Enfermedades más comunes de los periquitos australianos
Ficha del animal: Periquito
Los periquitos australianos llevan tiempo siendo una de las aves de compañía más habituales en nuestros hogares, y aunque su origen sea el otro extremo del mundo, pocos pueden decir que nunca han entrado en una casa en la que hubiese una pareja de estos coloridos pájaros.
Aunque los asociamos a longevidad y sociabilidad, la vida en cautividad también pasa factura, y a pesar de que cada vez es más frecuente encontrarlos como pacientes en las clínicas veterinarias, también aparecen más patologías debidas a un manejo inadecuado. Por ello, en este artículo de ExpertoAnimal, trataremos de resumir las enfermedades más comunes de los periquitos australianos y cómo prevenirlas, como parte fundamental de un adecuado plan de actuación.
Sarna cnemidocóptica
El ácaro del género cnemidocoptes es el responsable de esta enfermedad tan común en los periquitos autralianos, que provoca una hiperqueratosis o engrosamiento de la piel de las patas y la cera del pico.
Los sobrecrecimientos dérmicos llegan a dar la sensación de "dedos de más", como se menciona en el artículo de ExpertoAnimal sobre los ácaros en canarios, y pueden deformar el pico del animal si progresa sin tratamiento.
Un raspado de las lesiones permite observar en el microscopio a este ácaro, lo que conduce al diagnóstico junto con las lesiones tan características.
¿Cómo se trata?
La ivermectina es el tratamiento más eficaz, pudiendo ser administrada vía intramuscular, subcutánea o incluso oral. En caso de que la sarna sea muy localizada, y en fases iniciales, puede aplicarse de manera tópica, vehiculada en algún aceite, como el de árbol de té, pero es complicado no sobrepasar la dosis terapéutica de esta forma.
Se recomienda repetir al cabo de un par de semanas, e incluso podría ser precisa una tercera dosis.
Deficiencia de yodo
La falta de yodo en la dieta puede afectar a los periquitos que consumen de forma exclusiva semillas poco variadas, sobre todo cuando la fracción más abundante es el mijo. Su escaso aporte de yodo de forma mantenida en el tiempo da lugar a una falta de este elemento fundamental para sintetizar hormonas tiroideas por parte de la glándula tiroides, es decir, un hipotiroidismo secundario.
Esta glándula se hipertrofia en un intento por mantener la producción de hormonas tiroideas, provocando el típico abultamiento de cuello conocido como "bocio". Podemos notar el bulto, y signos como cambios en la voz, dificultad para respirar, o regurgitación de la comida, debido a que el crecimiento excesivo de las tiroides provoca compresión de la tráquea y el esófago.
¿Cómo se trata?
La suplementación de yodo en el agua de bebida en forma de gotas lugol mientras se corrige la dieta, suele ser suficiente. Es importante recordar que al añadir medicinas en el agua, no debemos dar demasiada fruta o lechuga al periquito, pues contienen muchos líquidos, y disminuirá su necesidad de acercarse al bebedero.
¿Cómo se puede prevenir?
Una alimentación variada y en la que se evite que el animal escoja lo que más le guste es fundamental para prevenir el desarrollo de esta enfermedad común en periquitos australianos. Ciertas verduras contienen yodo suficiente, de manera que ofrecer al animal estos alimentos dos o tres veces por semana garantiza garantizan que no se produzca este problema, al margen de una dieta equilibrada. La espinaca o la lechuga, pueden ser un alimento interesante si se proporciona dos veces a la semana, retirando el sobrante al cabo de un rato y evitando el abuso. Para más información, no te pierdas la lista de frutas y verduras buenas para periquitos.
Clamidiosis
La infección por Chlamydia psittaci puede ser subclínica, siendo nuestros periquitos portadores sin síntomas, pero por lo general se desarrolla ante cualquier situación de estrés (hacinamiento, cambio de ambiente, enfermedad, falta de higiene...). Esta bacteria se excreta mediante heces, orina, secreciones naso-faríngeas y nasales, y puede generar portadores crónicos que la eliminan de forma intermitente y la transmiten al ambiente, contagiando a sus congéneres.
¿Cuáles son los síntomas de la clamidiosis aviar?
Los signos respiratorios y, a veces, hepáticos serán indicativos, junto con otros hallazgos, de esta infección:
- Conjuntivitis
- Disnea (dificultad para respirar, pico abierto)
- Ruidos respiratorios
- Biliverdinuria (heces y orina de color verde, lo que indica afectación del hígado)
- Diarrea
- En casos graves, apatía, letargo y anorexia
Diagnóstico
Para su diagnóstico se combina la observación de los síntomas con pruebas específicas, como un test serológico en el que se mide elevación de inmunoglobulinas M, o una técnica de laboratorio denominada PCR, que evidencia el material genético de la bacteria presente en heces y exudado faríngeo del periquito.
