Alimentación para perros grandes y gigantes
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Si todos los perros necesitan una alimentación de calidad, todavía más esmero hay que dedicar a este apartado cuando nuestro perro presenta alguna enfermedad o característica especial. Este es el caso de los perros de tamaño grande o gigante, que superan los 25-30 kg de peso.
Las particularidades de estos perros hacen que su menú deba ceñirse a unas necesidades concretas que repasamos. A continuación, en este artículo de ExpertoAnimal en colaboración con Lenda, hablamos de la mejor alimentación para perros grandes y gigantes.
Tipos de alimentación para un perro grande o gigante
¿Cuál es el mejor alimento para perros de razas gigantes y grandes? En la actualidad, disponemos de numerosas opciones para darle una alimentación de calidad a nuestro perro de talla grande. Podemos decidirnos por el pienso, una alternativa muy extendida gracias a su facilidad de administración y almacenaje. Además, su precio es competitivo y se ha diversificado tanto que casi encontramos una variedad para cada perro. Por supuesto, hay piensos pensados para los perros de tamaño más grande, cubriendo sus necesidades en todas las etapas de su vida, desde cachorro hasta la vejez.
Por otra parte, también hay otras opciones, como la comida húmeda, aunque esta, menos económica, suele reservarse para darle al perro en un día o momento especial. En los últimos años, han ido ganando popularidad otras alternativas, como son la comida deshidratada, que se prepara añadiendo agua. Por supuesto, sigue vigente una forma tradicional de alimentar a los perros como es la comida casera, pero actualizada, ya que hemos ido descubriendo que las sobras de nuestros platos no deben ser su principal fuente de alimentación. Para asegurarnos de que todas sus necesidades nutricionales están cubiertas, hay que preparar un menú completo con el asesoramiento de un profesional de la nutrición canina.
La alimentación del cachorro de tamaño grande o gigante
Si la etapa de crecimiento, especialmente los primeros meses en los que este es más rápido, es delicada para cualquier cachorro, mucho más para los grandes o gigantes. En primer lugar, la recomendación es que permanezcan con su madre hasta, como mínimo, las ocho semanas de vida para que puedan alimentarse de su leche, que se complementa, aproximadamente a partir del mes, con alimentos sólidos formulados para cachorros. Así, estos deben llegar a sus nuevos hogares ya destetados.
Con los cachorros grandes suele cometerse un error, que es darles mucha cantidad de comida, precisamente por su tamaño. Pero con esto podemos provocar un crecimiento desacompasado de músculos y tendones respecto a los huesos, lo que acaba por perjudicar su correcto desarrollo.
Además, otro fallo habitual es pensar que necesitan un aporte extra de vitaminas y de minerales como el calcio. Suplementar sin la prescripción del veterinario es perjudicial para su salud. Por lo tanto, la clave está en escoger un alimento de calidad, con un elevado contenido de proteínas y la proporción de grasas justa y ofrecerlo en las cantidades adecuadas en varias raciones al día. Por último, hay que recordar que los perros grandes y gigantes no dejan de crecer a los 12 meses, sino que su desarrollo se prolonga hasta los 18 o incluso los 24 meses.
La alimentación del perro adulto de raza grande o gigante
Cuando un perro de este tamaño se hace adulto, es importante pasar a un alimento adecuado a esta etapa, que mantenga su peso y su condición física. Al tratarse de un animal carnívoro, independientemente de su talla, el menú tiene que estar compuesto, como primer ingrediente, por proteína de origen animal, ya sea procedente de la carne o del pescado. Después, la receta puede completarse con cereales, legumbres, hortalizas, verduras o frutas. Esta composición es la aconsejada para todas las edades. Un ejemplo es la receta Lenda Pollo Maxi, muy recomendable para razas grandes o gigantes por varios motivos. Entre ellos destaca su elevado contenido de colágeno y de condroprotectores, que sirven para reforzar huesos, ligamentos y articulaciones. También incluye ingredientes que favorecen un buen tránsito intestinal y previenen la torsión gástrica, una grave complicación, más habitual en razas grandes, que puede llegar a causar la muerte. Además, el tamaño de la croqueta es ideal para la boca de estos perros, lo que evita que coman muy rápido y que ingieran demasiado aire, ayudando, también, a prevenir la torsión.
En esta línea, comederos elevados o lentos son opciones interesantes para estos perros. Es importante respetar las cantidades y controlar los aportes de calorías extra que pueden suponer los premios comestibles. Debemos esforzarnos por evitar el sobrepeso, pues, entre otros daños, perjudica a las articulaciones. Es mejor dar la comida repartida en dos veces al día para prevenir grandes ingestas de golpe. Es recomendable acudir a revisión veterinaria al menos una vez al año. Esto permite detectar patologías de forma precoz que pueden requerir el cambio a una dieta específica.
La alimentación del perro anciano de razas grandes o gigantes
Por desgracia, los perros grandes envejecen antes que los demás. A partir de los siete años, incluso antes, muchos ya deben comenzar a consumir un alimento formulado especialmente para ellos, con menos calorías para evitar el sobrepeso, más proteínas de alta calidad, salvo que se detecte alguna dolencia renal, y mayor cantidad de fibra para favorecer el tránsito intestinal que a estas edades se hace más lento. También se recomiendan antioxidantes y un aporte equilibrado de vitaminas y de minerales.
Algunos ejemplares, además, presentan diferentes enfermedades crónicas, como la insuficiencia renal o la cardíaca, que hacen conveniente pasar a darles una dieta específica que formará parte del tratamiento. Incluso los perros sin este tipo de patologías es probable que presenten problemas de movilidad, ya que soportan una gran carga en sus articulaciones. En estos casos, además de las medidas que paute el veterinario, que pueden incluir fármacos y fisioterapia, se recomienda ofrecer un alimento pensado para aliviar la inflamación y el dolor y proteger las articulaciones.
Un perro al que le cuesta andar y siente dolor es más probable que se mueva cada vez menos, lo que no solo puede hacer que empeore su estado, sino que aumenta el riesgo de que gane peso, lo cual es perjudicial para sus articulaciones, lo hace más propenso a algunas enfermedades y disminuye su tolerancia a la anestesia, el calor o el ejercicio. Se recomienda dividir la ración en dos comidas al día.
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