¿Cuál es la mejor carne para perros?

Las carnes suelen dividirse en dos tipos según su coloración:

• Carnes rojas: como su nombre indica, presentan un color rojizo o rosado en crudo. Son más ricas en hierro y en ácidos grasos saturados. Un ejemplo de carne roja es el vacuno.
• Carnes blancas o magras: son blanquecinas antes del cocinado y menos grasas. En este grupo encontramos el pollo, el pavo o el conejo. La carne de cerdo y de cordero puede considerarse roja o blanca dependiendo de la parte del cuerpo o de la edad del animal.

Respecto al pescado, suele dividirse en azul o blanco:

• Pescados azules: son los más grasos, como el salmón o el bonito.
• Pescados blancos: al contrario, serían los menos grasos. Son ejemplos el rape o el bacalao. Al igual que sucedía con las carnes, pueden distinguirse por la coloración. Te damos más información sobre si “¿Los perros pueden comer salmón?” en el siguiente artículo de ExpertoAnimal.

Existe un tercer grupo, el de los pescados semigrasos, que se considera una categoría intermedia en la que se incluyen o no pescados dependiendo de la época del año, según reduzcan o aumenten la cantidad de grasa de su organismo. Se incluyen en este grupo la lubina o la dorada.

Los perros pueden comer carnes de todos estos tipos, al igual que los humanos, por lo tanto, son múltiples las opciones a nuestro alcance.

De todas las carnes para perros que hemos repasado, decantarse por una u otra va a depender de las preferencias del animal y de sus características. Por ejemplo, un animal con problemas de sobrepeso o una vida sedentaria debería optar por carnes más magras que grasas.

Lo que debemos valorar siempre es la calidad y la procedencia de la pieza escogida, la manera en la que se la ofrecemos al perro y con qué acompañamiento, ya que debe formar parte de un menú equilibrado y adaptado a la etapa vital y las condiciones de cada animal. No es igual la dieta que necesita un cachorro que un perro sénior o una perra gestante.

Acabamos de decir que, más allá de la selección de una carne de calidad, es importante el modo en el que se la ofrecemos al perro. En otras palabras, la preparación que se debe hacer con ella antes de que el animal la consuma. Repasamos las diferentes alternativas:

• Cocina casera: existe la opción de que compremos y cocinemos la carne en nuestra casa. Supone una inversión considerable de tiempo y debemos guiarnos por un experto en nutrición para elaborar menús completos y equilibrados.
• En crudo: en los últimos años se ha popularizado la conocida como dieta BARF, que se basa en ofrecer a los perros los alimentos en crudo. Si dudas entre carne para perros cocinada o cruda, debes saber que la BARF es una opción controvertida, ya que no está constatado que sea lo más natural para un perro doméstico y, además, podría contribuir a la transmisión de patógenos como bacterias o parásitos.
• Cocción al vacío y congelación: se trata de una alternativa comercializada por empresas como Food for Joe. Reúne los beneficios del cocinado a baja temperatura personalizado para cada ejemplar con la facilidad de comprar un plato ya listo para el consumo. Esta carne para perros congelada ofrece la seguridad de un menú elaborado por expertos y la comodidad de recibirlo directamente en casa. Sus recetas incluyen pollo, pavo, cerdo, salmón, rape o ternera.
• Comida deshidratada: los ingredientes se someten a un proceso de deshidratación para eliminar la humedad. Se ofrecen al perro tras añadirles agua.
• Comida húmeda: son las conocidas latas. Se compran y se sirven tal cual. Pueden ser un alimento completo o un suplemento para añadir al menú.
• Pienso: esta tradicional opción de alimentación ha ido evolucionando con los años. En la actualidad, es posible encontrar opciones con procesos de cocción suaves para preservar los nutrientes, gran contenido en carne e ingredientes naturales
• Premios: la carne puede constituir una excelente recompensa comestible para los perros. Hay que restarla de la cantidad de calorías diarias que deba ingerir el animal y buscar, como siempre, opciones lo más naturales posible.

Hemos señalado que la carne cruda puede no ser la mejor opción para los perros. Por este motivo, la recomendación es cocinarla. Si decidimos prepararla en casa, podemos cocerla, hornearla o pasarla por la plancha o incluso el microondas. El tiempo de cocción va a depender de la cantidad y del tipo de carne seleccionada, pero siempre es importante que la cocinemos tal cual.

Esto es, en principio, no debemos añadirle grasas, sal, azúcares, condimentos picantes, etc., pues no son ingredientes recomendados para los perros e incluso pueden resultarles perjudiciales. Sí se puede agregar una cucharada de aceite. Cualquier otro elemento debe ser consultado antes con el veterinario o el experto en nutrición canina.

Hemos visto que la carne puede ser un buen premio para los perros. Ya se comercializan diferentes opciones, pero podemos hacer en casa nuestro propio snack natural, solo deshidratando la carne. Para ello debemos escoger un trozo con la mínima cantidad de grasa y trocearlo en láminas muy finas. Podemos conseguir la deshidratación con un deshidratador o con el horno. En el primer caso, seguiremos las instrucciones del fabricante.

De utilizar el horno, debemos disponer la carne en la bandeja sobre papel de horno e introducirla a baja temperatura las horas necesarias hasta que veamos que está deshidratada. No podemos dar un tiempo exacto, ya que dependerá de cada carne y de la temperatura que marquemos. Cuanto más baja, más horas serán necesarias y viceversa.

La cantidad que debemos darle a nuestro perro va a depender de sus características, que es lo que determinará sus necesidades nutricionales, y del tipo de carne que escojamos.

Por este motivo, es imposible dar una cantidad única diaria igual para todos los ejemplares. Si optamos por las opciones de alimentación comerciales, cada fabricante indicará las cantidades aproximadas para nuestro perro. Al contrario, si escogemos cocinar en casa, como ya hemos señalado, es fundamental que contemos con la guía de un nutricionista canino, precisamente para asegurarnos de que las cantidades y los ingredientes son los que le aportan al perro todos los nutrientes que necesita para su bienestar.

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