La toma de muestras de sangre suele ser de mucha ayuda, se puede observar un aumento de leucocitos, y en la bioquímica, los parámetros hepáticos suelen estar elevados. No todas las infecciones por Chlamydia son igual de graves, depende del serovar de la bacteria (hay muchas "razas" dentro de lo que conocemos como Chlamydia), y muchas veces queda como una infección crónica en forma de problemas respiratorios constantes, por ejemplo.
Tratamiento
El uso de doxiclina, un antibiótico de la familia de las tetraciclinas, es el tratamiento más eficaz que se conoce para tratar esta enfermedad tan común en periquitos autralianos. Debe administrase durante unos 45 días, pudiendo emplear la inyección intramuscular del compuesto para humanos, aunque produce mucho daño al tejido (necrosis). Se reserva para casos graves en los que hace falta un tratamiento inicial agresivo. No obstante, si no hay otra manera, se puede optar por una inyección de doxiclina cada 7 días, unas 7 semanas seguidas en los músculos pectorales.
La forma de tratamiento de elección es la vía oral, directamente en el pico con jarabe de doxiciclina, aunque serviría añadir el polvo resultante de triturar pastillas de doxiciclina en la mixtura de semillas, empleando algún aceite para que el polvo se adhiera a la superficie de las mismas.
Prevención
Evitar el estrés, los ambientes cargados y con falta de higiene, el hacinamiento de aves, y la introducción de nuevos individuos sin cuarentena o de procedencia desconocida, es fundamental. La limpieza vuelve a ser el aliado clave en este punto.
Recordemos que las personas que trabajan con grupos de aves, los veterinarios, o las personas con íntimo contacto con periquitos (propietarios de un numeroso grupo), pueden verse afectados por esta bacteria, con lo que se considera una zoonosis.
Parásitos internos
No es habitual la parasitosis interna en nuestros periquitos de compañía, pero puede observarse en aves que vivan en voladeros con suelos de tierra y en comunidades grandes.
- Parásitos microscópicos: como Giardia, o Coccidios pueden afectar a nuestros periquitos, dando lugar a las típicas diarreas intermitentes o agudas, el plumaje cloacal sucio, pérdida de peso, apatía... Un examen de las heces al microscopio permite observar a las Giardias o las formas reproductivas de los Coccidios, respectivamente. El aislamiento del animal enfermo, una desinfección a fondo, y el tratamiento del ave afectada con toltrazuril (Coccidios), y metronidazol o fenbendazol (Giardias), más la terapia de soporte necesaria, puede solucionar el problema si se coge a tiempo.
- Parásitos macroscópicos: los ascáridos quizá sean los más frecuentes en periquitos, pero tampoco es muy común observarlos en aves en cautividad. Estos nematodos (gusanos redondos) intestinales pueden provocar diarreas y pérdida de peso, así como plumaje poco lustroso y con aspecto sucio. En el examen al microscopio de las heces es fácil detectar sus huevos, y el tratamiento con ivermectina o también albendazol o fenbendazol, suelen ser una opción muy eficaz.
Problemas reproductivos
Como todas las aves, pueden aparecer en las hembras trastornos de la puesta, tales como la puesta crónica, o problemas en la formación de la cáscara del huevo que provoque rotura del huevo en abdomen y consiguiente peritonitis.
La puesta crónica es complicada de manejar, se intenta reduciendo las horas de luz, alejando a la hembra del macho (sin verlo, ni oírlo), pero lo más eficaz suele ser un implante hormonal que inhiba el eje hipotálamo-hipófisis-gónadas. Es decir, que haga cesar la actividad ovárica. Dura unos meses, es variable y requiere sedación para su colocación, pero a veces es el único remedio para esta peligrosa alteración.
Las consecuencias de una distocia (imposibilidad de realizar la puesta), por un huevo excesivamente grande, o rotura del huevo dentro del abdomen por debilidad de la cáscara, provoca una peritonitis, o celomitis cuando hablamos de aves, que supone una urgencia en toda regla, y de la que pocas aves logran recuperarse.
Como signos, podemos observar distensión de abdomen, anorexia, apatía, letargo..., todos ellos muy inespecíficos y que hacen preciso un examen por parte de nuestro veterinario para determinar su origen y tratar de la forma adecuada, aunque el pronóstico en estos casos no es muy favorable.
Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.
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