Ortópteros - Ejemplos y partes
Los ortópteros conforman un orden diverso de insectos que incluye a los saltamontes, grillos y sus parientes cercanos. Desde los campos agrícolas hasta cuevas subterráneas, los ortópteros se encuentran en una amplia variedad de hábitats y desempeñan una variedad de roles fundamentales en los ecosistemas terrestres. En este grupo encontraremos desde a los enigmáticos grillos topo hasta los conocidos saltamontes verdes, todos ellos insectos que poseen una biología única y comportamientos que destacan su importancia ecológica.
Quédate y continúa leyendo este artículo de ExpertoAnimal para conocer todo sobre las qué son los ortópteros y sus características, ejemplos y partes. ¡No te lo pierdas!
¿Qué son los ortópteros?
Los ortópteros son un orden de insectos que incluye a los saltamontes, grillos, langostas y especies afines. Este grupo se caracteriza por varias particularidades morfológicas y comportamentales que los distinguen dentro del mundo de los insectos.
Tienen un cuerpo dividido en tres partes principales: cabeza, tórax y abdomen. Su cabeza está equipada con antenas largas y delgadas, ojos compuestos bien desarrollados y piezas bucales adaptadas para masticar. El tórax está dividido en tres segmentos, cada uno con un par de patas, siendo las patas traseras especialmente adaptadas para saltar, notablemente más largas y musculosas que las demás.
La mayoría de los ortópteros tienen dos pares de alas. El primer par, conocido como tegmina, es más grueso y resistente, sirviendo de protección al segundo par de alas, que es más delgado y membranoso y se utiliza para volar.
Muchos ortópteros son conocidos por su capacidad de producir sonidos, un comportamiento conocido como estridulación, particularmente común en los grillos y ciertos saltamontes. Producen estos sonidos frotando partes de sus cuerpos, como las alas o las patas, y suelen utilizarlos para atraer parejas o defender territorios.
El ciclo de vida de los ortópteros generalmente incluye tres etapas: huevo, ninfa y adulto. Las ninfas se parecen mucho a los adultos, pero son más pequeñas y carecen de alas completamente desarrolladas. A medida que crecen, pasan por varias mudas, en cada una de las cuales se acercan más a la forma adulta.
Los ortópteros son un grupo extremadamente diverso con más de 20.000 especies descritas en todo el mundo, encontrándose en una amplia variedad de hábitats, desde selvas tropicales hasta desiertos y praderas. Algunas especies son de gran importancia agrícola debido a su capacidad para formar enjambres y causar daños extensos a cultivos, como es el caso de las langostas.
Características de los ortópteros
Los ortópteros presentan varias características distintivas tanto en su anatomía como en su comportamiento. A continuación, te contamos más sobre ellas:
- Cuerpos segmentados: además de la segmentación básica en cabeza, tórax y abdomen, los ortópteros tienen cuerpos que muestran una clara segmentación en el abdomen, con hasta once segmentos visibles. Esta segmentación es especialmente importante durante su crecimiento y mudas.
- Órganos auditivos: muchos ortópteros, como los grillos y algunos saltamontes, poseen órganos auditivos, llamados tímpanos, ubicados en las patas delanteras o en el abdomen. Estos órganos y características de los ortópteros les permiten detectar sonidos, incluyendo los producidos por otros individuos de su especie.
- Adaptaciones de las alas: en algunas especies, las alas pueden ser adaptadas para la producción de sonidos y no solo para el vuelo. Los grillos, por ejemplo, tienen alas modificadas que actúan como un instrumento para producir chirridos. Puede que te interese echarle un vistazo al siguiente artículo con los "Tipos de grillos".
- Comportamiento territorial y de cortejo: muchos ortópteros son territoriales y utilizan señales acústicas para marcar y defender sus territorios. Los machos, en particular, cantan para atraer a las hembras y advertir a otros machos de su presencia. Además, durante el cortejo, los machos suelen realizar exhibiciones acústicas y a veces visuales para atraer a las hembras. En algunas especies de grillos, la intensidad y frecuencia del canto pueden influir en la selección de pareja por parte de las hembras.
