Sarcoma en gatos: tipos, síntomas y tratamientos

El sarcoma felino consiste en un tipo de tumor mesenquimal maligno o cáncer que se desarrolla a partir del tejido conectivo localizado en el músculo, la grasa, el tejido fibroso o los vasos sanguíneos, donde estas células conectivas comienzan a multiplicarse de forma descontrolada y anormal, haciéndose evidente como una masa sólida, palpable o visible.

Se trata de un tumor que crece de forma lenta, pero que tiene la capacidad de invadir capas profundas de los tejidos cercanos e incluso de hacer metástasis a otras partes del cuerpo en algunos casos. Las zonas más comunes donde se originan los sarcomas en los gatos son:

• Las patas.
• El tronco.
• Las áreas donde se han inoculado vacunas o inyecciones.

Como hemos comentado, el sarcoma felino puede originarse en tejidos conectivos de distintas localizaciones, por lo que podemos encontrar los siguientes tipos de sarcoma en gatos:

• Fibrosarcoma: el tipo de sarcoma más común. Se desarrolla a partir del tejido fibroso situado bajo la piel y se manifiesta como un bulto firme en cuello, patas o dorso. Es invasivo a nivel local y tiene una baja tasa de metástasis.
• Sarcoma asociado a inyección: se considera un subtipo de fibrosarcoma que aparece en las zonas donde el pequeño felino ha sido vacunado, ha recibido inyecciones subcutáneas o se le ha implantado un microchip. También es muy invasivo localmente y suele aparecer semanas o meses después de la inyección.
• Hemangiosarcoma: sarcoma que se origina en los vasos sanguíneos de la piel y órganos internos como el hígado o el bazo. Es un tipo de sarcoma muy agresivo, que con frecuencia causa metástasis de forma rápida.
• Osteosarcoma: sarcoma de hueso, poco común en gatos. Cuando se desarrolla, suele hacerlo en la mandíbula o en el esqueleto axial. Es menos agresivo y presenta una menor tasa de metástasis que en los perros.
• Liposarcoma: sarcoma que se origina en el tejido graso. Es muy poco frecuente en la especie felina y, cuando aparece, suele localizarse en el abdomen, las extremidades o el tronco.
• Condrosarcoma: sarcoma originado en el cartílago, fundamentalmente en la cavidad nasal o en los huesos. Es poco frecuente en gatos y se disemina menos que otros sarcomas.
• Neurofibrosarcoma o schwannoma maligno: un tipo de sarcoma poco frecuente que afecta a las vainas nerviosas periféricas, causando dolor, cojeras o parálisis local.
• Rabdomiosarcoma: sarcoma que se origina en el músculo estriado. Es muy invasivo y grave, aunque bastante raro en gatos.

Mientras que hay sarcomas, como el asociado al punto de inyección, que tienen una causa clara, otros no la tienen tan identificada. Sin embargo, se piensa que algunas causas o factores de riesgo que podrían estar relacionados con un sarcoma felino son la predisposición genética, la inflamación crónica, los traumatismos o la exposición a radioterapia.

Aunque depende mucho de dónde esté localizado y de su gravedad, el principal signo del sarcoma felino es la presencia de un bulto o masa firme y dura que puede ir creciendo, y que generalmente estará localizada en la zona de la inyección o en el lomo, las patas o el cuello. Al comienzo de la enfermedad, este bulto no suele causar dolor, pero conforme aumenta de tamaño, invade estructuras más profundas o hace metástasis, la salud de nuestros pequeños felinos se ve gravemente afectada y pueden manifestar los siguientes síntomas:

• Ulceración o cambios en la piel.
• Sangrado.
• Letargo.
• Pérdida de apetito.
• Pérdida de peso.
• Cojera o dificultad motora cuando el sarcoma se presenta en una extremidad o articulación.
• Dificultad respiratoria.
• Vómitos.

Sí, el sarcoma felino puede ser curable y tratable en algunos casos, dependiendo de su localización y gravedad, pero no en todos, debido a lo agresivo que suele ser este tumor y a lo avanzado que suele estar en el momento del diagnóstico. Por lo general, el sarcoma tiene cura cuando se detecta de forma temprana, es posible realizar una cirugía de extirpación con márgenes amplios y no existen metástasis a distancia.

Como hemos comentado, siempre que el sarcoma sea tratable, la cirugía de extirpación es la primera y mejor opción en el tratamiento del sarcoma en gatos. Esta extirpación requiere márgenes amplios debido al potencial que tiene el tumor de invadir capas profundas alrededor, para evitar que quede tejido tumoral que pueda provocar una recidiva. En los casos más agresivos, a veces se requieren cirugías complejas o amputaciones.

Cuando el tumor no puede ser extirpado en su totalidad, la radioterapia puede ser útil y también se emplea tras la cirugía para evitar recidivas. Aunque es menos efectiva, en caso de metástasis la quimioterapia puede ayudar. En los casos más avanzados o con tumores inoperables, los cuidados paliativos para controlar el dolor y mejorar la calidad de vida están indicados.

La esperanza de vida de un gato con sarcoma depende mucho del tipo de sarcoma, su tamaño, localización y grado de invasión a tejidos cercanos o a distancia. De manera que, si el tumor es extirpable con márgenes amplios, la esperanza de vida es mayor que en gatos con sarcomas que presentan metástasis o invasión muy profunda de estructuras inoperables. Por lo general, podemos decir que la esperanza de vida de un gato con sarcoma varía según la gravedad de la enfermedad:

• Hasta cinco años o curación completa en gatos con sarcomas localizados en los que se ha realizado una cirugía con márgenes amplios.
• De 6 meses a 2 años en sarcomas localizados, pero con márgenes quirúrgicos estrechos, es decir, con riesgo de recidiva del tumor.
• De 2 a 6 meses en gatos con sarcoma que ha hecho metástasis.
• Semanas en gatos que no son tratados.

Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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