¿Es bueno el collar antiladridos?
Ver fichas de Perros
El collar antiladridos para perros es una herramienta muy extendida y utilizada, sin embargo, antes de adquirirla es fundamental saber para qué sirve realmente, cómo funciona y los efectos secundarios que puede provocar su uso en los perros. ¿Te han aconsejado utilizarlo? ¿Quieres saber más sobre su potencia o efectividad?
En este artículo de ExpertoAnimal explicaremos si es bueno el collar antiladridos o si, por el contrario, es una herramienta que debemos evitar en la educación y el adiestramiento, todo ello basado en estudios científicos diversos e independientes entre sí que te ayudarán a resolver tus dudas de una forma objetiva, sigue leyendo:
El collar eléctrico para perros (o collar de adiestramiento)
Lo que muchos propietarios conocen como "collar antiladridos" es en realidad un "collar eléctrico para perros" también denominado "collar de adiestramiento". Básicamente consiste en un collar regulable que cuenta con un dispositivo que emite estímulos eléctricos y/o vibratorios. La intensidad del mismo variará dependiendo del modelo en concreto, pero de forma general se sitúa alrededor de los 6 voltios.
Esta herramienta resulta muy útil cuando se pretende educar y adiestrar a un perro sordo, pues el modo vibración nos permite llamar la atención del perro para pedirle o enseñarle ciertas órdenes de obediencia. No obstante, existe otra funcionalidad que consiste en emitir descargas eléctricas cuando el perro ladra o sale del perímetro, de forma automática. Así mismo, el tutor también puede realizar una descarga de forma manual ante una conducta.
Pero, ¿cómo funciona? Esta herramienta utiliza el castigo positivo, es decir, que provoca un aversivo cuando el perro lleva a cabo una conducta determinada, con el objetivo que deje de realizarla. También utiliza el refuerzo negativo, es decir, que el aversivo se mantiene hasta que el perro deja de manifestar dicha conducta. No obstante, ambas técnicas, basadas en el condicionamiento clásico, no se consideran adecuadas para la educación en positivo, además de que pueden causar ciertos problemas, de los que hablaremos en el siguiente apartado.
Efectos secundarios del collar antiladridos
Diversos países han regulado o restringido el uso de collares eléctricos para perros debido a los diversos estudios que alertan sobre sus posibles efectos secundarios que comprometen el bienestar del perro. Algunos de ellos son:
- No es posible controlar la intensidad: el grado de humedad, el tipo de pelo o los niveles de grasa modifican la intensidad del collar de adiestramiento. Si es demasiado alta puede provocar dolor, miedo, fobias o una reacción agresiva. Por el contrario, una intensidad demasiado baja puede derivar en una habituación. En este caso el perro se acostumbrará al dolor y el comportamiento persistirá.
- El estrés puede provocar que el perro no aprenda: cuando un perro experimenta altos niveles de estrés y ansiedad es incapaz de aprender correctamente. Es probable que además este estado se cronifique, permaneciendo constantemente alterado y siendo más vulnerable a padecer otros problemas de conducta. Algunos de ellos son las estereotipias (movimientos repetitivos) o la inhibición.
- Puede producirse una asociación incorrecta: el objetivo de esta herramienta es asociar el aversivo con la conducta negativa realizada, sin embargo, especialmente cuando el timming no es el adecuado, el perro puede relacionar el estímulo eléctrico con cualquier cosa, incluyendo el propio tutor. Precisamente por ello, un propietario poco experimentado puede provocar graves consecuencias en el perro. Nuevamente hablamos de miedo, fobias y agresividad.
- El riesgo de abuso es muy alto: la educación y el adiestramiento son procesos que requieren mucha paciencia, de hecho, la mayoría de propietarios pasan por momentos de frustración. Precisamente ello favorece que abusemos de esta herramienta.
- Causa problemas de salud: el collar antiladridos propicia la aparición de ciertos riesgos fisiológicos, como un aumento excesivo del cortisol salival y la frecuencia cardíaca, lo que puede derivar en un shock. En los casos más graves hablamos también de quemaduras físicas que deriven en necrosis de la piel.
