Cuidados para una cobaya embarazada
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Debido a la precocidad de la madurez sexual de las cobayas y a la dificultad de distinguir si se trata de un macho o de una hembra, podemos encontrarnos con que la cobaya que acabamos de adoptar está embarazada. Por ello, en este artículo de ExpertoAnimal vamos a ofrecerte toda la información que necesitas sobre los cuidados para una cobaya embarazada. Examinaremos las condiciones más adecuadas para su entorno, así como la alimentación correcta, los riesgos y proporcionaremos algunos apuntes sobre el momento del parto. ¡Sigue leyendo!
El embarazo de las cobayas
En primer lugar, tenemos que confirmar que nuestra cobaya está embarazada. Si desconocemos si ha llegado a la madurez sexual o si ha estado en contacto con algún macho, podemos sospechar de embarazo si observamos algunos de los siguientes signos:
- Aumento de la ingesta de agua y de comida.
- Engorde constante.
- Desarrollo de las mamas.
- Forma de pera, con el abdomen agrandado.
- Posibilidad de sentir los movimientos fetales si se apoya la mano sobre la barriga.
Para tener la certeza, podemos consultar con nuestro veterinario. Mediante una ecografía es posible confirmar el embarazo y averiguar el número de crías que está gestando nuestra cobaya, que puede variar de 1 a 6. El veterinario será el encargado, también, de proporcionarnos información sobre los cuidados para nuestra cobaya embarazada y resolver todas nuestras dudas. La gestación en estos roedores dura, de media, unos 68 días. Aunque en este período nuestra cobaya va a llevar una vida prácticamente normal, debemos observar algunos aspectos importantes que vamos a desarrollar a continuación.
Alimentación para una cobaya embarazada
Una vez confirmado el embarazo, lo primero, dentro de los cuidados para una cobaya embarazada, va a ser adaptar su alimentación. Una dieta correcta para cualquier cobaya incluye, según su proporción, los siguientes alimentos:
- Heno, ya que las cobayas son completamente herbívoras.
- Pienso específico para cobayas que debe estar compuesto, también, por heno.
- Verduras ricas en vitamina C para prevenir una enfermedad llamada escorbuto (carencia de vitamina C porque no se ingiere la necesaria en la dieta).
- Frutas y cereales solo a modo de premio, es decir, de consumo ocasional.
- Suplemento de vitamina C si nuestra cobaya no ingiere la suficiente con su dieta habitual.
Tras repasar la dieta que toda cobaya necesita, ¿cómo debemos adaptarla si la nuestra se encuentra en periodo de gestación? La alimentación de una cobaya embarazada debe incluir las siguientes modificaciones en su dieta habitual:
- Heno de alfalfa rico en calcio, necesario en el embarazo, ya que aumentan sus requerimientos.
- Se triplica la cantidad de vitamina C que se precisa diariamente, por lo que puede llegar a ser necesario suplementar, siempre bajo la supervisión del veterinario. Es mejor dar directamente esta vitamina porque se descompone rápido y si la ponemos disuelta en el bebedero puede no hacer ningún efecto.
- Debemos asegurarnos de que nuestra cobaya siempre tiene agua fresca y limpia a su disposición, en un bebedero, también limpio, y de fácil acceso.
- Ojo con el perejil. Aunque contiene una gran cantidad de vitamina C muy necesaria, tiene efecto sobre el útero y puede llegar a provocar abortos.
Entorno ideal para una cobaya embarazada
Además de la alimentación es también importante mantener la siguientes precauciones:
- No es momento para realizar cambios en el ambiente o en las rutinas de nuestra cobaya porque pueden suponer un factor de estrés para ella. Así mismo, debemos evitar ruidos fuertes, corrientes de aire o exceso de calor (las cobayas soportan peor el calor que el frío).
- Aunque su vida va a permanecer esencialmente igual, si comprobamos que tiene dificultades para entrar o salir de la jaula, acceder al bebedero, etc., debemos tomar las medidas para facilitarle la movilidad.
- Si convive con otras cobayas y observamos que con alguna se producen enfrentamientos es buena idea separarlas, manteniendo en la jaula de siempre a la embarazada. Puede convivir con el macho hasta el final de la gestación, si se siente cómoda con él, pero siempre se deben separar unos días antes del parto o justo después para evitar un embarazo nada más parir.
- Las cobayas no necesitan hacer nido para parir pero, aun así, deberemos mantener el lecho siempre limpio.
- Durante el embarazo podemos notar que nuestra cobaya está más reacia a que la manipulemos. Dejémosla tranquila.
- Ante cualquier anomalía o duda debemos consultar con el veterinario sin perder tiempo. En este sentido, es importante que este sea experto en cobayas. Es buena idea tener su teléfono y el de urgencias a mano por si se diese alguna complicación.
- Por último, no es momento para someterla a actividades que le desagraden, como pueden ser el baño o el cepillado. Salvo que le gusten, podremos postergarlo el par de meses que dure el embarazo.