- Alimentación: la mayoría de los ortópteros son animales herbívoros, alimentándose de una amplia variedad de plantas. Algunos, como ciertas especies de langostas, pueden cambiar sus hábitos alimenticios y consumir casi cualquier vegetación disponible cuando forman enjambres.
- Migración: las langostas son famosas por su comportamiento migratorio, para el cual suelen formar enjambres. Bajo ciertas condiciones ambientales, pueden cambiar de un comportamiento solitario a uno gregario, formando grandes enjambres que pueden desplazarse largas distancias y devastar cultivos.
- Cripsis y camuflaje: muchos ortópteros tienen colores y patrones en sus cuerpos que les permiten camuflarse en su entorno, ayudándoles a evitar a los depredadores. Algunas especies pueden cambiar de color en respuesta a cambios en el entorno.
- Comportamiento nocturno y diurno: algunas especies son nocturnas, como muchos grillos, que son más activos durante la noche para evitar a los depredadores y aprovechar las condiciones más frescas. Otras, como muchos saltamontes, son diurnas y están activas durante el día.
- Interacciones sociales: aunque muchos ortópteros son solitarios, algunos muestran comportamientos sociales complejos. Por ejemplo, las langostas, durante su fase gregaria, muestran interacciones sociales estrechas y coordinación en sus movimientos.
- Resistencia a la desecación: otra de las características de los ortópteros es que los que viven en ambientes áridos tienen adaptaciones que les permiten conservar agua y sobrevivir en condiciones de desecación extrema.
- Resistencia a toxinas vegetales: algunos ortópteros han desarrollado la capacidad de alimentarse de plantas que contienen compuestos químicos tóxicos para otros herbívoros, gracias a adaptaciones en sus sistemas digestivos.
Partes de los ortópteros
Ahora que ya hemos visto las características de los ortópteros, vamos a centrarnos en sus partes. Estos insectos presentan una morfología específica que se adapta a su estilo de vida y hábitat. Las partes de los ortópteros son:
Cabeza
La primera parte de su cuerpo, la cabeza, presenta antenas que generalmente son largas y delgadas y sirven como órganos sensoriales multifuncionales. Son capaces de detectar vibraciones, olores y cambios en el entorno, lo cual es crucial para la búsqueda de alimento y la detección de depredadores.
Tienen ojos compuestos grandes que les proporcionan una visión amplia y detallada. Además, poseen ojos simples, llamados ocelos, que detectan cambios en la luz y ayudan en la orientación y el equilibrio.
Sus piezas bucales están adaptadas para masticar, lo que les permite consumir una variedad de materiales vegetales. Estas piezas incluyen mandíbulas fuertes que pueden triturar hojas y tallos.
Tórax
Posteriormente, el tórax de los ortópteros está dividido en tres segmentos: protórax, mesotórax y metatórax, cada uno de los cuales lleva un par de patas. Las patas delanteras y medias son más cortas y se utilizan principalmente para caminar y manipular alimentos. Las patas traseras son mucho más largas y están especializadas para saltar.
Los ortópteros tienen dos pares de alas. El primer par, conocido como tegmina, es más grueso y coriáceo, proporcionando protección al segundo par de alas, que son más delgadas y membranosas. Las alas traseras son generalmente las que se utilizan para volar.
Abdomen
Por último, el abdomen de los ortópteros está compuesto por hasta once segmentos visibles, que albergan los órganos digestivos, excretores y reproductivos. Cada segmento puede tener apéndices especializados, como los cercos en el extremo del abdomen, que son estructuras sensoriales.
En las hembras, el abdomen termina en un ovipositor, que se utiliza para depositar los huevos en el suelo o en el tejido vegetal. Los machos pueden tener estructuras especializadas para la transferencia de esperma.
