Gato munchkin

Aunque la raza de gato munchkin ha sido reconocida recientemente y se ha popularizado hace relativamente pocos años, lo cierto es que ya se documentó acerca de su presencia a principios de los 40. El doctor H. E. Williams Jones describió en un informe británico la aparición de cuatro generaciones de gatos de patas cortas e indicó en este mismo documento que físicamente eran similares al resto de gatos, a excepción de la longitud de sus extremidades. No obstante, este linaje desapareció durante la Segunda Guerra Mundial y no fue hasta el año 1956 en Rusia y 1970 en Estados Unidos que no se volvieron registrar nuevos indicios de la existencia de esta raza.

A pesar de los documentos registrados, fue en la década de los 80, en Rayville, Louisiana (Estados Unidos), cuando la raza munchkin fue redescubierta oficialmente por Sandra Hockenedel, profesora de música, al encontrar a una de estas gatas embarazada. La profesora decidió adoptarla, ponerle de nombre Blackberry, e iniciar la cría del gato munchkin con ella y uno de los cachorros machos de patas cortas que tuvo, Toulouse.

La International Cat Association (TICA) reconoció la raza de gato munchkin y la incluyó en su programa de desarrollo en septiembre de 1994. La Fédération Internationale Féline (FIFE), en cambio, todavía no la ha reconocido.

Físicamente, el gato munchkin se asemeja al resto de razas felinas, ya que la única diferencia reside en la longitud de sus patas. Así, el rasgo físico más característico del gato munchkin es sus cortas patas, siendo las traseras ligeramente más grandes que las delanteras. Tanto es así, que no es extraño ver a los munchkin apoyados sobre sus patas traseras y mostrando las delanteras recogidas, tal y como hacen los canguros.

Puesto que el único requisito para considerarse munchkin es tener las patas muy cortas, esta raza felina acepta todos los colores y rasgos faciales, ya que incluso es posible observar gatos munchkin con el rostro de un gato persa, las tonalidades de un gato siamés o el manto del angora. Igualmente, existe el gato munchkin gris, blanco, negro, atigrado... En este sentido, también cabe destacar que encontramos gatos munchkin de pelo largo, medio y corto. El munchkin de pelo corto posee una capa de manto afelpada y esponjosa, mientras que el de pelo largo presenta una capa de pelo semilargo y sedoso, adaptada a todo tipo de clima.

En cuanto al peso medio del gato munchkin, los machos suelen oscilar los 3-5 kg mientras que las hembras acostumbran a pesar entre 2 y 4 kg. Debido a este promedio, este felino de apariencia tan adorable y única está considerado como una de las razas de gatos más pequeñas. Por ello, no es de extrañar que muchas personas definan a las variedades más pequeñas como gato enano munchkin.

Cabe destacar que aunque el gato munchkin acepta todo tipo de colores y patrones debido a su diversidad genética, esto no quiere decir que deba ser una versión miniaturizada de otra raza; se considera munchkin cuando comprende un gato único, a pesar de poseer rasgos comunes con otras razas felinas.

El hecho de poseer unas extremidades tan cortas no convierten al gato munchkin en un gato lento o torpe, ¡todo lo contrario!, precisamente este rasgo tan característico ha hecho de él un gato ágil, rápido, dinámico y ligero. El munchkin es capaz de alcanzar grandes velocidades y alturas, así como de adentrarse en cualquier hueco o agujero por pequeño que parezca.

Por otro lado, esta raza felina destaca por su gran inteligencia y energía, siendo uno de los gatos más activos, juguetones y cariñosos. Además, el munchkin es amable, extrovertido y dócil. También es bastante curioso, por lo que siempre está buscando la forma de ver qué está pasando a su alrededor para controlar el entorno y conocer cada uno de los rincones del hogar. Le encanta explorar y aprender cosas nuevas cada día, de manera que ofrecer nuevos estímulos, juguetes y desafíos es una obligación para sus tutores.

El gato munchkin no requiere cuidados excepcionales ni diferentes a otras razas de gatos. En función de su tipo de pelo, deberá recibir más o menos cepillados semanales, siendo el mínimo recomendado uno o dos a la semana para retirar cualquier nudo que se pueda formar, el pelo muerto y evitar, así, las temidas bolas de pelo. Si el felino tiene le pelo largo, será fundamental llevar a cabo tres o cuatro cepillados semanales, los cuales pueden aumentarse en época de muda. En cuanto al baño, como ocurre con las demás razas felinas, se deberá realizar cuando esté realmente sucio y empleando productos diseñados para gatos y adaptados a su manto.