- Perjudica el vínculo entre perro y tutor: en comparación con otros métodos, el uso del castigo positivo y el refuerzo negativo disminuyen la calidad de la relación entre el can y su propietario, además de favorecer la posible aparición de problemas de conducta hacia el mismo.
- No existen estudios que avalen su eficacia: en comparación con otras técnicas de adiestramiento más amables con el perro, que priorizan el uso del refuerzo positivo (premiar al perro tras un comportamiento positivo) y el castigo negativo (eliminar un estímulo agradable tras un comportamiento negativo), el uso de collares eléctricos no es más efectivo.
Muchas personas buscan en esta herramienta una "solución fácil" para terminar con un problema de conducta, sin ser conscientes de que precisamente su uso puede causar la aparición de nuevos problemas del comportamiento. Además, descuidan la importancia de entender el por qué de los ladridos y la forma correcta de manejarlos.
¿Cómo evitar que un perro ladre?
Debemos entender el ladrido como una de las muchas formas de comunicación del perro, además, no todos los tipos de ladridos son iguales y tienen el mismo significado. Algunos pueden manifestar alerta ante la presencia de desconocidos, mientras que otros aparecerán al quedarse solos, como una forma de expresar su angustia. Para solucionar este problema debemos averiguar por qué ladra nuestro perro y, solo entonces, podremos empezar a trabajar, siempre priorizando la educación en positivo.
Es muy aconsejable visitar un profesional asesore, como puede ser un veterinario especializado en etología, quien nos ayudará a identificar la causa pero, además, nos ofrecerá pautas de manejo y podrá ayudarnos con las sesiones de modificación de conducta. En cualquier caso, no debemos aplicar pautas que no estén prescritas específicamente para nuestro caso, ya que entonces corremos el riesgo de agravar la situación.
Mientras esperamos la visita del especialista podemos seguir algunos consejos básicos para evitar que un perro ladre, así como mejorar la calidad de vida del perro en distintos sentidos: aumentando el número de paseos, trabajando obediencia básica, realizando más juegos físicos y mentales, etc.
Otros métodos no recomendables para evitar el ladrido
Para terminar, hemos querido compartir contigo otras técnicas que tampoco son recomendables:
- Uso del castigo físico: algunas personas recurren a los castigos físicos para detener los ladridos. No obstante, seguimos hablando de un castigo positivo que, nuevamente, puede causar miedo, fobias, agresividad y rotura de vínculo con el tutor. Los posibles efectos negativos son, por ende, los mismos que hemos explicado sobre los collares de entrenamiento.
- Uso de bozal dentro del hogar: el bozal es una herramienta que no debe utilizarse más de 60 minutos en perros que la tienen correctamente trabajada. Además de provocarles incomodidad no soluciona el problema, por lo que no es aconsejable.
- Extirpación de las cuerdas bocales: este procedimiento quirúrgico consiste en retirar parte del tejido de las cuerdas vocales del perro. Cuando el perro se recupera de la operación todavía puede seguir ladrando, pero su volumen es mucho menor porque tiene menos tejido para crear las vibraciones acústicas. Podemos causar problemas de conducta y, nuevamente, no estamos solucionando la causa del ladrido. También podemos provocar problemas de salud.
Una vez más resaltamos la importancia de acudir a un profesional para descubrir la causa subyacente que está causando los ladridos del perro y, solo a través de las pautas de un especialista, empezar a trabajar para solucionarlo. Es un proceso que requerirá paciencia y esfuerzo, pero que será más positivo y efectivo a la larga.
Bibliografía
- ELECTRONIC TRAINING DEVICES: ESVCE POSITION STATEMENT. 2019, de European Society of Veterinary Clinical Ethology Sitio web: http://www.esvce.org/wp-content/uploads/2017/11/ESVCE-Position-Statement-e-collar.pdf
- Polsky, R. H. (1994). Electronic shock collars: are they worth the risks?. Journal of the American Animal Hospital Association, 30(5), 463-468.