Estos serían los principales cuidados para una cobaya embarazada, en caso de encontrarnos ante una hembra sana. En el apartado siguiente vamos a detenernos en los riesgos que pueden surgir.
Riesgos para las cobayas durante el embarazo
Como hemos dicho, las cobayas maduran sexualmente muy pronto, entre los 2-4 meses (también hay que tener en cuenta que su esperanza de vida es, de media, unos 5 años). A partir de los 10 meses de edad los huesos de su pelvis se van soldando. Un primer parto en este momento puede resultar imposible, ya que un canal del parto rígido impedirá la salida de las crías, suponiendo una cesárea con los riesgos que esta intervención conlleva. Por lo tanto, si desconocemos la edad de nuestra cobaya o si ha parido o no con anterioridad es recomendable poner el caso en manos del veterinario. Entre los 4-7 meses será la edad más segura para una primera gestación.
Por otra parte, dentro de los cuidados para una cobaya embarazada, debemos conocer la principal patología que puede darse durante este período, la toxemia, que es un trastorno metabólico muy grave y mortal, si no se detecta en las primeras fases. Se da en hembras un par de semanas antes del parto y hasta una semana después. Se manifiesta por inmovilidad, anorexia e hipersalivación (babeo) y, en análisis de sangre, hipoglucemia, aunque hay ocasiones en las que la cobaya aparece muerta repentinamente sin que haya mostrado ninguna sintomatología. También hay factores de riesgo como la obesidad o la edad.
Cómo saber si mi cobaya va a parir
Los cuidados para una cobaya embarazada incluyen también el momento del parto. Una de las mayores incertidumbres en cualquier gestación es saber cuándo tendrá lugar el acontecimiento. Aunque sepamos que el embarazo de nuestra cobaya dura unos dos meses, es imposible saber cuándo será el día exacto del parto. Además, en las cobayas no es fácil detectar síntomas que nos indiquen el inminente alumbramiento, ya que no se producen cambios en su conducta. Quizás el único sería el del hueso pélvico. Si ponemos nuestro dedo por encima de los genitales de nuestra cobaya notaremos un hueso. Si lo notamos como partido en dos, con una separación aproximada de 1 centímetro, podemos pronosticar que el parto tendrá lugar en los próximos días (unos 10). Hay que tener en cuenta que este signo no es una medida exacta, que no es fácil palparlo y que hay cobayas que pueden presentar esta separación durante mucho tiempo sin que comience el parto.
Una vez que el parto se inicie, la cobaya se quedará quieta y sus crías irán naciendo con rapidez. Así, si te preguntas cuánto dura el parto de una cobaya, debes saber que, en general, el proceso completo suele durar desde unos 10 minutos hasta media hora y, en cualquier caso, no debería prolongarse por más de una hora. Las posibles complicaciones que pueden surgir las exponemos en el siguiente apartado.
Problemas del parto en cobayas
Generalmente el parto no requiere ningún cuidado especial por nuestra parte, ya que suele ser un proceso rápido y sencillo que nuestra cobaya hará tranquilamente sola. No debemos intervenir salvo que se produzca alguna complicación, como pueden ser las siguientes:
- Desatención de las crías, traducida en no romper la bolsa amniótica. Lo normal es que, según las crías nacen, la madre rompa con sus dientes la bolsa que las envuelve pero, en ocasiones, esto no se produce, por diferentes motivos, y seremos nosotros quienes la rompamos y acerquemos la cría a su madre. Podemos pedirle a nuestro veterinario que nos enseñe.
- Exceso de tiempo, si el proceso del parto se prolonga por más de una hora sin que nazcan más bebés y observamos que nuestra cobaya sigue de parto, haciendo esfuerzos. Puede tratarse de una distocia y necesitará intervención veterinaria.
- Sangrado, que es normal en un parto pero motivo de consulta si la cantidad de sangre supera una cucharada.
- Por supuesto, debemos solicitar asistencia veterinaria si observamos cualquier signo anómalo en nuestra cobaya o en sus crías.
La expulsión de las placentas indica el fin del parto. Es completamente normal que la cobaya se las coma, al igual que ingiere bolsas amnióticas y cordones umbilicales. Las pequeñas cobayas nacen ya con la capacidad de alimentarse solas. Además de la leche de su madre van a poder comer lo mismo que ella, por eso hay que continuar con una alimentación equilibrada, manteniendo el heno de alfalfa que les asegura el calcio necesario para su crecimiento. A pesar de esta independencia, deben mamar aproximadamente durante el primer mes. Tras él, es importante separar machos y hembras para evitar nuevos embarazos, tanto de la madre como de las crías.
Por último, a pesar de que dispensemos todos los cuidados para una cobaya embarazada, el proceso de gestación supone un riesgo, por no hablar de las cuestiones éticas que deberían rodear a la cría de cobayas en una sociedad en la que tantos de estos animales son abandonados y, por lo tanto, necesitan un hogar. Como cuidadores responsables debemos considerar la esterilización.
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