Se colocará el arenero alejado de los cuencos de comida y agua, así como de la cama, para mantener una distancia entre el lugar de descanso y el de hacer sus necesidades. Los gatos son animales muy pulcros y el munchkin no es una excepción. Así mismo, si en el hogar hay más de un gato, es importante colocar un arenero por gato y uno extra para evitar problemas de conducta y territorialidad. Sobre el tipo de arena, se deberá escoger el preferido del animal, puesto que algunos felinos un sustrato mientras que otros se decantan por otro totalmente distinto. Eso sí, es recomendable evitar las arenas perfumadas.

Dejando a un lado la higiene y centrándonos en los cuidados del gato munchkin para mantener su estabilidad emocional, es importante ofrecer a esta raza felina juguetes variados, actividades que lo mantengan estimulado física y mentalmente porque, como decíamos, es un gato muy activo e inteligente. Otra forma de cubrir sus necesidades es mediante la educación, y es que el gato munchkin es capaz de aprender infinidad de trucos, como dar la pata, buscar y traer la pelota, etc. Para lograr los mejores resultados, es necesario emplear el refuerzo positivo, puesto que permite que el animal comprenda lo que está haciendo, cómo debe hacerlo correctamente y, al mismo tiempo, tenga ganas de seguir aprendiendo. A través del castigo solo se consigue potenciar el miedo e, incluso, la agresividad como consecuencia.

Si no se puede ofrecer al gato munchkin todo el ejercicio y la estimulación que necesita, quizá se deba optar por otra raza felina o gato mestizo.

Como sucede con la mayoría de razas de gatos, el gato munchkin puede desarrollar obesidad que relativa facilidad si no se le proporciona una alimentación adecuada. Ahora bien, teniendo en cuenta las características del gato munchkin, en esta raza es mucho más importante que en otras cuidar este aspecto, ya que el sobrepeso perjudicaría gravemente las articulaciones de sus cortas patas, algo nada recomendable.

El munchkin come como cualquier otro felino, por lo que será importante adaptar su alimentación a su edad y nivel de actividad. En cuanto al tipo de alimento, podemos escoger entre pienso seco, comida húmeda o establecer una dieta casera. Para esta última opción recomendamos consultar a un veterinario especializado en nutrición a fin de evitar deficiencias nutricionales. Si no sabes qué escoger, te recomendamos estos artículos:

• Comida húmeda para gatos
• Los mejores piensos naturales para gatos
• Dieta BARF para gatos

En cuanto a al cantidad diaria, dependerá totalmente del tipo de alimento y, nuevamente, del nivel de actividad del gato. Por este motivo, te aconsejamos consultar este otro artículo: "Cantidad de comida diaria para gatos".

El gato munchkin es un felino, en general, bastante sano, por lo que no suele ser propenso a sufrir ninguna enfermedad específica. A pesar sus características extremidades, tampoco acostumbra a padecer enfermedades genéticas ni hereditarias. Así mismo, tampoco presenta trastornos en la movilidad de sus patas ni tiene antecedentes de problemas articulares o espinales, al contrario, se trata de un gato muy ágil. Eso sí, como hemos indicado, es preciso cuidar su alimentación, ofreciéndole una de calidad y vigilando las cantidades, ya que como suele suceder con la mayoría de felinos, podría desarrollar obesidad fácilmente y esto sí perjudicaría gravemente su salud.

Además, sobre todo al adoptar a un gatito munchkin, es preciso aplicar las vacunas obligatorias así como desparasitarlo siguiendo las pautas de frecuencia estipuladas por el veterinario.

Si ofrecemos a este felino todos los cuidados que necesita, la esperanza de vida del gato munchkin se encuentra entre los 12-15 años.

Para adoptar un gato munchkin en España o cualquier otro país del mundo, es preciso visitar las protectoras de animales, refugios o asociaciones más próximas a nuestro lugar de residencia. Allí nos informarán acerca de si tienen un ejemplar de esta raza o tomarán nuestros datos de contacto para avisarnos en cuanto llegue uno. Antes de tomar esta decisión, es importante reflexionar sobre los cuidados del gato munchkin y todo lo que conlleva una adopción responsable. Si podemos asumirlos, entonces no debemos dudar en adoptar uno para darle una segunda oportunidad.

En algunas protectoras es posible que nos soliciten un donativo para seguir recogiendo gatos abandonados, cuidarlos y ponerlos en adopción. No se trata de poner precio al gato munchkin, sino de ayudar a ese refugio a continuar realizando su labor y, de forma indirecta, ayudar también nosotros a otros gatitos sin hogar.