- Christiansen, F. O., Bakken, M., & Braastad, B. O. (2001). Behavioural changes and aversive conditioning in hunting dogs by the second-year confrontation with domestic sheep. Applied Animal Behaviour Science, 72(2), 131-143.
- Lindsay, S. R. (Ed.). (2013). Handbook of applied dog behavior and training, procedures and protocols (Vol. 3). John Wiley & Sons.
- Schilder, M. B., & van der Borg, J. A. (2004). Training dogs with help of the shock collar: short and long term behavioural effects. Applied Animal Behaviour Science, 85(3-4), 319-334.
- Schalke, E., Stichnoth, J., Ott, S., & Jones-Baade, R. (2007). Clinical signs caused by the use of electric training collars on dogs in everyday life situations. Applied Animal Behaviour Science, 105(4), 369-380.
- Blackwell, E., & Casey, R. The use of shock collars and their impact on the welfare of dogs.
- Polsky, R. (2000). Can aggression in dogs be elicited through the use of electronic pet containment systems?. Journal of Applied Animal Welfare Science, 3(4), 345-357.
- Salgirli, Y., Schalke, E., Boehm, I., & Hackbarth, H. (2012). Comparison of learning effects and stress between 3 different training methods (electronic training collar, pinch collar and quitting signal) in Belgian Malinois Police Dogs. Revue De Medecine Veterinaire, 163, 530-535.
- Blackwell, E. J., Bolster, C., Richards, G., Loftus, B. A., & Casey, R. A. (2012). The use of electronic collars for training domestic dogs: estimated prevalence, reasons and risk factors for use, and owner perceived success as compared to other training methods. BMC Veterinary Research, 8(1), 93.
- Beerda, B., Schilder, M. B., van Hooff, J. A., de Vries, H. W., & Mol, J. A. (1998). Behavioural, saliva cortisol and heart rate responses to different types of stimuli in dogs. Applied Animal Behaviour Science, 58(3-4), 365-381.
- Herron, M. E., Shofer, F. S., & Reisner, I. R. (2009). Survey of the use and outcome of confrontational and non-confrontational training methods in client-owned dogs showing undesired behaviors. Applied Animal Behaviour Science, 117(1-2), 47-54.
- Arhant, C., Bubna-Littitz, H., Bartels, A., Futschik, A., & Troxler, J. (2010). Behaviour of smaller and larger dogs: Effects of training methods, inconsistency of owner behaviour and level of engagement in activities with the dog. Applied Animal Behaviour Science, 123(3-4), 131-142.
- Deldalle, S., & Gaunet, F. (2014). Effects of 2 training methods on stress-related behaviors of the dog (Canis familiaris) and on the dog–owner relationship. Journal of Veterinary Behavior: Clinical Applications and Research, 9(2), 58-65.
- Haverbeke, A., Laporte, B., Depiereux, E., Giffroy, J. M., & Diederich, C. (2008). Training methods of military dog handlers and their effects on the team's performances. Applied Animal Behaviour Science, 113(1-3), 110-122.
- Hiby, E. F., Rooney, N. J., & Bradshaw, J. W. S. (2004). Dog training methods: their use, effectiveness and interaction with behaviour and welfare. ANIMAL WELFARE-POTTERS BAR THEN WHEATHAMPSTEAD-, 13(1), 63-70.
- Cooper, J. J., Cracknell, N., Hardiman, J., Wright, H., & Mills, D. (2014). The welfare consequences and efficacy of training pet dogs with remote electronic training collars in comparison to reward based training. PloS one, 9(9), e102722.
- Starinsky, N. S., Lord, L. K., & Herron, M. E. (2017). Escape rates and biting histories of dogs confined to their owner's property through the use of various containment methods. Journal of the American Veterinary Medical Association, 250(3), 297-302.
Si deseas leer más artículos parecidos a ¿Es bueno el collar antiladridos?, te recomendamos que entres en nuestra categoría de Curiosidades del mundo animal.
¿Tienes contratado el Seguro de Responsabilidad Civil obligatorio para perros? Consiguelo al mejor precio rellenando el formulario con tus datos y los de tu mascota haciendo clic en este botón: