61x61. En ella es importante colocar heno, agua y una madriguera para que el hotot pueda descansar. Así mismo, como todos los conejos, el blanco de Hotot necesita ejercitarse y explorar, por lo que no es adecuado mantenerlo confinado en la jaula las 24 horas del día. Lo ideal sería que dispusiera de su propia habitación para dejar la jaula abierta y dejarle explorar el resto del hogar en presencia de humanos para evitar accidentes.

Consulta todos los Cuidados del conejo en este otro artículo.

Esta raza de conejos no es especialmente delicada en cuanto a su estado de salud, por lo que son pocas las enfermedades propias de la raza. En concreto, el problema más frecuente es la maloclusión, una afección que afecta a la salud bucodental y, por ende, al estado de salud general del animal. Para solucionar esto hay que estar pendiente del ritmo de crecimiento de los dientes del conejo, realizando recortes en el veterinario si es necesario para evitar llegar a un problema más grave. En casa, se puede evitar proporcionando al blanco de Hotot elementos o juguetes que pueda roer, desgastando así la dentadura de una forma mucho más natural y progresiva.

Otra enfermedad bucal que afecta al hotot es la aparición de abscesos, que han de ser tratados por veterinarios y se pueden notar por síntomas como abultamientos, disminución o desaparición de la ingesta o apatía.

Aparte de poder enfermar por los motivos mencionados, existen numerosos patógenos que acechan a los conejos, no siendo el hotot una excepción, por este motivo se recomienda mantenerlos correctamente vacunados. Los veterinarios recomiendan encarecidamente vacunar a los conejos de dos enfermedades letales, como son la mixomatosis y la fiebre hemorrágica vírica.

El conejo hotot no es una raza muy extendida por España ni tampoco por otros países de América que no sean EEUU. Por este motivo, puede que encontrar un ejemplar de conejo blanco de Hotot para adoptar sea una tarea realmente complicada. Sin embargo, aunque no sea precisamente fácil encontrar un ejemplar de esta raza para poder adoptarlo, siempre es recomendable acudir a todas la asociaciones y protectoras que sea posible, por si tienen algún ejemplar que busque hogar.

Por supuesto, antes de tomar una decisión tan importante como es adoptar a un animal, hay que valorar detenidamente sus necesidades para así poder asegurarnos de que podremos cumplir con las tareas necesarias para un correcto cuidado del animal. Siempre defendemos la adopción responsable, que constituye un profundo compromiso con respecto a la tenencia y al bienestar del animal adoptado.