Hidrocefalia en perros - Síntomas, pronóstico y tratamiento

La hidrocefalia, como su propio nombre indica, consiste en la acumulación de líquido cefalorraquídeo en lo que se denominan ventrículos cerebrales. Esto hace que aumenten de tamaño y, así, dañan la corteza cerebral al comprimirla contra los huesos del cráneo. La mayoría de los casos de hidrocefalia son congénitos, pero hay otros adquiridos que se desencadenan a partir de un traumatismo, infecciones que afectan al cerebro o tumores.

Es importante que sepamos que algunos perros tendrán más predisposición a sufrir este trastorno de una manera congénita. Así, es el caso de la hidrocefalia en chihuahuas o la hidrocefalia en perros pug, yorkshire, maltés, lhasa apso, pomerania, etc., porque son razas toy o de pequeño tamaño. Lo mismo sucede en la hidrocefalia en perros bulldog, en este caso por la conformación braquicéfala de su cabeza. Es decir, el tamaño y la forma del cráneo influyen en la presentación de esta patología.

La hidrocefalia en perros cachorros, aunque sea congénita, es decir, que el perro haya nacido con la enfermedad, puede no manifestarse hasta que el pequeño cumpla varios meses de edad, aunque, en general, aparecerá antes de los seis meses.

En general, la hidrocefalia es más común en perros cachorros que en adultos debido a que es más habitual que se trate de algo congénito. Por ello, si tu cachorro tiene la cabeza hinchada y sospechas de esta patología, es importante conocer el resto de signos y acudir al especialista. Los síntomas que nos deben alertar sobre una posible hidrocefalia en nuestro perro son los siguientes:

• Convulsiones.
• Agrandamiento de la bóveda craneal, lo que hace que la cabeza se aprecie más grande de lo normal.
• Fontanelas abiertas.
• Ceguera parcial o total.
• Estrabismo.
• Alteraciones en el comportamiento.
• Deambular en círculo.
• Descoordinación.
• El perro presiona la cabeza contra objetos.
• En los casos más graves, el animal estará estuporoso e incluso entrará en coma.

Hay que tener en cuenta que la falta de cierre de las fontanelas no puede ser criterio para el diagnóstico porque no es raro que se mantengan abiertas en las razas toy. Por eso, saber cuándo se le cierra la fontanela a los perros, que suele ser, en general, antes de los seis meses, no es relevante en este caso.

Por otro lado, dado que algunos de los síntomas de la hidrocefalia en perros están presentes en otros problemas de salud, es preciso visitar al veterinario lo antes posible para que identifique la causa y determine si, realmente, estamos ante este problema.

En el siguiente vídeo de Ricardo Medina Bugarin podemos ver un caso clínico de hidrocefalia en un perro chihuahua y los principales síntomas.

El veterinario puede diagnosticar hidrocefalia a partir de radiografías craneales, ecografías de los ventrículos, tomografía computerizada o resonancia magnética. En función de cada caso, este profesional escogerá la prueba más adecuada. Además, hay una hidrocefalia que se denomina subclínica en la que hay un aumento de tamaño de los ventrículos pero sin que se presenten síntomas como los descritos. Como la hidrocefalia en perros puede ser una enfermedad adquirida, también habrá que hacer las pruebas pertinentes para, de ser el caso, encontrar la causa subyacente.

El tratamiento de esta patología está orientado a controlar la presión intracraneal, disminuir la producción de líquido cefalorraquídeo y paliar los síntomas que hayan surgido. Para ello, hay que estabilizar al perro y utilizar fármacos como corticoesteroides y diuréticos. Esto suele implicar el ingreso del animal. En algunos casos extremos también se puede recurrir a la cirugía para colocar un drenaje. Cuando no haya síntomas el tratamiento se puede administrar en casa. En cualquier caso, es necesario, también, pautar un seguimiento para controlar la evolución.

No es posible dar un pronóstico de esta enfermedad que sirva para todos los perros afectados, ya que este va a depender de los daños que se hayan producido y de la rapidez con la que se inicie el tratamiento. Si al perro se le procura asistencia veterinaria con anterioridad a que se produzcan daños cerebrales, el pronóstico será favorable a largo plazo. Eso sí, los perros que se recuperan de la hidrocefalia pueden quedar con secuelas. Muchos de ellos presentarán problemas de coordinación y de aprendizaje. Serán, por lo tanto, perros más torpes, a los que es difícil enseñar órdenes básicas de educación.

Los perros con hidrocefalia congénita no tienen cura, por lo que el pronóstico es más grave y muchos fallecen siendo todavía cachorros. Igualmente se les da tratamiento para paliar los síntomas e intentar mantener el equilibrio entre el líquido cefalorraquídeo que se produce y el que se elimina.

Imagen: sopitas.com

Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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