Pipetas para gatos - Cómo funcionan, dosis y efectos secundarios

Las pipetas son unos envases de plástico que contienen en su interior un líquido que puede actuar frente a diferentes parásitos. Son monodosis y presentan un aplicador alargado que se rompe para poner el producto sobre el animal, directamente encima de su piel. Desde el punto de aplicación se distribuye al resto del organismo de manera subcutánea, creando una barrera de protección contra algunos parásitos externos y eliminando los que se encuentren sobre el animal.

Otras pipetas actúan también contra parásitos internos, pero en estos casos no hay un efecto preventivo. El producto llega a la sangre y a los tejidos, desde donde entra en contacto con los parásitos y mata a todos los que estén infestando al gato en ese momento. Con independencia de si aplicamos la pipeta para parásitos internos, externos o ambos, puede encontrarse en varios formatos según el peso del gato.

Para que las pipetas para gatos sean efectivas es importante que sigamos las indicaciones del fabricante en cuanto a su aplicación. Pero, ¿cada cuánto debemos desparasitar a un gato? No hay una única respuesta, pues la duración de la pipeta va a variar en función de la marca que utilicemos.

Así, podremos encontrar pipetas que mantienen su eficacia durante cuatro semanas, mientras que otras llegan a alcanzar las doce. El veterinario nos indicará el tiempo de duración de la que nos prescriba. De todas maneras, estas fechas son orientativas, pues también hay que tener en cuenta factores como la cantidad de parásitos del medio, que hace que, en ocasiones, sea necesario aplicar la pipeta con mayor frecuencia.

Las pipetas para gatos se aplican de forma muy sencilla. Podemos aprovechar un momento en el que el gato esté descansando o, para los más movidos o si se trata de la primera vez, podemos pedir que alguien nos ayude a sujetarlo. Es muy eficaz envolver al gato en una toalla o manta, dejando descubierta la cabeza. Poner una pipeta no duele, pero para algunos gatos puede resultar desagradable el olor y podremos ver que sacuden la cabeza o se baban.

Antes de sujetar al gato tenemos que tener la pipeta preparada, sacándola del envase y rompiendo la zona de aplicación. Siempre debemos ponerla donde el gato no pueda llegarse con la lengua. Es habitual que se la intente limpiar y, si consigue contactar con el producto, también podría hipersalivar. Por lo tanto, la mejor área de aplicación se localiza en la parte superior de la cabeza, en el centro, entre las orejas o un poco más abajo, sin llegar al cuello porque ahí sí podría acceder el gato.

Es importante que apartemos bien el pelo y pongamos el producto directamente sobre la piel y, mientras no se seque, no debemos acariciar al gato en esa zona para no retirárselo. Tras el secado, el pelo alrededor puede quedar manchado como de un polvillo blanco, pero desaparece en poco tiempo. En general, se recomienda no mojar al gato ni un par de días antes ni un par después para que el producto pueda extenderse sin problemas, aunque depende de cada pipeta.

En general, las pipetas son muy seguras y no suelen provocar más problemas que una hipersalivación transitoria en algunos gatos o una pequeña pérdida de pelo en la zona de aplicación. El problema aparece cuando el gato consigue ingerir una cantidad considerable, le aplicamos más producto del que le corresponde a su peso, es decir, sobredosificamos o, sobre todo, utilizamos una pipeta no apta para gatos.

Para evitar sustos es importante que solo utilicemos las pipetas recomendadas por el veterinario y en la dosis adecuada. Debemos ser especialmente cuidadosos con las pipetas para perros porque pueden contener principios activos que resulten tóxicos para los gatos tanto si se las ponemos como si contactan con un perro al que se la acabamos de aplicar.

Los signos de intoxicación por pipeta más habituales son los que afectan al sistema nervioso. El gato presentará movimientos descoordinados, hipersalivación, dilatación de pupilas, pero también puede vomitar. En cualquier caso, hay que intentar limpiar la pipeta y acudir de inmediato al veterinario.

Además, hay que tener cuidado con las pipetas para gatos bebés, ya que no se recomienda el uso de pipetas para gatos cachorros menores de 6-8 semanas y unos 0,6-2 kg de peso, según la marca. Para desparasitar a estos pequeños existen productos seguros, como espráis o jarabes para parásitos externos e internos, respectivamente.

Existen algunos productos para desparasitar gatos que podemos encontrar en prácticamente cualquier clínica veterinaria. A continuación mencionaremos algunas pipetas de las más comunes a modo de ejemplo:

• Pipetas para gatos Frontline: estas pipetas actúan sobre pulgas, garrapatas y piojos y mantienen su efecto durante unas cuatro semanas. Existe una versión combo del producto que, además, impide el desarrollo de los huevos y de las larvas de las pulgas, controlando mejor las posibles infestaciones, ya que la mayoría de las pulgas no están sobre el animal, sino desarrollándose en el medio.
• Pipetas para gatos Stronghold: esta pipeta combate pulgas, filarias, sarna sarcóptica, ácaros de los oídos y gusanos redondos intestinales. Se recomienda su administración mensual.
• Pipetas para gatos Broadline: contra cestodos, nematodos y parásitos externos, se aconseja su aplicación cuando el gato padece una doble infestación, es decir, por parásitos internos y externos, o está en riesgo de contraerla. Se aplica una vez al mes.

Estas son algunas de las mejores pipetas para gatos. El veterinario nos ayudará a elegir la más adecuada para las características y las condiciones de vida de nuestro ejemplar.

Como hemos visto hasta ahora, hay pipetas para gatos para desparasitación interna y externa y, también, con efecto tanto sobre el animal como frente a sus huevos. Estas pipetas son las que podemos encontrar en clínicas veterinarias o establecimientos especializados, pero hay otros tipos de pipetas, que podríamos llamar naturales, que también pueden servir para aplicar a los gatos.

El problema es que su efecto es solo repelente de parásitos externos y acostumbra a resultar mucho menos duradero que el de las pipetas de las que hemos hablado. Tampoco van a actuar sobre los huevos. Si te interesa esta opción, puedes leer nuestro artículo Cómo hacer una pipeta casera para gatos. En cualquier caso, aunque se trate de un producto natural, para evitar intoxicaciones o efectos adversos hay que consultar igualmente con el veterinario antes de su aplicación.

Las pipetas suelen comercializarse en cajas de 3, 4 o 6 unidades, pero en los centros veterinarios pueden venderse por unidades sueltas. El precio de las cajas, en función de su tamaño, oscila entre los los 13 y los 40 euros. Las pipetas individuales pueden encontrarse desde 3 a 10 euros.

Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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