Alimentación de los ortópteros
La alimentación de los ortópteros varía ampliamente entre las diferentes especies, aunque la mayoría de ellos son herbívoros y se alimentan de una variedad de plantas. Su dieta principal incluye hojas, tallos, flores y semillas de diversas plantas, y utilizan sus fuertes mandíbulas para masticar el material vegetal y consumir grandes cantidades de alimento.
Algunos ortópteros son omnívoros, como los grillos, y pueden consumir tanto materia vegetal como animal, incluyendo insectos muertos, pequeños invertebrados y carroña, además de plantas.
Poseen diversas estrategias de alimentación, muchos ortópteros se alimentan de manera solitaria, buscando y consumiendo plantas individuales, lo cual es común en especies que habitan en áreas con abundante vegetación y baja competencia por los recursos. Sin embargo, especies como las langostas pueden exhibir comportamientos de alimentación gregaria durante las fases de enjambre, donde grandes grupos de estos insectos se desplazan y consumen vastas áreas de vegetación, causando devastación en cultivos agrícolas.
Los ortópteros tienen sistemas digestivos adaptados para procesar materiales vegetales, con intestinos que contienen microorganismos simbióticos que ayudan a descomponer la celulosa y otros componentes difíciles de digerir de las plantas.
Algunas especies, como Schistocerca cancellata (langosta migratoria sudamericana), son conocidas por ser plagas agrícolas significativas, capaces de consumir grandes cantidades de cultivos en poco tiempo y causar daños económicos considerables a los agricultores. Sin embargo, otros ortópteros desempeñan un papel en el control biológico de plantas no deseadas, ayudando a mantener el equilibrio ecológico en ciertos hábitats.
Reproducción de los ortópteros
La reproducción de los ortópteros varía ligeramente entre las diferentes especies, pero en general, sigue un patrón similar. Los ortópteros emplean una variedad de comportamientos de cortejo para atraer a sus parejas, donde los machos son generalmente los más activos, utilizando señales acústicas, visuales y químicas.
Muchos ortópteros, especialmente los grillos y ciertos saltamontes, utilizan el canto para atraer a las hembras. Este canto se produce mediante un proceso llamado estridulación, en el cual el insecto frota partes de su cuerpo, como las alas o las patas, para generar sonido. Además de las señales acústicas, algunas especies también utilizan señales visuales y químicas durante el cortejo. Los machos pueden realizar exhibiciones visuales, como movimientos específicos de las alas o del cuerpo y liberar feromonas para atraer a las hembras.
Una vez que la hembra responde al cortejo del macho, se produce el apareamiento. El macho transfiere un paquete de esperma llamado espermatóforo, que contiene los espermatozoides. Este espermatóforo es depositado en el tracto reproductivo de la hembra, donde los espermatozoides fertilizan los óvulos.
Después de la fertilización, la hembra pone los huevos en un lugar adecuado para el desarrollo de las crías. El lugar de oviposición varía según la especie. Muchas especies depositan sus huevos en el suelo, para lo cual la hembra utiliza un órgano especializado llamado ovipositor para excavar y colocar los huevos en un entorno protegido. Otras especies ponen sus huevos en el tejido de las plantas, ya sea dentro de los tallos, hojas o corteza. Esto proporciona a los huevos un entorno rico en nutrientes y relativamente seguro de los depredadores.
Los ortópteros experimentan un tipo de metamorfosis incompleta, que incluye tres etapas principales:
- Huevo: una vez puestos, pasan por un periodo de incubación que puede variar en duración dependiendo de la especie y las condiciones ambientales.
- Ninfa: al eclosionar, las crías emergen como ninfas, que se asemejan a los adultos pero son más pequeñas y carecen de alas completamente desarrolladas.
- Adulto: las ninfas pasan por varias mudas, en cada una de las cuales crecen y se parecen más a los adultos. Después de varias mudas, las ninfas finalmente se transforman en adultos completamente desarrollados, con alas y órganos reproductivos funcionales capaces de reproducirse y continuar el ciclo de vida.
