¿Por qué mi perro me muerde cuando le quito algo?

La protección de recursos es la principal razón por la que algunos perros se muestran agresivos, gruñen e incluso muerden cuando alguien les quita algo de la boca o intenta hacerlo. Este comportamiento aparece cuando considera que un recurso es muy valioso, entonces, puede recurrir a la agresión para protegerlo.

Los perros posesivos pueden ejercer la protección de recursos con objetos, personas y espacios, y la respuesta agresiva puede dirigirse tanto a personas como a animales, sean conocidos por el can o no. Por ejemplo, un perro puede actuar de forma agresiva cuando alguien intenta acercarse a su tutor o bien cuando otro perro se acerca mientras está jugando con su juguete.

Si bien la protección de recursos puede observarse en muchas especies como un mecanismo instintivo para la supervivencia, resulta muy peligrosa cuando hablamos de un animal de compañía, especialmente si convivimos con niños pequeños o con otros animales, pues las probabilidades de agresión son muy altas.

Antes de explicarte por qué un perro ataca, gruñe o muerde al ser castigado, debemos aclararte que no es correcto regañar a los perros cuando muestran protección de recursos. ¿Por qué? Al regañar a un perro no solo estamos debilitando el vínculo con sus tutores y exponiéndole a padecer miedo, estrés y ansiedad, sino que además le estamos comunicando que avisar es malo, por ello, puede dejar de gruñir y empezar a morder.

Así mismo, ante un castigo excesivo, el perro puede sentirse vulnerable, asustado y amenazado. Mientras que algunos perros adoptan una postura defensiva, se quedan inmóviles e incluso intentan huir, aquellos que experimenten protección de recursos es más probable que lleguen a morder para defenderse. Por todos estos motivos el castigo no es un método aconsejable ni recomendado a la hora de enseñar las normas del hogar a un perro o para intentar trabajar un problema de comportamiento relacionado con la agresividad.

Si tu perro te ha gruñido, marcado o mordido no debes regañarle, castigarle o encerrarle, pues todo ello solo empeorará la situación al aumentar aún más los niveles de estrés y ansiedad. Así mismo, si respondes a la agresión con otra agresión el ataque podría repetirse de forma aún más grave.

Es importante que actúes de forma serena y equilibrada tras un comportamiento agresivo. Mantén una posición neutral, sin mirar al perro fijamente o hacer cualquier gesto que pueda resultar amenazador para él. Una vez él desvíe la mirada, entonces podrás alejarte de forma tranquila, sin darle la espalda.

Cuando hablamos de un caso poco complejo puede ser positivo esparcir premios por el suelo para distraer al perro, llevarle hasta otra habitación y, solo entonces, retirar el objeto causante de la protección de recursos. No obstante, como ya te hemos adelantado, este comportamiento es especialmente grave, por lo que necesitarás buscar ayuda profesional en un adiestrador canino, educador o veterinario especializado en etología.

El profesional te ayudará a realizar sesiones de modificación de conducta y te explicará las pautas a seguir teniendo en cuenta el caso concreto. Es muy importante que nunca apliques técnicas si no eres un especialista o las pautas no están directamente aconsejadas por un profesional, pues podrías empeorar el cuadro.

Si queremos prevenir las conductas agresivas relacionadas con la protección de recursos en nuestros perros, lo mejor que podemos hacer es invertir en su educación temprana. Mientras tu perro todavía sea un cachorro, necesitarás enseñarle a soltar objetos, ofreciéndole siempre un premio a cambio de su decisión de compartir sus recursos contigo y con otros individuos de su entorno.

También será fundamental socializar correctamente a tu cachorro para enseñarle a relacionarse de forma positiva con otros individuos (personas y animales), con su entorno, los objetos y estímulos que lo componen. Además, debemos también incentivarlo a ignorar algunos estímulos y no reaccione de forma exagerada frente a cualquier ruido u otro estímulo desconocido. De esta manera, conseguirás que tu compañero pueda construir su autoconfianza y ganar autocontrol, evitando las reacciones impulsivas cuando alguien se acerque a sus recursos o intente quitarle algo de su boca.

No obstante, si tu perro ya demuestra actitudes posesivas contigo, con su comida o con sus objetos, lo ideal es que busques inmediatamente ayuda de un profesional titulado para manejar estos comportamientos, como un educador canino o un etólogo.

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