Cuidados de una cotorra argentina
La cotorra argentina, también llamada cotorra monje, Myiopsitta monachus, se trata de un ave exótica en todos los países por los cuales se está expandiendo (de hecho está catalogada como especie invasora), excepto en su tierra natal, Argentina. Pero incluso en Argentina está colonizando territorios en los cuales antes no existía. De hecho su zona originaria era al sur de la provincia de Córdoba. La desforestación de su hábitat primitivo obligó a las cotorras a trasladarse hacia otros lugares.
Sin embargo, su enorme capacidad de proliferación, su inteligencia, la adaptabilidad de la especie y la circunstancia de que se ha popularizado como mascota en muchos lugares del mundo, ha logrado una expansión vertiginosa por el continente sudamericano primero, y luego por el resto del mundo.
Para las personas que decidan adoptar una cotorra argentina como mascota, en este artículo de ExpertoAnimal les expondremos los imprescindibles cuidados de una cotorra argentina.
Adopción legal
El primer requisito que debe observarse con las cotorras argentinas es si su tenencia es legal en el país donde residas.
En España, por ejemplo, su comercio, cría, tenencia, transporte, e introducción en la naturaleza, están prohibidas. Al carecer de predadores naturales se están expandiendo por las principales zonas urbanas, compitiendo con la fauna autóctona. Principalmente con el mirlo, Turdus merula, y la urraca, Pica pica. Dado que son aves granívoras causan estragos en los cultivos de cereales. En algunos estados de U.S.A., la tenencia de la cotorra monje también está prohibida.
La cotorra argentina como mascota
En Argentina la tenencia de la cotorra monje es legal, y las personas que las adoptan gozan de sus habilidades, aunque también es cierto que en ocasiones padecen problemas como consecuencia del fuerte carácter de la cotorra argentina.
No se trata de una mascota fácil. El hecho de que se extraigan de la naturaleza, ya que hay tantas que criarlas en criaderos no es "apetecible" como negocio; produce que sea una lotería que el ejemplar adoptado sea amable y se interrelacione bien con su cuidador. Este problema es común entre los pájaros extraídos de la naturaleza y que no están improntados.
La impronta
La impronta es un fenómeno típico entre las aves. Cuando cualquier ave sale del huevo, toma por su madre al primer ser vivo que ve. Si ve a un perro, mentalmente se considerará perro de por vida. Si ve a un humano, el pájaro siempre se considerará persona y le será más fácil convivir con las personas.
Lamentablemente la forma habitual de conseguir pollitos de cotorra, consiste en derribar los grandes nidos comunitarios durante el verano, pudiendo lastimar los 30 ejemplares o más que habitan en el nido. Luego se trata de hacerse lo antes posible con los polluelos, ya que contra más jóvenes, más fácil será su adiestramiento.
Estas cotorras siempre, en mayor o menor medida, verán a sus cuidadores como posibles predadores porque su impronta será la de su propia especie. Con las aves de criadero, al ser improntadas por los seres humanos que atienden las incubadoras, no considerarán como su madre al cuidador que las adopte, pero se considerarán personas y no temerán a su cuidador. Con lo cual su adiestramiento será mucho más fácil y se mostrarán afables con las personas que los alimenten y cuiden.
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La cotorra argentina y su aprendizaje
La cotorra argentina es muy inteligente, y si le apetece aprende palabras, ruidos (de teléfono, o ladridos, etc.), canciones o himnos (de equipos de fútbol). Pero si no le apetece se muestra muda y solamente emite los sonoros graznidos propios de su especie.
Por lo tanto, jamás adoptéis a una cotorra argentina con la convicción de que hablará por los codos, ya que puede fallaros la intuición, o no. Contra más te interrelaciones con la cotorra más fácil será su adiestramiento.
Por otro lado, es una mascota con carácter; lo cual quiere decir que si tu acercamiento para jugar o limpiarle la jaula le parece inoportuno, no dudará en arrearte un doloroso picotazo. Este es uno de los motivos por los cuales se las suelta en libertad o se las abandona en centros de acogida animal.
Cuidados básicos de la cotorra argentina
El principal cuidado será contar con un veterinario ducho en tratar a esta especie y que os podrá aconsejar bien sobre ella. Luego deberéis contar con una jaula grande de 100x50x50 cm como mínimo. En el interior de la jaula deberán existir perchas para que la cotorra se pose, juguetes (que tarde o temprano serán destruidos), y una malla en el suelo, a unos cms del piso, que impida que la cotorra ingiera sus heces y enferme. El agua fresca no debe faltar jamás.
Deberéis colocar un hueso de jibia esterilizado para que la cotorra picotee. Sirve para afilarse y desgastar el crecimiento de su fuerte pico. El calcio que ingiere mediante el hueso de jibia, fortalecerá mucho sus huesos, sus bonitas plumas lucirán más brillantes y la cáscara de sus huevos (si los haces criar) serán más sólidas. También debe ingerir minerales. En las tiendas para mascotas venden bloques de mineral para pájaros, ya que los oligoelementos son esenciales para su salud.
Es importante que la cotorra pueda entrar y salir de la jaula. Por tanto, deberá habilitarse una habitación para que la cotorra deambule por ella algunas horas al día. No olvides tener cuidado con las ventanas abiertas.
Alimentación de la cotorra argentina
La cotorra argentina es eminentemente granívora (consume grano), por lo cual se le puede ofrecer cualquier tipo de grano integral (no refinado). En las pajarerías venden recipientes con diversos tipos de grano mezclados en un correcto balance.
Eventualmente se les puede dar fruta e incluso verdura, pero no en exceso ya que reblandece sus heces. Las cotorras aprecian el cambio de dieta, ya que si siempre comen lo mismo se entristecen. En la vida salvaje también se alimentan de proteínicos insectos, por lo cual merendarse un grillo de vez en cuando, lo agradecerán.
Las cotorras son gregarias
Las cotorras monje son gregarias, o sea que les gusta vivir en grupos, por lo cual lo ideal es que convivan una pareja de cotorras. Es un asunto delicado, porque también son muy territoriales y celosas. Por consiguiente, es preferible emparejarlas muy jóvenes para evitar peleas en las que pueden lesionarse gravemente. Si se aceptan entre sí, y son macho y hembra, se emparejarán para toda la vida, ya que son monógamas.
Las cotorras argentinas precisan vivir con compañía, sea de su especie o bien de otras. Por este motivo en ocasiones persigue a gatos o perros que también viven en el mismo hogar, lo cual en muchas ocasiones acaba mal. Son celosas, y si ven que su cuidador atiende a otra mascota se enfurruñan con facilidad.
Longevidad
Las cotorras monje son muy longevas ya que pueden vivir hasta 30 años. Este, desgraciadamente es otro motivo de abandono, ya que si son personas mayores las que cuidan a la cotorra y ambos fallecen; con frecuencia los herederos no quieren cargar con el animal. También ocurre que en muchas ocasiones las cotorras heredadas no se adaptan bien al nuevo hogar y sus cuidadores, mostrándose muy agresiva y destructora con el mobiliario.
Hábitos curiosos
Las cotorras argentinas son cleptómanas, pues se apoderan de pequeños objetos: bolígrafos, monedas, gafas...,etc. El motivo es que consideran útiles estos objetos para formar sus nidos, y los van acumulando en el interior de su jaula. También son unas artistas en el arte de la fuga, con lo cual es frecuente que se escapen a pesar de estar bien cuidadas.
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