Ejemplos de ortópteros
Los ortópteros incluyen una amplia variedad de insectos que se encuentran en diversos hábitats alrededor del mundo. A continuación, te presentamos algunas de las especies más comunes:
- Saltamontes comunes (Acrididae): los saltamontes comunes pertenecen a la familia Acrididae y son conocidos por sus cuerpos robustos y patas traseras largas adaptadas para el salto. Se encuentran en praderas, campos y áreas agrícolas, donde se alimentan principalmente de gramíneas y otras plantas herbáceas.
- Langostas (Locustidae): las langostas son un tipo de saltamontes que pueden formar enjambres masivos. Un ejemplo es la langosta del desierto (Schistocerca gregaria), conocida por sus migraciones en masa y su capacidad para devastar cultivos en regiones de África, Oriente Medio y Asia.
- Grillo común (Acheta domesticus): el grillo común es conocido por su canto característico, que produce frotando sus alas delanteras. Este canto es utilizado por los machos para atraer a las hembras. Los grillos comunes son omnívoros y se alimentan de una variedad de materia vegetal y animal.
- Grillo de campo (Gryllus campestris): es una especie que se encuentra en Europa y Asia. Vive en madrigueras en el suelo y también utiliza el canto para atraer parejas. Su dieta incluye plantas, insectos pequeños y materia orgánica.
- Saltamontes verde común (Tettigonia viridissima): la esperanza verde es una especie de gran tamaño y color verde brillante que se encuentra en Europa y Asia. Tiene largas antenas y se alimenta de hojas, flores y, ocasionalmente, de otros insectos.
- Grillo de matorral (Panacanthus cuspidatus): esta especie se encuentra en América Central y del Sur. Es característico por las espinas que cubren su cuerpo y que utiliza para disuadir a los depredadores. Se alimenta de una variedad de plantas y, en ocasiones, de insectos más pequeños.
- Grillo topo (Gryllotalpa gryllotalpa): el grillo topo es conocido por sus adaptaciones para la vida subterránea. Tiene patas delanteras modificadas en forma de palas, que utiliza para excavar túneles en el suelo. Se encuentra en Europa y en regiones donde ha sido introducido, como América del Norte y del Sur. Se alimenta de raíces, tubérculos, insectos pequeños y materia orgánica en descomposición. Su canto, producido también bajo tierra, sirve para atraer a las hembras.
Importancia de los ortópteros
Los ortópteros desempeñan roles ecológicos significativos y tienen una importancia fundamental en diversos ecosistemas. Muchas especies son herbívoras y se alimentan de una variedad de plantas. Aunque en ocasiones pueden convertirse en plagas agrícolas, su consumo de vegetación también puede ayudar a controlar el crecimiento excesivo de plantas y a mantener el equilibrio en los ecosistemas naturales.
También, al ser una fuente de alimento para una variedad de depredadores, contribuyen al flujo de energía en los ecosistemas. Aves, reptiles, anfibios, mamíferos y otros insectos se alimentan de ortópteros, lo que ayuda a mantener el equilibrio de las poblaciones dentro de las comunidades biológicas.
Aunque no son tan conocidos por su papel en la polinización como otros insectos, algunas especies de ortópteros, como ciertos grillos de la Familia Gryllacrididae, pueden contribuir al proceso de polinización al moverse entre plantas en busca de alimento.
Los grillos de cueva y otras especies de ortópteros que se alimentan de materia orgánica en descomposición desempeñan un papel importante en el reciclaje de nutrientes en los ecosistemas. Ayudan a descomponer restos vegetales y animales, contribuyendo al ciclo de nutrientes en el suelo.
Además, la presencia y abundancia de ciertas especies de ortópteros pueden servir como indicadores de la salud y la calidad del medio ambiente. Los cambios en las poblaciones de ortópteros pueden reflejar cambios en el hábitat, la disponibilidad de recursos y la presión ambiental, lo que los convierte en herramientas útiles para monitorear la salud de los ecosistemas.
Por último, los ortópteros también tienen valor cultural en muchas sociedades. Sus cantos y sonidos se han asociado con la llegada de la primavera en algunas culturas, y en otras, como en China, se consideran símbolos de buena suerte y prosperidad.
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