¿Es malo regañar a los perros?
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Los perros no siempre se portan bien, sin embargo, regañar a un perro no es una solución eficaz para que deje de llevar a cabo un comportamiento que no nos agrada. Eso es debido a que la mayoría de problemas de comportamiento están directamente relacionados con las carencias en los cuidados básicos.
¿Tu perro lleva a cabo comportamientos inapropiados? ¿No sabes cómo actuar cuando no te hace caso? ¿No sabes qué hacer cuando lo rompe todo? Todas estas situaciones son más habituales de lo que crees y muchas personas están pasando por lo mismo.
Sigue leyendo este artículo de ExpertoAnimal y descubre si es malo regañar a los perros y qué o cómo debemos actuar cuando se portan mal.
Regañar al perro en determinadas circunstancias es un grave error
Entender el comportamiento y la comunicación natural del perro no siempre es fácil, especialmente si nuestro mejor amigo ha llevado a cabo una fechoría y estamos enfadados. Sin embargo, sus expresiones, los sonidos y la posición que adopta puede revelar mucho acerca de lo que trata de decirnos:
Por ejemplo, si un perro gruñe nos está alertando e indicando que le dejemos en paz, que está pasándolo mal y que no quiere que sigamos con lo que estamos haciendo. En estos casos regañar al perro puede ser contraproducente ya que le estamos diciendo que gruñir es malo y que debe morder directamente. Averigua por qué tu perro gruñe antes de regañarle. Algo parecido ocurre cuando enseñan los dientes y entrecierran los ojos, el significado es muy parecido al del gruñido: no me molestes.
Otra circunstancia en la que nunca debemos regañar a un perro es cuando advirtamos alguno de los problemas del comportamiento habituales en los perros. La ansiedad por separación (llegamos a casa y nos encontramos todo roto y mordisqueado, el perro ladrando de forma incesante, etc.) los miedos y fobias y otras conductas que no sean positivas y normales deben ser evaluadas por un profesional. Regañar a un perro que sufre problemas del comportamiento le va a generar estrés y nerviosismo, empeorando así el problema que ya tenga.
Si observas a tu perro con las orejas agachadas, la cola entre las piernas o intentando huir es que le estás haciendo pasar un muy mal rato y que te tiene miedo. No sigas con esta técnica.
Así mismo, no debemos olvidar que pegar a un perro se considera maltrato animal. Debes tratarlo como tratarías a tu propio hijo: acudiendo al especialista si observaras algún problema relativo a su salud o comportamiento e intentando entenderle mediante la positividad y el confort. Si no valoras eliminar el castigo de tu día a día, mejor no tengas un animal tan noble como es un perro a tu lado.
¿Cómo debemos actuar ante un mal comportamiento?
Si tu perro se comporta mal de forma regular deberías plantearte acudir a un especialista como es un educador canino, un adiestrador o un etólogo (veterinario especializado en comportamiento canino). A través de la observación de su conducta y el conocimiento de los hábitos y cuidados del perro, el etólogo será capaz de ofrecerte un diagnóstico y unas pautas a seguir ante las conductas negativas.
Revisar las 5 libertades del bienestar animal pueden ser una pequeña orientación a la hora de saber si estamos cumpliendo o no con los cuidados imprescindibles para el perro. Por ejemplo, la falta de paseos pueden propiciar la aparición de nerviosismo y conductas destructivas mientras que un perro que vive a la intemperie o pasa demasiado tiempo solo puede sentirse abandonado y por tanto puede empezar a generar conductas repetitivas y destructivas para llamar nuestra atención de algún modo.
Cuando sorprendamos a nuestro perro con una conducta que no es la ideal debemos intentar darle la vuelta y redirigir su comportamiento a uno que nos guste. Por ejemplo, si nuestro perro muerde todos nuestros muebles nos acercaremos rápido con un juguete o mordedor y le felicitaremos cuando lo mordisquee. Si nuestro perro orina en la casa no le regañaremos: vamos a prever cuándo va a orinar la próxima vez y nos adelantaremos a los acontecimientos bajando rápido a la calle. Allí le felicitaremos efusivamente para que recuerde dónde debe hacerlo.
Como has podido observar, estamos basando toda la educación del perro en el refuerzo positivo. ¿Por qué? Es el método que utilizan educadores caninos y etólogos en todo el mundo ya que no propicia un empeoramiento de los problemas del comportamiento y tiene una gran ventaja: ayuda al perro a comprender mejor. Además, afianza vuestra relación y genera un rol de buen comportamiento = premio, que nos ayudará a mejorar todos los aspectos que queramos trabajar con él.
La practica constante de obediencia, paciencia, refuerzo positivo, respeto y afecto sincero hacia el animal nos ayudarán a alcanzar una mejor relación y por tanto a trabajar de forma apropiada los problemas que puedan surgir sin el uso del castigo.
¿Y tu cómo vas a educar a tu perro? ¿Para ti es malo regañar a los perros? Comenta y comparte tu opinión con otros usuarios para que puedan conocer todos los puntos de vista.
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